Hay pequeños cambios en la tecnología que pueden pasar desapercibidos, y que, sin embargo, son la señal del fin de una forma de actuar o de ir por la vida, como la desaparición de las cabinas telefónicas, o la lenta extinción de los teléfonos de pulseras. Es también el caso del cambio manual, cada vez menos presente en los nuevos modelos de coches, especialmente en los modelos híbridos y 100% eléctricos. Durante décadas, una de las maneras de clasificar a los conductores era la de dividirlos entre los que saben conducir coches con caja de cambios, y los que solo saben conducir coches automáticos, dando por descontado que los primeros eran mejores conductores.
Lo cierto es que la mayoría de las empresas de automóviles parecen haber decidido que no tiene sentido seguir produciendo coches con el viejo sistema de control manual, que es más costoso que la transmisión automática, ambientalmente menos amigable y que cada vez tiene una menor demanda. Y esto es así excepto en España, donde todavía un gran número de conductores siguen eligiendo esta opción al comprar un coche.
España y los coches automáticos
En España, hasta hace menos de diez años, el 90% de los coches que se vendían eran con cambio manual, lo que contrastaba con una tendencia mundial de una mayor demanda de coches automáticos, como en Estados Unidos, donde los coches con esta clase de transmisión dominan casi un 90% del mercado.
En nuestro país estos porcentajes están cambiando: actualmente las ventas se equilibran alrededor del 50%, aunque las ventas de coches automáticos no dejan de crecer y este año deben superar el 60%. Pero no se trata de una decisión de los conductores, sino más bien de las empresas de automóviles, que ya no ofrecen la alternativa del cambio manual en sus nuevos modelos, especialmente en el caso de los coches híbridos y eléctricos.
No deja de ser una contradicción que tengamos que pagar más cuando elegimos un modelo con cambio automáticos, hasta 3.000 euros adicionales, considerando que los coches de este tipo tienen un coste menor que los de control manual.
Costes y emisiones
Se trata de una decisión netamente económica: la mayor demanda de coches a nivel global es de coches automáticos, por lo que es natural que las principales líneas de montaje sean para coches con cajas automáticas. Las cajas automáticas son además mucho más confiables y fáciles de mantener, al estar completamente selladas. También necesitan menos piezas móviles y sueltas, y no requieren de sistemas adicionales como el embrague.
Otra razón por la que la mayoría de las marcas han optado por la transmisión automática y están eliminando la posibilidad de escoger coches con transmisión mecánica, es que estos últimos producen más emisiones contaminantes que los primeros, tal y como lo han probado distintos estudios realizados en las últimas décadas.
Una razón técnica, ambiental y económica adicional es que los coches con transmisión automática consumen menos combustible que los de transmisión manual, al hacer un uso más eficiente del mismo y obtener así una mayor autonomía. Al consumir menos combustible también producen menos emisiones.
Solo hay que sumar estas razones al hecho de que es más fácil conducir coches con cambios automáticos para entender por qué las principales marcas ya no ofrecen la opción manual en sus coches híbridos o completamente eléctricos. Con excepción de Toyota, que sigue ofreciendo algunos modelos de nueva generación con sistema iMT (transmisión manual inteligente).
Por todo esto, serán cada vez menos los conductores que puedan desafiar las carreteras y la potencia de sus coches realizando los cambios manualmente, pero también habrá menos vehículos que presenten problemas en la transmisión, o sean más contaminantes.
