Quien algo quiere algo le cuesta. Hay trucos y consejos que hacen mucho más fácil adelgazar pero más fácil no significa que vaya a ser un camino de rosas. Siempre es necesario hacer un esfuerzo para desprenderte de esos kilos de más y, ya que estás haciendo ese sacrificio, tienes que evitar sí o sí ciertos obstáculos que pueden hacer que no sirva para nada tu dieta.
Lo más importante es comer bien y esto tiene dos partes: consumir alimentos que te ayuden a ponerte en forma y no consumir aquellos que te hacen engordar. Hay una serie de enemigos que debes vetar de tu dieta, unos más evidentes como los productos azucarados y otros que no lo son tanto.
Hay que comer todo tipo de alimentos naturales
Si tienes mucha hambre y necesitas saltarte tu dieta, hazlo con frutas y verduras
Nuestra primera recomendación es que te olvides por completo de basar la dieta en un producto en concreto, por muy sano y natural que sea. La clave es consumir un poco de todo, reforzando las proteínas y sin dejar de lado los hidratos de carbono y las grasas, que siguen siendo absolutamente necesarios en cantidades moderadas.
Lo importante es huir de los ultraprocesados y comer alimentos naturales. Aquí la clave es fijarse en la etiqueta y seguir la regla de los cinco ingredientes: si tiene menos de esta cifra es bueno y si la sobrepasa no deberías consumirlo. Además, claro está, debes hacer ejercicio regularmente sin dejar de lado el trabajo de musculación y llevar un recuento de las calorías.
El pan blanco, prohibido desde ya en tu dieta para adelgazar
El pan blanco es uno de los mayores enemigos en tu dieta / Freepik
El alimento del que tienes que olvidarte es el pan blanco. El principal problema es que es difícil llevar un control de las cantidades, ya que puedes tener una dieta de una determinada cantidad de gramos de carne, pescado, verduras u otros alimentos y muchas veces se nos olvida cuantificar el pan. Y si te quedas con hambre corres el riesgo de lanzarte a por la barra y llenarte con una cantidad de hidratos que supera por mucho la que necesitas.
El pan blanco tiene más de 250 calorías por cada 100 gramos, un aporte elevado para tratarse de un complemento y no de un ingrediente clave en el plato. Si piensas seguir consumiendo pan tiene que ser integral. En este caso es recomendable siempre que sea en cantidades limitadas y controladas porque engorda menos y es rico en fibra.
