El convento de Santa Clara se trata de un lugar que no dejará indiferente a ninguno de sus visitantes debido a los grandes tesoros que se pueden encontrar en su interior. Un lugar cargado de historias en el que cada rincón tiene un detalle sorprendente.
1.La única sillería nazarí del mundo
El Coro Bajo se trata de la mayor joya del Monasterio en el que se encuentra la sillería de 1360 realizada por artesanos musulmanes traídos del Reino de Granada. Una gran obra en la que se pueden ver los escudos nobiliarios de las monjas y columnas y capiteles nazaríes, con leones como remate siendo coetáneos a los leones de la fuente de la Alhambra.
Este coro es el único de estilo nazarí que existe en el mundo debido a que los musulmanes tenían prohibido realizar obras para los cristianos. Unas piezas de un valor incalculable que el conservador del monasterio, Juanma Moreno destaca como “el gran tesoro del lugar”.
2.Una obra de Juan Martínez Montañés
En el ante coro se puede encontrar un relieve de Juan Martínez Montañés, que fue trasladado al convento después de que en la Guerra Civil destruyeran el convento de San Francisco en Huelva. Aunque no se conserva en su totalidad, en la obra se vislumbra los toques del artista y su gran majestuosidad.
3.El lugar donde Cristóbal Colón pasó su primera noche tras regresar de América
El primer lugar en el que pasó la noche el propio Cristóbal Colón a su regreso de un ambiciosa empresa, la noche del 16 de marzo de 1493 junto a sus marineros, para cumplir el voto que había realizado a la titular del convento, Santa Clara, en plena tormenta en alta mar.
4.La titular del convento le da nombre a una de las carabelas
Realmente, el nombre de la carabela conocida como La Niña, es Santa Clara y se bautiza así debido a la titular del convento. El nombre popular se lo dan los dueños de la embarcación, los hermanos Niño quien la construyeron para el viaje.
5.La iglesia es el panteón de la familia del señor de Moguer
La iglesia del convento tiene como singularidad su grandeza debido a que la familia de los señores de Moguer, los Portocarrero, eligieron como su panteón personal el lugar en el que actualmente se encuentra enterrada una parte de la familia.
Las tumbas se encuentran en el altar mayor, para que en cada misa que se realizara se reviviera la misa del día de su fallecimiento.
