La temporada 2024 de Fórmula 1 no tuvo un buen inicio para Alpine, quizá uno de los peores equipos de la parrilla y con el peor comienzo desde que regresaran allá por 2016. Desde cierto punto de vista, esas dificultades eran de esperar, pues los primeros problemas ya surgieron en diciembre durante el desarrollo en el simulador, pero siendo realistas, nadie esperaba encontrarse en la tesitura de tener que evitar ser el último.
Por lo tanto, debería haber novedades en el Gran Premio de Japón. En la primera cita demostraron ser la escudería más lenta, puesto que estuvieron en la última fila de la parrilla, mientras que en la segunda solo pudieron superar a Logan Sargeant y Guanyu Zhou, sin que este completara ninguna vuelta.
En el Gran Premio de Australia, en una pista más afín a las características del A524, se vieron algunos signos alentadores, especialmente en la clasificación, pero está claro que el trabajo de comprensión del coche no es suficiente para un paso adelante significativo en la actual campaña.
Un comienzo que el propio director del conjunto, Bruno Famin, describió casi como un shock, porque no esperaba estar tan atrás en la general, razón por la cual entre bastidores la escudería está trabajando para entender los puntos débiles del monoplaza y qué áreas necesitan una intervención inmediata.
Por el momento, al A524 le falta potencia, un aspecto ya conocido de años anteriores, pero también le falta aerodinámica, especialmente en términos de carga trasera, algo que a su vez afecta de forma negativa a la tracción y a la gestión de los neumáticos. Alpine intentó realizar los primeros cambios mecánicos en la suspensión, pero eso no es suficiente para solucionar los problemas.
De hecho, también hay otro elemento, la cuestión del peso. La masa del monoplaza de 2024 es significativamente superior a la mínima impuesta por el reglamento técnico, lo que supone una clara desventaja frente a la competencia, aunque predican con razón la calma, subrayando que se trata de un concepto totalmente nuevo al que se añadió un nuevo organigrama tras la marcha de dos figuras clave como son Matt Harman y Dirk de Beer.
El desarrollo se confía ahora en tres personas, con Joe Burnell, David Wheater y Ciaron Pilbeam, que se reparten los puestos de dirección en la ingeniería, aerodinámica y prestación del coche respectivamente.
Sin embargo, también hay que pisar el acelerador en los desarrollos para intentar recortar distancias. Hasta ahora, ningún equipo introdujo grandes actualizaciones, pero otras escuderías de la zona media ya estrenaron sus primeras innovaciones técnicas, como Sauber con un nuevo alerón delantero, mientras que se espera que el Visa CashApp RB lleve algo a Suzuka, al igual que otros, entre ellos, Alpine.
“He oído que muchos equipos llevarán actualizaciones a Suzuka. Creo que es bueno que nosotros también llevemos algunas cosas nuevas, así que podremos ver qué efecto tendrán en nuestro coche”, dijo Pierre Gasly. “Será un paso adelante con respecto a donde estamos ahora, en este momento necesitamos todas las actualizaciones que podamos conseguir para mejorar el rendimiento”.
“Así que es positivo. Sé que vendrán más cosas más adelante, pero creo que en este momento se trata principalmente de intentar comprender cuál es el panorama general, si seguir fieles al concepto que tenemos o intentar cambiar de dirección”, añadió el piloto francés.
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