Las opciones y reflexiones presentadas por el prelado pueden parecer impactantes dependiendo del sesgo del oyente. Sin embargo, es crucial prestar atención a un líder eclesiástico como Müller. Su pensamiento es extraordinariamente relevante debido a su arraigo en los fundamentos de la doctrina católica.
Tucker inicia la entrevista indagando sobre las nuevas direcciones que está tomando la Iglesia. Müller destaca el papel revitalizador de la Iglesia Africana en contraste con el proceso de descristianización que se observa en Europa y Estados Unidos.
Posteriormente, Müller expone que se está librando una batalla contra los ‘niños no nacidos’ y los ancianos. Más allá de las «guerras militares», existen también «guerras contra la vida humana, contra los niños por nacer, contra las personas mayores».
El prelado criticó la productividad materialista que lleva a las personas a asumir que los ancianos, como ya no proporcionan un valor económico, no tienen «ningún valor más profundo». «Es absolutamente contrario a nuestra convicción cristiana», afirmó. «Todo el mundo tiene una dignidad profunda, que nunca puede perder».
Por otro lado, recalcó que es imprescindible luchar por la dignidad de cada individuo. Los cristianos, actuamos como portavoces de la dignidad humana en todas partes y debemos trabajar incansablemente por la libertad, la justicia social y la promoción de todos los valores humanos. Este compromiso subraya la relevancia de la Iglesia y de cada creyente cristiano en el contexto actual y futuro. Müller indicó que considera que sin el cristianismo, la esperanza auténtica para la humanidad se desvanece.
Respecto a la ideología de género Müller hace el siguiente comentario “el cambio de sexo o género es absolutamente estúpido porque Dios no cometió un error al crearte a ti o a mí o a todos como lo que somos, hombres o mujeres, en nuestros cuerpos personales individuales. Y esto es un regalo, nacer como hombre o como mujer.»
En cierto momento de la entrevista Müller le dijo a Carlson que «estamos amenazados por poderes antihumanos, donde el partido o la ideología es más importante que la riqueza y el bien de su propio pueblo». Por lo que en la entrevista Carlson le preguntó a Müller si creía que era cierto que, bajo el Papa Francisco, el Vaticano «parece mucho más alineado con un movimiento político global con políticas progresistas que en cualquier otro momento del pasado».
El cardenal ofreció en ese momento una crítica general con las políticas globalistas. Müller dijo que un papa, como «una autoridad moral en todo el mundo», no debería dar a las élites políticas del mundo «la impresión de que pueden usar y abusar de la autoridad papal para sus ideas, la llamada Nueva Orden Mundial y Agenda 2030«. «Y por lo tanto, debemos mantener una cierta distancia con el liderazgo político, y debemos dar un gran contraste a las ideologías equivocadas, que están detrás de la ideología del poder», afirmó el cardenal.
Ante la última pregunta de la entrevista formulada por Tucker sobre la realidad de Occidente dentro de 100 años, el cardenal alemán dijo que no podía predecir el futuro pero ofreció una explicación de los principios basilares necesarios. El cardenal Gerhard Müller ha defendido el cristianismo como algo nuclear para el éxito de la cultura occidental, afirmando que «sin el cristianismo, Occidente no es nada; es solo un territorio, pero sin cultura, sin espíritu, sin identidad».
«Por lo tanto, es muy importante mirar a las raíces de nuestra cultura, la filosofía griega, el derecho romano… junto con el Antiguo y el Nuevo Testamento, cristianos y judíos, una gran tradición. A pesar de las diferencias que tenemos, la base de esta cultura occidental es la misma», afirmó Müller.
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