El embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, votando en contra de una resolución para permitir la incorporación de un Estado palestino como miembro de la ONU.

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Pie de foto, Estados Unidos fue el único país en votar en contra de la resolución, que también contó con dos abstenciones.
  • Author, Redacción
  • Role, BBC News Mundo

Estados Unidos vetó este jueves una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para otorgar el estatus de miembro pleno de la organización a un Estado palestino.

La Autoridad Palestina tiene estatus de observador desde 2012, pero no puede votar en los procedimientos.

Doce miembros votaron a favor de la resolución, mientras que EE.UU. votó en contra y hubo dos abstenciones: Reino Unido y Suiza.

EE.UU., al igual que los otros cuatro miembros permanentes del Consejo, tiene poder de veto, por lo que su voto en contra impidió la aprobación de la resolución.

El viceembajador de Estados Unidos, Robert Wood, explicó por qué su país votó en contra.

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“Durante mucho tiempo hemos pedido a la Autoridad Palestina que emprenda las reformas necesarias para ayudar a establecer los atributos de la preparación para convertirse en Estado, y tomamos nota de que Hamás, una organización terrorista, está actualmente ejerciendo poder e influencia en Gaza, una parte integral del Estado previsto en esta resolución. Por estas razones, EE.UU. votó ‘no’ a esta resolución del Consejo de Seguridad”, dijo.

“Una vez más, EE.UU. continúa apoyando firmemente la solución de dos Estados. Esta votación no refleja oposición a la condición de Estado palestino, sino que es un reconocimiento de que solo surgirá de negociaciones directas entre las partes”, agregó.

Tras la votación, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, dijo que una “propuesta vergonzosa” había sido rechazada.

EE.UU. es un estrecho aliado de Israel y en varias ocasiones ha usado su derecho de veto en el Consejo de Seguridad para evitar condenas y resoluciones desfavorables a ese país.

Pero el presidente palestino, Mahmoud Abbas, condenó el veto estadounidense por considerarlo “injusto, poco ético e injustificado”, y dijo que desafiaba la voluntad de la comunidad internacional.

Mujeres palestinas reaccionan sentadas sobre los escombros de un edificio residencial que albergaba sus apartamentos en Gaza.

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Pie de foto, Tras la incursión de Hamás en territorio israelí, el gobierno de Benjamin Netanyahu inició una ofensiva en la Franja de Gaza que aún continúa.

El representante palestino, Riad Mansur, dijo al Consejo de Seguridad que el estatus pleno de la ONU brindaría la esperanza de un Estado independiente.

“El hecho de que esta resolución no se haya aprobado no quebrará nuestra voluntad ni derrotará nuestra determinación”, dijo.

“No cejaremos en nuestro esfuerzo. El Estado de Palestina es inevitable. Es real. Tal vez ellos lo vean lejano, pero nosotros lo vemos cercano y tenemos fe”, añadió.

El embajador israelí, Gilad Erdan, dijo que aprobar la resolución equivaldría a una recompensa por el terror después del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Ese día, unas 1.200 personas fueron asesinadas y más de 200 fueron secuestradas durante una incursión armada sorpresa ejecutada por ese grupo palestino en territorio de Israel, de acuerdo con las autoridades de ese país.

Esa acción fue el detonante de la actual guerra en la Franja de Gaza, donde la fuerte respuesta militar israelí ha matado a unas 33.000 personas, de acuerdo con el Ministerio de Salud de la Franja, bajo control de Hamás.

Las dificultades para alcanzar la paz

Las fronteras de Israel y de un futuro Estado palestino, el estatus de Jerusalén, el retorno de los refugiados, la repartición del agua o el uso de la violencia como arma política han sido, desde el principio, algunos de los principales escollos que han impedido avanzar en una propuesta de paz.

En los últimos años, la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, así como las divisiones en el bando palestino y la falta de voluntad política en ambos actores se han sumado a las dificultades que hacen cada vez más difícil la posibilidad de dos estados -uno palestino y uno israelí- conviviendo en paz.

Más de 700.000 israelíes viven en unos 300 asentamientos en los territorios palestinos, entre Cisjordania (medio millón) y Jerusalén Este (unos 200.000), según cifras de B’Tselem, el Centro Israelí de Información para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados.

Discusión entre un palestino y un israelí.

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Pie de foto, Los desacuerdos entre palestinos e israelíes comenzaron incluso antes de la fundación del Estado de Israel en 1948.

La resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 29 de noviembre de 1947, preveía la creación de esos dos estados y establecía un plan de partición del territorio, sus fronteras, así como los pasos que tenían que darse para la creación de esos estados independientes y para su admisión en la ONU.

Sin embargo, tanto los palestinos como los países árabes rechazaron esa resolución y cuando se proclamó la creación del Estado de Israel, en mayo de 1948, Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Siria lanzaron un ataque en su contra para evitar que se hiciera realidad.

Tras el armisticio de 1949, que puso fin a la guerra entre Israel y sus vecinos árabes, la conocida como Línea Verde sirvió para delimitar de facto el territorio de Israel de los territorios palestinos. La Línea Verde separa Jerusalén en dos y demarca Cisjordania y Gaza.

Durante la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel logró quitarle a Egipto la península del Sinaí y la franja de Gaza; los Altos del Golán a Siria; y Jerusalén Este y Cisjordania a Jordania.

A partir de entonces, los sucesivos gobiernos israelíes empezaron a construir asentamientos en Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania, ignorando la Línea Verde.

Tras el fin de la guerra de 1973, iniciada por Egipto y Siria, comenzó un proceso de acercamiento entre Israel y Egipto que culminó en la devolución del Sinaí y en la firma de un acuerdo de paz bilateral.

En 2005, Israel desmanteló los asentamientos en la Franja de Gaza y se retiró unilateralmente de allí.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha reafirmado que los asentamientos construidos por Israel en los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluidos aquellos de Jerusalén, son “una violación flagrante del derecho internacional y un obstáculo importante la visión de dos Estados que vivan uno al lado del otro en paz y seguridad, dentro de unas fronteras reconocidas internacionalmente”.

Israel no lo ve así y considera que todos los asentamientos que tienen autorización son legales.

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