Osasuna sigue su puesta a punto para la visita este sábado 4 de febrero al Espanyol con la esperanza de que Ante Budimir rompa su mala racha de cara a puerta, circunstancia que el delantero croata se esfuerza cada día en Tajonar por dejar atrás.
El fichaje más caro en la historia rojilla no pasa su mejor momento. Tras unas temporadas en las que ver puerta estaba a la orden del día, la eficacia ha dado un giro en su carrera deportiva y tan sólo acumula un gol en 807 minutos disputados.
Ocasiones no le han faltado, pero la mira parece haberse desviado unos centímetros y lo cierto es que en muchas ocasiones el equipo no puede servir todos los centros que a Budi le gustaría por diferentes motivos. Es un rematador nato y su hábitat es el área.
Motivación y ganas por revertir la situación no le faltan al jugador, que esta mañana, al finalizar el entrenamiento, se ha quedado durante casi una hora en solitario para trabajar su técnica.
Cuatro conos y un balón han servido para pisar el balón de forma continuada mientras se cambiaba el esférico de pie constantemente. Antes ha rematado los centros que cuatro de sus compañeros le han puesto durante un ejercicio de finalización.
Su importancia y estado de forma para el devenir del equipo en lo que resta de campaña es esencial. La falta de gol de Osasuna hace que la aportación de Budimir sea necesaria para hacer frente a una segunda vuelta que se plantea complicada.
La confianza por parte del club ha sido puesta de manifiesto en numerosas ocasiones y hay plena seguridad en que, una vez destape el bote, los goles irán dándose con mayor asiduidad.