Los centros comercialesrepresentan para miles de personas su principal espacio de recreo y consumo. Restaurantes, centros de ocio, cines, tiendas de ropa… las posibilidades para divertirse (o evadirse) son infinitas.
Aunque se trata de lugares muy transitados y conocidos, también albergan curiosidades que a menudo pasan desapercibidas. Pero que juegan un importante papel en funcionamiento de estos espacios. Una de ellas se hace notar precisamente por su ausencia. Los relojes.
En un mundo dominado por la velocidad y las prisas, conocer la hora de manera inmediata es una necesidad básica. Sin embargo, esta acción contrasta con el objetivo de los centros comerciales: quedarse más tiempo y comprar más. De ahí que en muchos de estos lugares no haya grandes ventanales que permitan ver con claridad la evolución del día y la disminución de la luz.
¿Por qué no hay relojes en los centros comerciales?
La razón por la que no hay relojes en los centros comerciales es muy sencilla, y responde a una cuestión mental. Así lo explica la psicóloga Laura Geige en declaraciones para el medio británico ‘Mirror’, en las que afirma que se trata de una “estrategia meticulosamente elaborada” que se basa en la “psicología del consumidor”.
Geige explica que “los centros comerciales están diseñados para ser universos autónomos donde el concepto de tiempo se manipula sutilmente”, y que “la omisión deliberada de los relojes es un elemento estratégico de la psicología ambiental, cuyo objetivo es desconectarte del paso del tiempo“.
En otras palabras, cuantos menos referentes temporales tengamos, más probable será que nos demoremos en los establecimientos de los centros comerciales. Y por tanto compremos más.
