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China puso fin a los estrictos confinamientos y los mercados mundiales lo agradecieron. Analistas esperan que la reactivación de la segunda economía del mundo ayude a evitar la recesión en distintas regiones. El Fondo Monetario Internacional elevó sus proyecciones de crecimiento para el gigante asiático, pero para Occidente, la activación económica aumentará el consumo y traerá presiones inflacionarias sin precedentes.
China reabrió sus puertas y las previsiones económicas se tornaron positivas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) cambió en enero la previsión que había hecho en octubre para China. La proyección en el crecimiento económico en 2023 pasó del 4,4% al 5,2%.
El cierre económico de 2022 de la segunda economía más grande del mundo no fue nada positivo. El Producto Interno Bruto (PIB) se ubicó en el 3%, muy por debajo del 8,1% que alcanzó en 2021 y lejos del 5,5% que se esperaba.
Otro de los reportes que dio cuenta de la mejora en la economía china fue el índice mensual de gerentes de compras, emitido por la agencia de estadísticas de China.
Según el índice, la actividad fabril del país subió hasta los 50,1 puntos en una escala de 100 puntos. Esta medida considera que hay crecimiento de la actividad cuando se superan los 50 puntos, pero, además, el nuevo puntaje supone una ganancia de 3,1 puntos, desde los 47 que reportó en diciembre.
Con las nueva estimaciones, muchos empezaron a hablar del retorno del grande de Asia a la escena económica mundial, un alivio bien recibido por el mercado global al que se le pronosticó una recesión, altos niveles de inflación y aumento de tasas de interés para este año.
“Es muy importante el papel de China porque el año pasado, por las condiciones de ‘Cero covid’, prácticamente encontrábamos muy discreto a uno de los actores más importantes de la economía y del comercio para el mundo (…) Y eso se refleja en el dato de crecimiento económico de China, pues un PIB del 3% es uno de los más bajos en, por lo menos, los últimos 20 años”, dijo a France 24 la directora del Observatorio de Política China.
Fin de la política ‘Cero covid’
El pasado 8 de enero, China reabrió sus fronteras tras haberle puesto fin a su estricta política de ‘Cero Covid’ a finales’ de diciembre. La reapertura llegó pese a que la OMS y distintos epidemiólogos acusaron al gigante asiático de tener subregistros en el número de contagios que estaban reportando públicamente.
Desde inicios de noviembre el Gobierno chino empezó a realizar relajaciones de medidas anti covid, pero todas fueron muy leves. En su momento, recortó la cuarentena para los viajeros que llegan al país y reanudó la emisión de pasaportes con fines turísticos. Internamente la población estaba cansada de los cierres y hubo un estallido de protestas que pedían el regreso a la normalidad.
Para la Unión Europea y algunos líderes políticos de Estados Unidos, la reapertura no significó necesariamente algo positivo, pues en sus proyectos financieros esperan desmarcarse, cada vez más, del suministro asiático y apostarle más a la producción interna de sus países.
En el Foro Económico Mundial, en Davos Suiza, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, amenazó con investigar las subvenciones chinas y llamó a la unidad de Occidente para contrarrestar el “monopolio” externo.
Para la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, la reapertura de China solo traerá presiones inflacionarias para el resto del mundo, una afirmación que hizo al cierre del Foro de Davos, en otro señalamiento para Beijing.
“Algo que será positivo principalmente para China, algo que será positivo para el resto del mundo, pero tendremos presión inflacionaria sobre muchos de nosotros, simplemente porque el nivel de energía que consumió China el pasado año fue ciertamente menor de lo que consumirán este año, la cantidad de Gas Natural Licuado que ellos comprarán al resto del mundo será mayor de lo que hemos visto y no hay tanta capacidad disponible en términos de petróleo y gas”, dijo Lagarde.
Con Reuters y AP