El régimen cubano acusó al Gobierno de Estados Unidos de preparar planes para reeditar las históricas protestas del 11 de julio de 2021, que incluirían supuestos sabotajes centrados en el sistema electroenergético nacional para generar malestar y “calentar las calles”.
El portal oficial Cubadebate replicó un artículo de la plataforma de propaganda Razones de Cuba que, basado en presuntas “informaciones divulgadas recientemente” y sin mostrar pruebas que sustenten las acusaciones, mencionan una operación llamada 11.7.24.
El texto dice que el abogado y empresario cubanoamericano Marcell Felipe acogió una supuesta reunión en la que se abordaron “intereses de las agencias de inteligencia norteñas para generar ataques contra Cuba” en el verano.
“Los ataques en esta etapa tienen como objetivo priorizado el sistema electroenergético nacional, por su impacto en la calidad de vida de las personas”, añade.
Acusa a Washington de haber “triplicado su presupuesto” dedicado al fomento de la democracia y la defensa de los derechos humanos en la Isla, “con el objetivo de generar sabotajes y reforzar la ofensiva comunicacional desestabilizadora”. En tal sentido, señala la “decisiva la actuación” del senador Marco Rubio, a quien califica de “anticubano”.
“Apuestan por el verano para generar caos y destruir la tranquilidad ciudadana. Proyectan, como ya es costumbre, el reclutamiento de delincuentes para cometer actos de terrorismo dentro de la Isla”, añade.
Razones de Cuba también dice que “otro frente de la ofensiva será la manipulación de las relaciones entre (los gobiernos de) Cuba y Rusia“. La plataforma califica como una “falacia” el hecho que la alianza esté subordinada al envío de soldados para combatir en la invasión a Ucrania, y afirma que existen supuestos planes para “utilizar las sanciones” de Washington a Moscú “para ralentizar el envío de combustible y comida” a la Isla.
No es la primera vez que la maquinaria de propaganda del régimen anuncia supuestos ataques organizados desde el exterior para épocas del año en las que la situación económica empeora y aviva el malestar popular de la población.
En octubre de 2023, en momentos de intensificación de una campaña con la que exigía salir de la lista de Washington de estados patrocinadores del terrorismo, el régimen acusó a exiliados cubanos afincados en Estados Unidos de preparar supuestas acciones para un “fin de año sangriento” en Cuba.
El mismo portal de propaganda oficial Razones de Cuba, citando informantes en Estados Unidos a los que no identificó, dijo que “terroristas radicados en Miami” planificaban acciones de desestabilización en los últimos meses de 2023, para que el fin de año fuera “tétrico”.
A inicios de diciembre, La Habana publicó en La Gaceta Oficial de la República una norma del Ministerio del Interior (MININT) que designó a 61 personas y casi 20 organizaciones, todos cubanos residentes en el extranjero, que estarían bajo investigación por presuntos actos de terrorismo.
Según la resolución 19/2023, los mencionados en la norma habían sido “sometidos a investigaciones penales y se encuentran buscados por las autoridades cubanas, a partir de su implicación en la promoción, planificación, organización, financiamiento, apoyo o comisión de actos materializados en el territorio nacional o en otros países, en función de actos de terrorismo”.
Figuras de la oposición de dentro y fuera de la Isla consultadas por DIARIO DE CUBA consideraron que la publicación de esa lista constituyó una acción-reacción de La Habana a su inclusión en la lista negra de EEUU, “contradictoria” y con otros objetivos a corto y mediano plazo que evidenciaron “miedo” y buscaron hacer una “limpieza de imagen”.
