El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, invocó una antigua ley, de 1798, que permite al mandatario detener o deportar a los nativos y ciudadanos de una nación extranjera, para así acelerar las deportaciones masivas.
Sin embargo, según un comunicado en página de la Casa Blanca, la norma fue invocada para deportar a miembros del Tren de Aragua, “organización terrorista extranjera designada con miles de miembros, muchos de los cuales se han infiltrado ilegalmente” al territorio norteamericano.
Según el mandatario, la pandilla “está llevando a cabo una guerra irregular y acciones hostiles contra el país”. En la proclamación, Trump afirmó que el Tren De Aragua “opera en conjunto con el Cártel de los Soles, la organización narcoterrorista (…) que comete crímenes brutales, incluyendo asesinatos, secuestros, extorsiones y tráfico de personas, drogas y armas”.
La pandilla “está llevando a cabo una guerra irregular y acciones hostiles contra el país”. Foto:iStock
La orden de este sábado sostuvo que el Tren de Aragua opera en conjunto con el Cartel de los Soles y “ha participado y continúa participando en la migración ilegal masiva a EE. UU. para promover sus objetivos de perjudicar a los ciudadanos estadounidenses, socavar la seguridad pública y apoyar el objetivo del régimen de Maduro de desestabilizar las naciones democráticas de América, incluido Estados Unidos”.
Esa directiva atribuyó a Maduro el liderazgo del Cartel de los Soles y criticó que a lo largo de los años las autoridades nacionales y locales venezolanas hayan cedido un control cada vez mayor sobre su territorio a organizaciones criminales transnacionales como el Tren de Aragua, lo que a su juicio ha resultado en “un estado criminal híbrido” que perpetra dicha “invasión” sobre Estados Unidos.
La Ley de Enemigos Extranjeros no ha sido invocada en EE. UU. desde la II Guerra Mundial (1939-1945), cuando se usó para detener a estadounidenses de origen japonés, en uno de los episodios más oscuros de racismo contemporáneo.
¿Qué proclamó Donald Trump?
Después de señalar varios de los delitos que comete el Tren de Aragua en Estados Unidos, el presidente Donald Trump declaró lo siguiente:
Todos los miembros de ese grupo, en virtud de su membresía, están acusados de hostilidad real contra Estados Unidos y “son un peligro para la paz pública o la seguridad del país“.
La orden subrayó que a esos integrantes no se les permitirá la residencia en Estados Unidos. Foto:EFE.
La orden ejecutiva subrayó que a esos integrantes no se les permitirá la residencia en Estados Unidos y pidió a todos los departamentos y agencias ejecutivas que colaboren con los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para utilizar todos los medios legales para llevarla a cabo.
Esa directiva añadió que toda propiedad perteneciente a “enemigos extranjeros” que se use o se pretenda usar para perpetrar “la actividad hostil” del Tren de Aragua estará sujeta a incautación y decomiso.
Trump destacó que como presidente y comandante en jefe es su “solemne deber” proteger a los estadounidenses de “los devastadores efectos” de la misma, razón que le lleva a aplicar la controvertida Ley de Enemigos Extranjeros.
Esa ley permite las deportaciones sin una audiencia. Foto:EFE
¿Qué permite la ley?
Esa ley permite las deportaciones sin una audiencia y, según el Centro de Pensamiento Brennan, se ha invocado solo en tres ocasiones en la historia del país, todas ellas en tiempos bélicos: la guerra de 1812 y la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial se utilizó para justificar las detenciones y expulsiones de inmigrantes alemanes, austrohúngaros, italianos y japoneses, y durante la Segunda jugó un papel en la política estadounidense de internamiento de japoneses.
Ese instituto no partidista de derecho y política recuerda que el presidente puede invocarla en caso de guerra declarada o cuando un gobierno extranjero amenaza o lleva a cabo una invasión contra territorio estadounidense.
La Constitución otorga al Congreso, no al mandatario, la facultad de declarar la guerra.
Este debe esperar a una votación en el Congreso para invocar dicha ley con base en una guerra ya declarada, pero no necesita esperar a dicho trámite ante “una amenaza o una invasión en curso”.
GERALDINE BAJONERO VÁSQUEZ
Periodista Últimas Noticias de EL TIEMPO
*Con información de EFE