El Santuario de Covadonga es uno de los lugares más emblemáticos y populares de la región asturiana y no es de extrañar que, año tras año, miles de personas acudan a este espacio lleno de espiritualidad para disfrutar de sus innumerables encantos.
Por ello, aquí dejamos una lista de siete curiosidades acerca de este símbolo del patrimonio asturiano.
1. La “campanona” con historia austríaca, italiana y parisina
Tres metros de alto y cinco toneladas de hierro sorprenden a cualquiera que se preste a contemplar la imponente campana del santuario de Covadonga, conocida popularmente como la Campanona. Esta campana no es una campana cualquiera y es que su pasado alberga una curiosa historia digna de conocer para cualquier persona que tenga la oportunidad de visitarla.
Nos trasladamos a finales del siglo XIX hacia el interior asturiano, concretamente a la Felguera en la conocida como cuenca minera de Asturias. Allí fue el lugar donde nació esta espectacular obra artística, en su origen propiedad del austriaco Arnaldo de Sizzo. La Compañía Asturiana de Metalúrgica fue la encargada de llevar a cabo la fundición de la campana en los altos hornos asturianos, pero la compañía no fue la única responsable del resultado final, ya que el escultor italiano Francesco Saverio Sortini también tuvo gran relevancia en el acabado y en los relieves de la escultura.
¿Una campana parisina? Es, precisamente, una de las curiosidades del Santuario de Covadonga más desconocidas. Por sorprendente que parezca, esta representación del patrimonio asturiano viajó a la ciudad del amor y de las luces. Así es, a principios del siglo XX, concretamente en 1900, la campanona fue trasladada a la Exposición Universal de París, donde recibió un galardón y medalla de honor. No fue hasta los años 50, en plena dictadura franquista cuando la obra escultórica fue colocada en el lugar que conocemos hoy en día, gracias a la donación que se produjo al propio Santuario de Covadonga.
2. La Fuente de los Siete Caños o de los enamoramientos
Una fuente que provoca matrimonios o eso dice la leyenda popular asturiana. Justo en la parte inferior de la Santina de Covadonga se encuentra esta fuente con una fuerte historia y creencia detrás y es que según relata la leyenda, es un lugar que otorga grandes poderes amorosos a aquel que beba de las cristalinas aguas de sus siete caños. La creencia afirma que la persona que consiga hacerlo, se enamorará o contraerá matrimonio en un año. No es de extrañar observar a locales y visitantes lanzar monedas a la fuente, pedir deseos o beber el agua que cae de la fuente y es que ya lo dice el refrán popular asturiano:
La Virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara
La niña que de ella bebe dentro del año se casa
Al llegar a Covadonga no bebes agua, morena
Por ello, las historias de superstición y fe que rodean a esta fuente dejan ver la espiritualidad que esconden las sagradas aguas que brotan de la pared rocosa de la cueva de Covadonga. Además, hay un dato curioso más y es que las viejas historias cuentan que si alguien quiere enamorarse, deberá beber de los siete años sin respirar.
Otra de las joyas que se pueden descubrir de este mágico lugar es la Cruz de la Victoria en la roca de la cueva, una réplica de la original de la catedral de Oviedo. Además, como es de imaginar la riqueza natural que se aprecia en los alrededores de la fuente es otro de los encantos del lugar, gracias a la frondosidad de su flora, el color verde característico del musgo y los líquenes que cubre la roca y el remanso de paz que se respira.
3. La Colegiata, una joya arquitectónica de lo más anciana
Esta curiosidad del Santuario de Covadonga radica en su antigüedad. La colegiata de San Fernando data del siglo XVI y es el edificio más antigüo del santuario. Una construcción arquitectónica que ha sido, además, catalogada como Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural merece la pena de resaltar, visitar y añadir a esta lista.
Este edificio remplazó al monasterio de Santa María, regentado y habitado por la orden religiosa benedictina y, ¿quieres saber otra curiosidad acerca de la vida de esta construcción arquitectónica? En 1868 un desprendimiento del monte Auseva dañó seriamente la estructura y los materiales del edificio, por lo que desde este momento, la Colegiata ha sido expuesta a varias remodelaciones y reformas para su conservación y manutención. Algunos de los impulsores de estas reedificaciones han sido el obispo Sanz y Forés, en el siglo XIX, que añadió un tercer tramo a la estructura o el arquitecto Luis Menéndez Pidal, que construyó un bloque gemelo para la Casa de Ejercicios.
Para concluir, como último dato curioso del edificio más antiguo del Santuario de Covadonga se puede mencionar el retablo de estilo barroco que se transportó desde la iglesia de Santa María de Valdediós en Villaviciosa, originario del siglo XVII y tal vez cueste creerlo, pero, si se habla con las monjas, existe la posibilidad de visitar la Casa de Ejercicios.
4. El Repelao, el lugar donde el Rey Pelayo fue nombrado rey
Un imponente obelisco de piedra caliza levantado sobre el campo de El Repelao, donde según cuenta la antigua leyenda del Real Sitio de Covadonga, el emblemático Rey Pelayo fue proclamado monarca del Reino de Asturias, con capital originaria en Cangas de Onís y posteriormente en Oviedo.
Levantado por los Duques de Montpensier en 1857, es el monumento, tal vez, más alejado de la propia basílica de Covadonga que aparece en esta lista (un kilómetro y medio), pero su trascendencia cultural e histórica obliga a destacarlo y mencionarlo como una de las curiosidades más significativas del santuario. La piedra caliza rosada que lo caracteriza, la Cruz de la Victoria en bronce y su emblemática inscripción hacen de este lugar un espacio cargado de tradición asturiana.
En este campo del Re-Pelao
después de la victoria de Covadonga anunciada por la aparición de la santa cruz
fue proclamado Rey D. Pelayo
Los señores infantes de España Duques de Montpensier
en su viaje a Asturias y visita a Covadonga
El día 14 de junio de 1857 mandaron erigir a sus expensas este obelisco
En definitiva, el obelisco puede ser un monumento histórico digno de visitar tanto a la salida como a la entrada de Covadonga y su espacio abierto al aire libre, puede servir para tomar un breve descanso o respiro antes de subir o después de bajar del santuario.
5. El cementerio de Covadonga, un lugar para respirar calma y tranquilidad
Muchos lo denominan como el lugar en el que se para el tiempo y es que este cementerio tiene algo especial y peculiar para muchos adeptos y amantes del Real Sitio de Covadonga. Gran parte de su encanto se encuentra en su atractivo entorno. El sacramental se encuentra en un espacio único, caracterizado por la frondosidad de sus árboles y el verde de su paisaje.
Uno de sus mayores intereses es que para visitarlo, es necesario efectuar la subida a los famosos lagos de Covadonga. Si bien es cierto que se sitúa en las proximidades de la cueva de Covadonga, para llegar hasta él hay que recorrer un pequeño sendero que puede hacerse a pie, de forma sencilla (idóneo para pasear en familia o, incluso, con niños debido a la ausencia de peligrosidad o riesgos).
Respecto a sus elementos escultóricos, se puede apreciar el altar de piedra, una bonita capilla y una cruz que en su origen, marcaba la entrada al espacio de Covadonga y que en la actualidad indica el acceso al cementerio.
Uno de los datos que te interesará saber es que este cementerio alberga exclusivamente, a personas nacidas en el pueblo de Covadonga. Aunque no es el sitio más conocido ni popular del santuario, el remanso de paz que se respira en este lugar es digno de admirar y visitarlo puede ser un momento de desconexión y descanso absoluto para aquel que decida acudir a él.
6. Una cascada llena de creencias, otra de las curiosidades del Santuario de Covadonga
Parece que el Santuario de Covadonga no deja de acumular espacios recónditos y únicos. Quien podría decir que tantos elementos naturales, escultóricos y arquitectónicos podrían converger en un mismo entorno y es que las joyas de Covadonga parecen no tener fin. A tan solo unos metros de los lugares mencionados anteriormente, se puede encontrar una espectacular cascada. Así es, y no es precisamente una cascada cualquiera: su altura, potencia y su proximidad a la basílica de Covadonga la convierten en magia pura.
Las oportunidades que ofrece a sus visitantes este salto de agua son múltiples: desde un baño para los más valientes, un momento de descanso y un rato de ocio. Muchos peregrinos y feligreses aprovechan la visita a la cascada para meditar, rezar y pedir deseos. Por ello, es un rincón cargado de espiritualidad, introspección y credo.
7. Una capilla en el interior de una cueva, su principal atractivo y curiosidad
Aunque los asturianos y los cangueses puedan estar familiarizados con el hecho de contar en su patrimonio cultural una capilla clavada en la pared rocosa de una cueva, no hay que obviar la originalidad y asombro que puede ocasionar a aquellos que desconozcan los prodigios de este santuario. La conocida como Virgen de la Santina recibe cada año miles de peregrinos que acuden a ella como travesía y viaje de fe. Para encontrarla, se puede acceder a través de la denominada escalera “de las promesas”, que cuenta con 103 escalones o mediante un túnel.
Considerada como el corazón y esencia de Asturias, su historia se remonta a hace más de 1.300 años. El nombre procede del latín Cova Dominica y significa Cueva de la Señora. Como dato peculiar se puede mencionar el incendio que provocó la pérdida de la imagen de la Virgen, complementos y joyas que albergaba en su interior en 1777. Por ello, la imagen actual fue donada por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778.
A su vez, la capilla contiene un estilo prerrománico y su construcción data de mediados del siglo XX, concretamente los años cuarenta, tras el término de la Guerra Civil. Nombres relevantes en el ámbito de la escultura y la arquitectura como Luis menéndez Pidal o Juan José García Talens tuvieron una gran influencia en esta obra tan importante para la religión y la cultura de Asturias y, concretamente, de Cangas de Onís.
La atmósfera y aura que se respira en la capilla es definida por muchos como una experiencia singular que merece vivirse al menos una vez en la vida.
