El 23 de septiembre de 1947 se promulgó en Argentina la Ley 13.010 que instituye el voto femenino. Eva Perón impulsó la campaña para que fuera sancionada la Ley de Voto Femenino.
De este modo, en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, por primera vez las mujeres pudieron votar y ejercer sus derechos cívicos y políticos. En total votaron 3.816.654 de argentinas y fueron elegidas cinco Senadoras Nacionales y veintitres Diputadas Nacionales.
Desde fines del siglo XIX las mujeres argentinas venían luchando por esta reivindicación. Cecilia Grierson, participó en 1889 en Londres del Segundo Congreso Internacional de Mujeres y en septiembre de 1900 fundó el Consejo de Mujeres. En 1907, la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino.
Estos impulsos influyeron para que en mayo de 1910, en pleno centenario, Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino Internacional con la participación de delegadas chilenas, uruguayas y paraguayas donde se reclamó el derecho de las mujeres a votar.
La primera mujer en toda Sudamérica en votar fue Julieta Lanteri: lo hizo, tras un juicio y en las elecciones municipales de 1911. En marzo de 1919 lanzó su candidatura a diputada nacional por la Unión Feminista Nacional y contó con el apoyo de Alicia Moreau de Justo y Elvira Rawson. Obtuvo 1.730 votos.
En 1911, el diputado socialista Alfredo Palacios había presentado el primer proyecto de ley de voto femenino en el Parlamento Nacional, faltaba aún un año para que se sancionara la Ley electoral conocida como Ley Sáenz Peña de voto secreto, universal y obligatorio. El proyecto de Palacios ni siquiera fue tratado sobre tablas.
En 1929, el también socialista Mario Bravo presentó un nuevo proyecto que pasaría tres años sin ser debatido. Recién lo fue a comienzos de septiembre de 1932. En apoyo a la ley llegaron al Parlamento 95.000 boletas electorales firmadas por otras tantas mujeres de todo el país con la siguiente consigna: “Creo en la conveniencia del voto consciente de la mujer, mayor de edad y argentina. Me comprometo a propender a su mayor cultura”.
Pocos días después, el 17 de septiembre, la Cámara Baja le daba media sanción a la ley propuesta por Bravo, que facultaba a las mujeres para votar. La ley no recibió el apoyo necesario, pero la bancada socialista, acompañada por el impulso de la mujer del fundador del Partido, Alicia Moreau de Justo, insistió sin éxito con proyectos presentados por el diputado Palacios en 1935 y 1938. Este último fue apoyado por una declaración de la Unión de Mujeres Argentinas, firmada por Susana Larguía y Victoria Ocampo.
Desde aquel primer proyecto de Palacios de 1911 se presentaron otras 22 iniciativas legislativas hasta que el 9 de septiembre de 1947 pudo sancionarse finalmente la ley 13.010 que establecía en su primer artículo: «Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”.
El 23 de septiembre Eva Peron debutó en el balcón de la Casa Rosada para hablar ante una multitud convocada por la CGT celebrando el voto femenino. “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos”. Y remarcó que se trataba de una “victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”, según destaca el historiador Felipe Pigna.
Fuentes: Felipe Pigna / La Nueva Mañana