Pocos eventos atraen tanto la atención como los eclipses. Para la astrología, son acontecimientos importantes, pues no solo involucran a las luminarias (el Sol y la Luna) sino que se producen debido a una alineación en la que participa nuestro planeta. Además de mencionarlos en el calendario lunar del año, los eclipses merecen un análisis detallado por la potencia energética que se les atribuye.
Clarín consultó al astrólogo y docente Juan Pedro Giménez, quien desglosó las fechas del 2025 en que ocurrirán, explicó qué significan para la astrología y detalló las energías más movilizantes en cada uno. Para el astrólogo, no es ninguna sorpresa que los eclipses ejerzan una fascinación indiscutible en la gente, incluso cuando desconocen la influencia que tienen sobre las cartas natales.
¿Qué son los eclipses?
Los eclipses son el ocultamiento temporal de la luz del Sol o de la Luna (según el tipo de eclipse). El ocultamiento se produce porque, vistas desde la perspectiva terrestre, las dos luminarias y nuestro planeta se alinean con los nodos lunares, puntos matemáticos de intersección entre la órbita lunar y la órbita terrestre.
“Cada vez que se da una conjunción o una oposición entre el Sol y la Luna (observadas sobre la franja zodiacal), y estando ambas luminarias cerca de los nodos lunares, se produce el ocultamiento de la luz del Sol (eclipses solares), o de la Luna (eclipses lunares)”.
Diferencias entre un eclipse solar y un eclipse lunar
Los eclipses solares siempre ocurren en Luna nueva, cuando la Luna se interpone temporalmente entre el Sol y la Tierra.

En cambio, los eclipses lunares se producen siempre en Luna llena, cuando las dos luminarias hacen oposición, se dice que están “enfrentadas”. En estos casos, el Sol es el cuerpo celeste que se interpone entre la Tierra y la Luna.
¿Los eclipses son sinónimo de “mala suerte”?
El docente de astrología destaca el rol fundamental que tuvo a lo largo de la historia poder anticipar las fechas en que se producirían los eclipses. “Más allá de todo ‘misticismo’ o esoterismo: el ocultamiento de la luz impedía ciertas actividades, y propiciaba otras, y de esa manera se analizaba su influencia”, sostuvo.

Parte de la mala fama que se le atribuyó a los eclipses se relaciona con la mirada que los astrólogos y astrónomos de la Antigüedad tenían sobre estos impresionantes eventos. Giménez dejó en claro que actualmente la astrología los estudia de forma integral; es decir, un eclipse no es únicamente “malo” o únicamente “bueno”. Lo explicó así: “Si entendemos a la luz solar como fuente de energía y vitalidad, entonces su ocultamiento traerá una merma en esa influencia positiva. Ésta sería la interpretación potencialmente ‘negativa’ de la influencia general de un eclipse sobre nosotros: baja de energía, estar desganados, sin entusiasmo, con ganas de ocultarnos, más que de salir a la vida”.
En contraposición, el especialista también señaló la parte favorable que traería un eclipse. Afirmó que el suceso nos invita a “ir hacia adentro”, alimenta una saludable introspección para que revisemos patrones en nuestra vida y nos impulsa a emprender un nuevo comienzo una vez que nos hayamos desprendido de lo que “ya no va”.
Frente a los escépticos de la influencia astral, el astrólogo sumó a la explicación de estos simbolismos que un eclipse, como otros eventos del cielo, no “genera” nada. Lo que sí es posible notar, dijo, es la correlación, la sincronía, entre uno y otro fenómeno.
Por qué la astrología no interpreta igual un eclipse solar y un eclipse lunar
Giménez detalló que existen diferencias interpretativas entre los eclipses solares y los lunares, principalmente por la diferencia entre el simbolismo de la Luna y el del Sol.

Desde el punto de vista de la astrología, el Sol se asocia a lo “consciente”. La Luna, en cambio, se asocia a las emociones y lo “inconsciente”. “Entendemos que los eclipses solares tendrían una influencia mayor sobre asuntos externos, eventos específicos más bien observables desde una perspectiva objetiva —explicó el astrólogo—; mientras que los lunares estarían ligados a una influencia subyacente, emocional, de procesos internos”.
Calendario de eclipses 2025: cuántos habrá y en qué fechas ocurrirán
Giménez precisó que en el 2025 habrá cuatro eclipses: dos lunares y dos solares. También indicó que las interpretaciones funcionan como tendencias globales que dibujan un panorama, no son predicciones.
Los cuatro eclipses de 2025 serán en las siguientes fechas:
– 🌕 El 14 de marzo de 2025: eclipse lunar total en los 23° de Virgo. El momento del máximo eclipse será a las 03:59 a.m. (hora Argentina). Ocurre junto con la Luna llena en Virgo. Será visible en todo el Pacífico, Suramérica, el oeste de Europa y el oeste África.
– 🌑 El 29 de marzo de 2025: eclipse solar parcial en los 8° de Aries. El momento del máximo eclipse será a las 07:47 a.m. (hora Argentina). Ocurre junto con la Luna nueva en Aries. Será visible en el noreste de Estados Unidos y Canadá, noroeste de África y norte de Rusia.

– 🌕 El 7 de septiembre de 2025: eclipse lunar total en 15° de Piscis. Se da en sincronía con la Luna llena en Piscis. El momento del máximo eclipse será a las 03:11 p.m. (hora Argentina), pero no podrá verse en ningún país de América. Será visible en Europa, África, Asia, Australia y Nueva Zelanda.
– 🌑 El 21 de septiembre de 2025: eclipse solar parcial en 29° de Virgo. Ocurre junto con la Luna nueva en Virgo. El momento del máximo eclipse será a las 04:41 p.m. (hora Argentina). Solo será visible en la Antártida y una porción del Pacífico sur.
Eclipses 2025: interpretaciones astrológicas a nivel mundial
El astrólogo y docente adelantó los puntos más relevantes de los eclipses en el 2025 y cómo modelarán las tendencias energéticas a nivel mundial. En principio, destacó un evento: el cambio del eje nodal. El eje se compone de dos puntos: el nodo norte y el nodo sur. Los dos puntos imaginarios resultan de las intersecciones entre la trayectoria de la Luna con la órbita de la Tierra (la eclíptica).

Giménez señaló que el 11 de enero de 2025, a las 8:01 p.m. de Argentina, el nodo norte (en movimiento retrógrado) saldrá de Aries para ingresar a Piscis. A su vez, el nodo sur pasará de Libra a Virgo. Asimismo, explicó que la propuesta del nodo norte en Piscis será dejar un poco de lado la parte excesivamente “laboriosa”, ordenada y práctica, propia de Virgo, e ir hacia instancias un poco más “caóticas” y más conectadas con el servicio, la espiritualidad, la empatía, o bien la música o el arte.
Este proceso coincide con un año en el que los signos de tierra estarán menos acentuados. Plutón salió definitivamente de Capricornio a finales de 2024 y Urano saldrá de Tauro en julio. Para el astrólogo, es probable que esto se traduzca en una invitación para explorar el universo sutil, una etapa que nos permite salir un poco de la hiperfocalización en el trabajo, las obligaciones y las responsabilidades. Quizá indaguemos en lo que se podría considerar “inútil”, o poco práctico, pero que, en definitiva, nos hace muy bien: hobbies, lecturas a medianoche, meditaciones, momentos con nuestros seres queridos.

¿Y qué significa esto para los eclipses del 2025? De acuerdo al docente en astrología, “los eclipses serán focos de una fuerte intensidad energética que nos invitará de manera muy elocuente a ese famoso soltar pisciano, no tenemos que ver esto como un desprendimiento de nuestras posesiones, ni nada por el estilo, sino simplemente con entender que hay más en esta vida que lo que se puede ver y tocar”.
En detalle, Giménez señaló que el eclipse solar del 29 de marzo se dará en sextil a Plutón, en un contexto de Neptuno conjunción Saturno, lo que podría propiciar un “empoderamiento” en los líderes más influyentes, no exento de riesgos. “Neptuno podría disolver estructuras valiosas, o bien ‘confundir’ a la hora de consolidar proyectos sustentables, y el empoderamiento plutoniano podría llegar a inflar los egos de quienes manejan el mundo, impulsando medidas poco favorables para la sociedad”, explicó.
Al analizar el eclipse solar de marzo, el especialista añadió que hay una complejidad interpretativa: “Si bien el nodo norte estará en Piscis, el eclipse tendrá, todavía, al Sol y la Luna presentes en Aries, lo que dificultará esto de la ‘disolución del ego’, propio de lo pisciano. Si esperamos una resolución de los conflictos bélicos que afectan al mundo, tal vez habrá que esperar hasta un poco más avanzado 2025, ya rondando la instancia del próximo período de eclipses, en septiembre”.

Después de mitad de año, durante la segunda temporada de eclipses, el eclipse solar del 21 de septiembre se dará con el Sol y la Luna ya en Virgo, en “buen aspecto” (trígono) a Plutón y Urano. Esos aspectos planetarios formarán una configuración muy favorable conocida como el “Barrilete”.
El astrólogo adelantó que esto lograría integrar de mejor manera la conjunción Saturno con Neptuno (que seguirá vigente, pero en este caso en un aspecto disociado). “El panorama, en esa época, parece bastante más luminoso, fluido, y capaz de llevar esa transformación plutoniana o esos cambios uranianos a buen puerto”, indicó.
¿Quiénes estarán más afectados por los eclipses a nivel personal? El impacto principal se dará en los planetas (o las cúspides de casas astrológicas) que hagan conjunción u oposición con estos eclipses, que se consideran focos importantes. Giménez aclaró que hay que tomar de margen un espacio de unos 5°. Por ejemplo, si tuviéramos el Sol en 10° de Aries, el eclipse del 29 de marzo le hará conjunción a ese Sol; o si tuviéramos la Luna en 29° de Piscis, el eclipse del 21 de septiembre le hará oposición.
En conclusión, los eclipses de este 2025 influirán en el clima general de un año marcado principalmente por los tránsitos de los planetas sociales, Saturno y Júpiter, y los transpersonales, Urano, Neptuno y Plutón. Estará en cada uno de nosotros buscar las sincronías y aprovechar su energía.
Asesoró el astrólogo y docente de astrología Juan Pedro Giménez. En Instagram, @motorjohn. Autor del libro “Astrología Creativa” (Editorial Kier).