Los carros producidos en la época de la Unión Soviética (URSS) se han vuelto a poner de moda en Rusia, después que las sanciones de Occidente contra Moscú por su invasión de Ucrania acabaran con la oferta de automóviles último modelo y el mercado fuera ocupado por vehículos de China, mucho más caros y menos demandados en la nación euroasiática que sus competidores de Europa y EEUU.
Por esa razón, no solo aparecen con más frecuencia en las carreteras rusas los viejos Volga, Moskvich y Lada, sino que sus precios se han disparado, de conjunto con la nostalgia por esa clase de carros, que siguen circulando en Cuba, en la mayoría de los casos con adaptaciones de diverso tipo.
El medio de Volgogrado (antigua Stalingrado) V1 reportó la creciente fiebre por los viejos modelos, que en el mercado informal pueden costar entre 100.000 y 900.000 rublos.
En comparación, el modelo de coche chino más popular en Rusia en 2023 fue el Haval Jolion, un SUV familiar que tiene un precio promedio de 2.33 millones de rublos. Este es, por cierto, el más barato de los diez modelos más vendidos durante todo 2023 en el país, reportó el medio independiente The Moscow Times, citando fuentes oficiales.
La inundación del mercado de Rusia por carros chinos, que algunos choferes locales critican por aparentemente no ser lo suficientemente resistentes para el invierno extremo de algunas regiones del país, así como la demanda creciente de vehículos, ha despertado el apetito por los modelos históricos que en muchos casos permanecían almacenados por sus antiguos dueños.
Según V1, el aumento de la demanda de coches baratos de la URSS se notó por primera vez cuando trabajadores migrantes de Asia Central comenzaron a comprarlos en Volgogrado, lo que dio lugar al interés de los locales.
“Estos carros han estado aparcados en los garajes de la gente durante muchos años. Y es una lástima venderlos, sobre todo porque mucha gente los recibió de sus abuelos y padres”, contó Alexey, experto en automovilismo y dueño de un viejo modelo pick-up.
“Ahora son como flores de invierno: han salido de debajo de la nieve y aparecen masivamente en las carreteras. Las exigencias de la gente son menores, porque en definitiva es mejor viajar en un carro oxidado y viejo, pero propio, que amontonarse en un autobús o tranvía, ¿verdad?”, remarcó.
“Los hombres de Uzbekistán y Tayikistán eran tacaños y enviaban a su casa casi hasta el último centavo, pero ahora la ciudad está inundada de sus hijos, y la escasez de trabajadores en Volgogrado no solo les ha dado muchas opciones de empleo, sino que también ha aumentado sus ingresos”, detalló Alexey.
“Así que empezaron a comprar carros soviéticos baratos, inflando la demanda y subiendo los precios. Sí, crujen. Sí, se desarman sobre la marcha. Pero caminan”, enfatiza.
Pese a lo anterior, Alexey advierte que estos carros son muy peligrosos, puesto que no cumplen con los requisitos de seguridad necesarios en las carreteras modernas. No obstante, tercia, no es difícil registrarlos, aunque sí crearán muchos inconvenientes para otros automovilistas que se los tropiecen en la vía.
“Simplemente, no tienen bolsas de aire. Considérese a sí mismo viajando en un ataúd sobre ruedas. Pero hay una demanda por estos autos. Porque, repito, son fáciles de manejar y no son caros de mantener”, comentó Oleksiy para el mismo reporte.
“En aras de la justicia, diré que estos carros son extremadamente populares en Cuba. El país no tiene producción propia, por lo que eligen las opciones más baratas y sin pretensiones. Solo que allí el clima es diferente. En Cuba se pueden encontrar ejemplares en los que todo, desde los tornillos, las luces, el motor, funcionan a la perfección. En Rusia también hay coches de este tipo, pero encontrarlos a la venta es increíble”, precisó.
En cuanto a los precios, un VAZ 2102 de 1972 en Volgogrado se vende por 222.000 rublos, indicó V1, que consultó los clasificados en grupos en redes sociales. Este modelo, aseguró el medio, conserva incluso la tapicería de tela original del interior.
Las viejas marcas rusas, ahora con modelos más modernos, también podrían regresar a Cuba. En 2023, en medio de la fiebre de la “cubastroika”, medios rusos anunciaron que la empresa UAZ, uno de los mayores fabricantes de automóviles de Rusia, comenzaría a ensamblar sus vehículos en la Isla.
La propia empresa explicó que en el verano de ese año arrancaría el ensamblaje del modelo SKD, aunque las autoridades cubanas habrían mostrado su interés en los automóviles UAZ Profi, suerte de camionetas, y en las ambulancias creadas sobre la base del modelo UAZ Loaf, un carro panel cuyo uso primordial ha sido como vehículo militar.
En mayo de 2023, representantes de la Planta de Automóviles de Ulyanovsk, fabricante de los UAZ, y empresas cubanas, sostuvieron negociaciones para abrir la línea de montaje de vehículos rusos en la Isla. No obstante, hasta hoy no ha vuelto a mencionarse ese acuerdo, como tantos otros desprendidos de la nueva alianza geopolítica entre Moscú y La Habana, que generó numerosos titulares de prensa, pero de los que hoy apenas se habla.
En Cuba circulan desde hace décadas cientos de modelos de vehículos soviéticos Lada, Moskvich y Niva, entre otros, que sus propietarios mantienen gracias a la inventiva personal. En muchos casos, están en manos de funcionarios oficiales, sobre todo militares, a quienes el Gobierno se los entrega.
Para los propietarios particulares queda sobre todo el flujo de viajeros que hacen turismo de compras en Rusia y llevan a Cuba desde neumáticos hasta partes y piezas de esos automóviles, que se venden a precios muy altos. Es esta la única manera de conservar la identidad de carros que hasta la década de 1980 fueron el último grito de la modernidad en las carreteras cubanas.
