El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió este martes 9 de abril a su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, en un momento de especial tensión entre ambos países, después de que el colombiano cuestionara las inhabilitaciones de opositores venezolanos que han impedido sus postulaciones como candidatos a las presidenciales del 28 de julio. En sus declaraciones, los mandatarios se enfocaron en los asuntos en común y no mencionaron el tema electoral.
Este martes 9 de abril, los presidentes de Venezuela y Colombia se reunieron en Caracas, un mes después de un encuentro en el que hablaron de temas como migración, transición energética y crisis climática.
Tras su reunión del martes, Petro afirmó que la paz política en Venezuela puede ser también la paz armada para el país andino, para lo que hay un “terreno” que construir de manera rápida.
“Colombia puede ayudar mucho en la paz política, en la estabilidad política que hemos propuesto que se pueda lograr en toda Suramérica, la paz política en Venezuela puede ser también la paz armada en Colombia, en eso hay terreno por construir rápido, urgente”, indicó Petro desde el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas.
“Así que este escenario de una paz, que pensamos debe darse en Venezuela, de una paz alrededor del conflicto armado en Colombia y una paz que tiene que ver con el ciudadano común, que tiene que ver con que las mafias, las bandas cedan terreno ante la seguridad de una ciudadana, de una madre, de un ciudadano”, añadió.
Por su parte, Maduro sostuvo que Venezuela siempre estará dispuesto a ayudar “más allá de lo que se pueda” a Colombia a “construir la paz”.
“Venezuela siempre estará lista, dispuesta y a la orden de ustedes para ayudar más allá de lo que se pueda (…) a construir la paz de Colombia, porque la paz de Colombia es la paz de Venezuela y también la paz y la estabilidad de Venezuela, en lo político, en lo económico y en lo social, es la tranquilidad y la paz de Colombia”, apuntó.
El cónclave tuvo lugar después de que el mandatario colombiano, Gustavo Petro, expresara su rechazo a la inhabilitación por parte del Tribunal Supremo Electoral contra María Corina Machado y la imposibilidad de registro de Corina Yoris, su sucesora en la candidatura.
Las críticas de Petro, que buscó patrocinar las negociaciones entre oficialismo y oposición en Venezuela para que se celebren elecciones, generaron una oleada de comentarios negativos de miembros del Gobierno de Nicolás Maduro, no solo contra el colombiano sino también a otros líderes latinoamericanos como el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
El jefe de Estado de Colombia dijo que la inhabilitación de Machado era “un golpe democrático” y recalcó que la democracia debe “mantener los derechos políticos de toda la ciudadanía”, lo que hizo reaccionar de forma positiva a la oposición venezolana.
No obstante, Maduro les bajó el tono a las controversias en vísperas a recibir a Petro. “De Colombia no nos separará nadie, tenemos grandes objetivos que cumplir juntos. Hacer avanzar la economía, el comercio, la paz… Nosotros estamos ayudando a Colombia en la paz y seguiremos juntos”, expresó.
Por su parte, tras declaraciones de Maduro, donde tildó a los gobiernos de izquierda y derecha como cobardes por no condenar los ataques a su Gobierno, Petro contestó.
“No hay izquierda cobarde, hay la probabilidad de, a través de profundizar la democracia, cambiar el mundo. La magia de Chávez fue proponer democracia y cambio del mundo. La revolución de hoy es: transformar el mundo profundizando la democracia”, escribió Petro en su cuenta de X.
En la alocución del lunes 8 de abril, donde Maduro recalcó que “la vida es bonita cuando hay diferencias de criterios”, detalló que la agenda de temas a tratar con su par colombiano están la cooperación diplomática, la seguridad fronteriza, el comercio, la economía y la energía.
Este temario fue fijado por los cancilleres de Venezuela y Colombia, Yván Gil y Luis Gilberto Murillo, respectivamente, después de la primera reunión del mecanismo de seguimiento de la Comisión de Vecindad e Integración, celebrada en la urbe fronteriza de Cúcuta.
Tensiones regionales
La reunión tiene lugar en medio de crecientes tensiones regionales, como la de Ecuador con México.
Ecuador pidió el jueves 4 de abril a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur Smeke, abandonar el país al declararla “persona non grata”, tras las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las últimas elecciones ecuatorianas en las que fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio.
Un día después, el otorgamiento de asilo a Glas y la intervención policial ecuatoriana en la embajada mexicana ahondaron la crisis. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, rompió relaciones diplomáticas con Ecuador y ordenó el regreso al país de todo el personal de su embajada en Quito.
La irrupción de la Policía ecuatoriana en la sede diplomática tuvo como objetivo detener al exvicepresidente Jorge Glas, que según México se encontraba alojado como huésped en ese lugar.
Ecuador aseguró que procedió después de agotar el diálogo con el Gobierno mexicano para arrestar al político, condenado por la Justicia de su país en casos de corrupción. Quitó también argumentó que existía “un riesgo real de fuga”.
Sin embargo, el 8 de abril, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, remarcó que el procedimiento fue injustificable, ya que Quito violó el derecho internacional por retener a una persona que tenía asilo político.
El mismo lunes, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, calificó la crisis de “situación compleja y sin precedentes”. Noboa aseguró que tuvo que tomar “decisiones excepcionales para proteger la seguridad nacional, el Estado de derecho y la dignidad de un pueblo que rechaza cualquier tipo de impunidad a criminales, delincuentes o narcoterroristas”.
Con EFE y medios locales
