La dieta mediterránea aporta importantes beneficios para la salud, según los numerosos estudios a los que han aludido los científicos participantes en el XIV Congreso Internacional de la Dieta Mediterránea, inaugurado este miércoles en Barcelona.
En el marco del salón Alimentaria & Hostelco, el catedrático y director del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Rodríguez Artalejo, ha relacionado este tipo de dieta con el envejecimiento saludable.
La dieta mediterránea tradicional es rica en frutas y verduras, pero “no es vegetariana ni vegana”, ha matizado Rodríguez, quien ha destacado otros de sus aspectos básicos como el consumo de aceite de oliva, cereales integrales, legumbres y frutos secos, y la ingesta mínima de proteínas animales.
“La dieta mediterránea se asocia a una mayor resiliencia en personas con estrés agudo o crónico”, ha afirmado Rodríguez, también coordinador del Grupo de epidemiología cardiovascular y nutricional del Instituto madrileño de estudios avanzados de Alimentación (Imdea).
El especialista ha recordado que platos típicos como el cocido madrileño y las alubias con almejas introducen pequeñas cantidades de cerdo, marisco o pescado como acompañamiento de las legumbres.
Esta composición es la que recomiendan determinados estudios, al igual que comer dos raciones semanales de pescado, más de seis gramos diarios de fibra de cereales y el consumo de aceite de oliva virgen extra, todo ello asociado a un “menor riesgo de fragilidad”.
Completan esa dieta la ingesta de 300 a 400 gramos diarios de frutas y verduras, suficiente proteína (sobre todo vegetal y láctea) y productos frescos y poco procesados.
Para Rodríguez, no debe haber “miedo a los fritos”, puesto que se ha demostrado que su aumento en alimentos ricos en proteína como el pescado y los huevos está asociado a un envejecimiento más saludable en comparación con otras formas de cocinar.
“Incluso el café puede formar parte de una dieta sana en mucha gente mayor”, ha apuntado Rodríguez, quien sí ha ensalzado el agua como modo básico de hidratación.
Mucho más que comida
La dieta mediterránea no solo es una forma de consumir ciertos alimentos, sino que desde 2013 forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la Unesco como un conjunto de conocimientos, competencias, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con la agricultura, la ganadería y la pesca.
También representa una forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir en compañía, algo que es común en las comunidades de la cuenca del Mediterráneo, región productora de aceite de oliva, como ha recordado el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), Emilio Ros.
Por videoconferencia, el médico y profesor de Epidemiología y Nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard (EEUU), Walter Willett, ha subrayado la importancia de llevar una dieta sostenible en un contexto de aumento de la población mundial y cambio climático, con la obesidad y las enfermedades asociadas creciendo en casi todos los países.
Willett, considerado una eminencia global, ha compartido el enfoque de la Comisión EAT-Lancet, que integra junto a científicos de distintos países, para definir una dieta saludable, dentro de los límites del planeta y que sea aplicable en general.
El experto estadounidense ha instado a reducir el consumo de carne roja en regiones como Norteamérica, que presenta una tasa muy alta, la cual se asocia a un mayor riesgo de diabetes y a otras causas de mortalidad; y ha defendido la importancia de seguir una dieta saludable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de fertilizantes, agua y tierras de cultivo.
La Comisión EAT-Lancet se ha propuesto trasladar su modelo a los diferentes patrones alimentarios del mundo, con sus sabores y productos propios; actualizar sus conclusiones; expandir la investigación dedicada a la agricultura regenerativa; y promover la justicia alimentaria y un consumo más responsable.
La sostenibilidad de la dieta mediterránea es otro de los asuntos que se aborda estos días en el Congreso internacional, junto a su pasado, presente y futuro; su relación con la cultura y las emociones; y sus pilares básicos.
