Desde hace tiempo se sabe que la comida basura no es buena para el cuerpo, pero siempre apetece más una hamburguesa y patatas fritas que una ensalada.
El problema está cuando nuestra dieta se basa únicamente en esos alimentos, sobre todo en los adolescentes cuando su cerebro está todavía desarrollándose.
Un estudio realizado por la Universidad del Sur de California mostró como una dieta alta en alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares está relacionada con problemas de salud mental.
Sin embargo, para entender cómo afecta esto a los adolescentes, los investigadores utilizaron ratones de laboratorio. Querían ver cómo esto influía en la comunicación entre las células nerviosas, y también en la memoria con el fin de ver si tenía algún impacto en su capacidad de recordar información.
La comida rápida perjudica la memoria a largo plazo
Sorprende que la comida pueda afectar al desarrollo cerebral, sobre todo a los adolescentes, especialmente durante una etapa crucial de crecimiento.
Además, la comida basura está contribuyendo a problemas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas entre la juventud.
El porcentaje de niños con obesidad se duplica en los hogares con menos ingresos / Pixabay
No solo afecta el cuerpo; también puede tener un impacto en la salud mental, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.
Los expertos examinaron si el daño a la memoria en los roedores podría revertirse con fármacos que restauraran la capacidad de memoria de las ratas.
Esta cuestión está aún sin resolver, queda mucho por investigar para determinar cómo se pueden revertir los problemas de memoria asociados a una dieta de comida basura en la adolescencia
El cambio no solo recae en los jóvenes y sus familias; la industria alimentaria también tiene un papel crucial que desempeñar. Es crucial establecer normas más estrictas sobre la promoción de alimentos poco saludables y crear incentivos para que las empresas desarrollen opciones más nutritivas y menos procesadas.
