En pleno 2025 el correo postal (bien lo sabe Correos) no suele ser noticia. Sin embargo en Bélgica hay cerca de 150.000 cartas, con sus correspondiente sobres, direcciones y membretes, que están dando mucho que hablar. Lógico si se tiene en cuenta que quien las envía es el Ministerio de Defensa y sus destinatarios son miles de jóvenes belgas de 17 años a los que el Gobierno quiere animar a que se enrolen en el ejército o, al menos, a que prueben una ‘mili’ voluntaria de un año.
A cambio les ofrece un sueldo neto de 2.000 euros mensuales.
¿Qué ha pasado? Que en Bélgica los jóvenes de 17 años han empezado a recibir esta semana una carta muy especial, una invitación del Ministerio de Defensa en la que se les anima a enrolarse en el ejército y probar una mili voluntaria de 12 meses. No es una sorpresa porque la misiva es fruto de un acuerdo público adoptado hace meses, cuando la Cámara de Representantes aceptó “concienciar” vía postal a los jóvenes del país, pero aún así el envío de los sobres ha generado expectación.
El encargado de anunciarlo (vía X) ha sido el propio ministro de Defensa, Theo Francken, de Nueva Alianza Flamenca, una formación nacionalista y conservadora. “Ayer se enviaron 149.000 cartas. Se anima a todos los jóvenes de 17 años del país a unirse a las fuerzas armadas en general y a partir en el servicio militar voluntario de un año en particular. Let´s go!”, tuiteó el dirigente el sábado junto a varias fotos en las que se ven los sobres apilados en mesas, cajas y dentro de una cubeta.
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¿Se conocen más detalles? Sí. Algunos. Por ejemplo que los reclutas seleccionados para esta primera ‘mili’ voluntaria optarán a un sueldo neto de 2.000 euros mensuales. Se sabe también que, aunque las cartas se envían ahora, la inscripción no se abrirá hasta enero de 2026. Antes el Ministerio realizará sesiones informativas online y presenciales en las diferentes provincias del país.
La nueva mili tardará sin embargo unos meses más en arrancar. No lo hará en principio hasta septiembre. Otro dato interesante es que de entrada se aceptarán 500 reclutas voluntarios de entre 18 y 25 años, una cifra que debería alcanzarse sin problemas si se tiene en cuenta que hace solo unos meses el Ministerio de Defensa reconoció que espera recibir unas 3.500 solicitudes para la primera leva.
¿Solo quiere 500 reclutas? Sí. Y no. Ese será el punto de partida, pero el objetivo es ir ampliándolo poco a poco. Tras la primera tanda de 500 voluntarios, la idea es que el número de plazas se amplíe a 1.000 en 2027 y siga reforzándose con miras a alcanzar las 7.000. Una vez iniciada la mili, los reclutas participarán en una fase de formación militar básica de diez semanas a la que seguirá otra etapa más específica. ¿El propósito? Que los nuevos soldados acaben accediendo a las diferentes ramas del ejército y se encarguen de labores de vigilancia y apoyo.
¿Qué quiere Bélgica? Reforzar (y rejuvenecer) su ejército. “Se trata de abrir la mente a lo militar, de decirles a los jóvenes que la defensa es una opción, incluso una oportunidad. El objetivo es también concienciar a los jóvenes de que el mundo ha cambiado y de que existe una amenaza que pesa sobre nuestro país. Se trata de un proyecto social”, explicaba Francken hace poco a Le Soir. Lo cierto es que para cumplir sus objetivos el Gobierno necesita aumentar el ritmo de reclutamiento.
Como recuerda El País, citando a su vez a la prensa belga, a día de hoy Defensa alista unos 2.800 soldados al año. La cifra le sirve para mantener su volumen de 24.600 efectivos (a ellos se añaden miles de reservistas), pero parece difícil que le permita alcanzar las decenas de miles de efectivos que quiere sumar a medio plazo. Belga News Agency señala que en una década los funcionarios pretenden ampliar la fuerza laboral de Defensa a 34.500 militares, 12.800 reservistas y 8.500 civiles.
¿Importa el contexto? Sí. Y bastante. Los datos de la plataforma Macrotrends muestran una caída considerable en el número de efectivos militares de Bélgica a lo largo de los últimos 30 años, un desplome especialmente acuciado a comienzos de los 90, justo cuando Bélgica decidió abolir el servicio militar obligatorio.
Por entonces el escenario geopolítico estaba marcado por el fin de la guerra fría y la disolución de la Unión Soviética, hoy lo está por la guerra de Ucrania, la ruptura con la Rusia de Putin, las amenazas de Donald Trump de abandonar la OTAN y un aumento de la inversión militar. De hecho en primavera el Gobierno belga decidió incrementar su gasto en defensa para llegar al objetivo de la OTAN de dedicar el 2% del PIB al sector. Hoy la alianza ya mira más allá, a una movilización del 5%.
¿Es un caso único? No. Y quizás eso sea lo más revelador. Que Bélgica haya decidido apostar por una mili obligatoria se enmarca en un intento más global por reforzar ejércitos en occidente. Hace no mucho ya hubo otra nación que avanzó en una dirección parecida: Alemania. Su Gobierno ha movido ficha para recuperar el servicio militar, suspendido en 2011, con un sistema de reclutamiento voluntario. Sobre la mesa incluso se ha puesto la posibilidad de una “lotería de reclutamiento”.
Ni Bélgica ni Alemania están solas. Durante los últimos años, sobre todo tras la anexión rusa de Crimea, un buen número de países han reforzado sus sistemas de reclutamiento o (como mínimo) han abierto el debate sobre recuperar sus milis: desde Lituania, Letonia y Rumanía a Países Bajos, Suecia, Noruega o Dinamarca. España descarta recuperar el servicio obligatorio (abolido en 2001), aunque hay otros formatos, como los campamentos militares, que están despertando interés.
¿Hay debate? Sí, el tema suscita debate. Y Bélgica vuelve a brindar un buen ejemplo. Allí la mili ha sido recibida entre críticas, sobre todo de organizaciones juveniles que recelan de que “la promesa de un salario elevado pueda explotar la situación precaria de los jóvenes y hacer que el discurso militarista sea socialmente aceptable para una generación en busca de sentido y estabilidad socioeconómica”.
De hecho sus opositores han respondido a la iniciativa del Ministerio de Defensa con la formación de una plataforma que han bautizado ‘Servicios por la Paz’.
Imágenes | 7th Army Training Command (Flickr) y
