Soy mala para hacer dieta. Creo que solo una vez me resultó una y fue porque le aposté plata a mi ex cuñado. Bajé ocho kilos en dos meses y él nueve kilos. Así que perdí, pero quedé flaca. Y con 200 lucas menos, por haber sido derrotada. La verdad es que lo que comí fue carne, pollo o atún con alguna ensalada. Además, café con leche si tenía hambre. Con el tiempo volví a subir, porque la vida sin chocolates ni galletas no es vida.
Entre las manías femeninas es encontrar la dieta mágica que, por su puesto, no existe. Ya que, bajar los kilos de manera sostenida es cambiar hábitos. No obstante, hace años se puso de moda el ayuno intermitente. Muchas personas dan testimonio de su efectividad.
De hecho, médicos hablaron de sus beneficios en la baja en los niveles de glicemia, la presión arterial y colesterol. Sin embargo, hace unas semanas los medios del mundo titularon: “Ayuno intermitente 16:8 incrementa en un 91% las posibilidades de morir por una enfermedad cardiovascular”. Y, así, sus seguidores se fueron a negro.
El estudio sobre el ayuno intermitente
La verdad es que este tipo de noticias es necesario desglosarlas. Pues es necesario informarse muy bien. Primero, se trata de un estudio, realizado por la Asociación Americana del Corazón, que se centró solo en el ayuno 16:8 (ocho horas para alimentarse, 16 de ayuno). Se hizo a 20 mil personas, hombres y mujeres (con un promedio de edad de 49 años). A ellas se les realizó un seguimiento de entre 8 y 17 años respecto a sus patrones alimenticios.
Asimismo, se revisó la información sobre los patrones dietéticos de los participantes entre los años 2003 y 2018 en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) anuales. Esto datos los compararon con los información sobre las personas fallecidas en los Estados Unidos, entre 2003 y 2019.
El estudio mostró que las personas que comen durante menos de ocho horas al día tienen un 91% más de riesgo de morir por enfermedades del corazón. También descubrieron mayor incidencia entre aquellos con patologías cardíacas o cáncer. En este grupo, tenían un mayor riesgo de muerte por enfermedades del corazón si comían durante menos de 10 horas al día. Es decir, limitar el tiempo de alimentación podría aumentar el riesgo de problemas del corazón, especialmente para personas que ya tienen enfermedades cardíacas o cáncer.
Analizando el estudio: hablan los expertos
Ante esto, el doctor Victor Wenze Zhong, autor del estudio y jefe de epidemiología de la Escuela destacó que grupos de riesgo deben tomar precauciones. “Es esencial que los pacientes sean conscientes de la relación entre un intervalo alimentario de ocho horas y un mayor riesgo de muerte cardiovascular. Sobre todo los que padecen cardiopatías o cáncer”, afirmó.
María José Escaffi, nutrióloga de la Clínica Mettabolic señala que existen varios estudios y literatura contundentes donde apoya el ayuno intermitente 16-8. Esto se basa en que podría ayudar a pacientes que están con alguna inflamación sistémica. Como, por ejemplo, pacientes con diabetes o con enfermedades como aterosclerosis y riesgo cardiovascular, los que podían mejorar estos parámetros con dicha dieta.
Sin embargo, Escaffi aclara que nada está escrito sobre piedra. “Como siempre digo, no hay blanco y negro en medicina metabólica o nutrición. No existe una dieta que sea para todos. Y este tipo de ayuno 16-8 es más bien recomendado para pacientes que, muchas veces, lo hacen de manera natural. Que se saltan en los desayunos y almuerzan. Y si, asociado a eso, tienen una diabetes, puede ayudar a mejorar. Por ejemplo, el control glicémico o también ayudar al perfil de lípidos si es que está alterado”, explica.
La nutrióloga añade que la investigación aún no está bien evaluada. Por ende, no se ha visto bien qué es lo que pasa con el diseño de este estudio y aún no está publicado. Por lo tanto, hay que esperar y hay que tener más evidencia para poder ser categóricos.
“Lógicamente, esto no se podría aplicar en personas que están severamente enfermos. Por lo tanto, lo ideal es que tengamos una postura que sea más bien abierta a la intuición. A cómo nos gusta comer, a qué horarios podemos también comer. Muchas veces se planifican pautas de régimen que son fantásticas, pero que en realidad uno no puede seguir”, indica.
¿A quiénes les sirve y a quiénes no el ayuno intermitente?
Algunos científicos mundiales coinciden con la doctora Escaffi. Varios especialistas confirman que el hecho de que exista una relación entre el ayuno intermitente 16:8 y un aumento en el riesgo de muerte cardiovascular, no significa que esta limitación temporal sea la causa de tal muerte.
Asimismo, concuerdan en que este hallazgo tiene limitaciones. Las que en un futuro deberían completarse con información adicional sobre la calidad nutricional de las dietas de los participantes. Además de la demografía, condiciones socioeconómicas, peso inicial y niveles de estrés, entre otros factores.
Igualmente, destacan que no se debe olvidar que la Asociación Americana del Corazón declaró que los participantes del estudio pueden haber cometido errores u omisiones. Estos, provocados por olvidos frente a relevante información dietética de su día a día,
“Si me preguntan a mí, como nutriólaga, si la aconsejo, la verdad es que no la promociono. Solo la aconsejo si el paciente ya lo realiza a su manera y en torno a eso, vamos ajustando con la nutricionista sus comidas. Así evaluamos cuáles son los alimentos que más benefician o qué es lo que podría faltar y ponemos énfasis en eso”, comenta la doctora Escaffi.
En este sentido, agrega que tampoco es la más efectiva en las mujeres que están en periodo de menopausia. De hecho hay respuestas bastante diversas, algunas que se sienten mejor y otras que se Sienten peor, por lo tanto, piensa que cada persona tiene que buscar la forma de alimentarse conscientemente según sus propios gustos y sus propios ciclos.
El éxito es el cambio de hábitos
¿Cómo identificar una buena dieta o otra que simplemente se pone de moda? La doctora de @mettabolic.cl dice que es muy simple. Ya que, las dietas que se ponen en tendencia es lo mismo que la moda, duran un rato y ya está.
“Una buena dieta es una forma de alimentarse, un estilo de vida. Lo que más me gusta a mí es la dieta mediterránea. Eso puede ser no tan útil para todos. Hay mucha gente que es keto, sin saberlo, y que come predominantemente proteínas”, comenta.
La especialista destaca la importancia de los buenos hábitos. “Siempre estar hidratado, ese es un súper tip, independiente de la forma en que se alimente. Hidratarse es vital, porque eso va a evitar que se confunda el hambre con sed”, explica.
Poner ojo en el tipo de carbohidratos es otro factor clave. “Basar la alimentación, ojalá, en carbohidratos complejos como la fibra. Comer 5 porciones de fruta y verdura de colores al día. Aceite de oliva, y aceites de buena calidad, evitando las grasas trans y todo lo que es frito. Ojalá, incorporar proteínas de alta calidad biológica. Por ejemplo: huevo, pescado, carnes magras, si es que van a comer carne. Y, siempre, tender a recordar la alimentación basada en plantas”.
Además, recomienda evitar las dietas que te matan de hambre o te prohíben todo. “También, evitar estos ayunos que son restrictivos. Porque, por ejemplo, tengo un evento y dejo de comer 3 días. Eso hace mucho daño al set point de peso corporal. Que es el que determina el peso que vamos a tener y cuánto vamos a gastar en calorías, en reposo y en actividad. Así es que, En general, mi consejo siempre es el equilibrio, la conciencia y buscar el bienestar integral. Solamente por equis motivo o porque está de moda”, finaliza.
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