El aumento de la presión económica en China ha provocado una nueva ola de persecución contra los cristianos.
El gobierno está arrestando pastores simplemente por recoger diezmos y ofrendas, y ahora las actividades de misioneros extranjeros están restringidas. Sin embargo, a pesar de la última represión del líder supremo Xi Jinping, el cristianismo sigue extendiéndose por todo el país.
China atraviesa un periodo de malestar social debido a la desaceleración de su economía, causada en parte por el aumento de aranceles a las exportaciones hacia Estados Unidos.
Jeff King, presidente de International Christian Concern, cree que, aunque el país se acerca a un punto de quiebre, aún hay esperanza.
“La gente está harta. Están marchando en las calles, sobre todo los estudiantes. Hay manifestaciones enormes pidiendo democracia. Pero cuando hay presión, cuando hay dolor, es cuando la gente siente la necesidad,” dijo King. “Así que buscan la democracia, lo cual podría ser bueno, pero lo que realmente necesitan es fe.”
A medida que más ciudadanos chinos se vuelven a Cristo, Xi responde con nuevas medidas de represión. El 1 de mayo, su gobierno impuso más restricciones a los misioneros extranjeros.
“Conozco a casi todos los cristianos extranjeros que están como misioneros, aunque sea bajo la fachada de un negocio, de estudiantes, o haciendo ‘tienda de campaña’ como médicos, o ayudando en orfanatos. Sus servicios están siendo señalados y se les prohíbe servir y quedarse en China,” explicó Bob Fu, presidente de China Aid.
Los extranjeros no pueden predicar ni enseñar sin autorización previa, la cual rara vez se otorga sin supervisión del Partido Comunista. Por eso, muchos misioneros mantienen ocultas sus actividades evangelísticas.
King comentó:
“En su mayoría, quienes se mantienen ocultos seguirán ahí. Probablemente se quedarán hasta que los descubran y los expulsen.”
El gobierno también exige que los himnos que se canten en las iglesias oficiales Patrióticas de las Tres Autonomías estén alineados con los principios comunistas.
“Cada domingo, antes de cantar la doxología, deben levantarse y cantar el himno comunista, el himno nacional comunista primero, para alabar a los héroes comunistas en lugar de adorar el nombre de Jesucristo,” dijo Fu.
Fu reveló que el Partido Comunista vigila a los cristianos con cámaras estratégicamente colocadas y sistemas de reconocimiento facial.
“En las cuatro esquinas de la iglesia, incluido el púlpito, deben instalar cámaras con reconocimiento facial para monitorear a todos los que asisten al culto,” aseguró Fu.
“Incluso los diezmos y las ofrendas ahora se consideran un servicio religioso extranjero y se criminalizan, sobre todo en las iglesias domésticas. Muchos pastores de iglesias domésticas son arrestados solo por poner una caja de diezmos y ofrendas en la iglesia.”
El cargo contra estos pastores es fraude comercial.
Hace más de dos años, la policía de seguridad pública arrestó a tres pastores de la Iglesia del Pacto de Linfen bajo estos cargos. Fueron llevados a juicio en mayo.
China Aid informó que uno de los pastores fue condenado a casi dos años de prisión y los otros dos recibieron sentencias de más de tres años y medio. “Simplemente por tener su iglesia con escuela dominical y una caja para los diezmos y ofrendas,” explicó Fu.
Fu y King sostienen que, a pesar de la represión de Xi Jinping, el cristianismo sigue creciendo en China.
Mientras su pastor, Wang Yi, cumple una condena de nueve años, los miembros de la Iglesia del Pacto de la Lluvia Temprana están avivando fuegos de avivamiento.
“El año pasado, plantaron dos iglesias más bajo la persecución más fuerte,” dijo Fu. “Hemos visto muchas iglesias domésticas experimentar avivamiento.”
King cree que el gobierno comunista no entiende el impacto de la persecución sobre la fe cristiana.
“Nunca he entendido cómo los líderes marxistas no comprenden esto: cuanto más presionan, más se extiende la iglesia. Los cristianos tienen una larga historia enfrentando cadenas y opresión, y nada los detiene. Es una historia increíble.”
