Redacción de CubitaNOW ~ domingo 8 de diciembre de 2024
Científicos estadounidenses, en colaboración con el Massachusetts Institute of Technology (MIT), han desarrollado una tecnología capaz de aprovechar la energía geotérmica desde profundidades sin precedentes. Este avance podría revolucionar el panorama energético global, proporcionando una fuente limpia y prácticamente inagotable para satisfacer la demanda mundial durante siglos.
La startup Quaise Energy, surgida del MIT, ha implementado taladros de plasma que pueden perforar hasta 20 kilómetros bajo la superficie terrestre. Este método permite alcanzar rocas extremadamente calientes, cuya energía térmica genera vapor supercrítico, una forma altamente eficiente para producir electricidad. Este vapor puede transportar entre 5 y 10 veces más energía que los sistemas convencionales, lo que hace de esta tecnología una opción económica y sostenible.
La energía geotérmica no es nueva, pero este avance permite expandir sus posibilidades más allá de las ubicaciones tradicionales. Al perforar a mayores profundidades, las plantas geotérmicas podrían instalarse prácticamente en cualquier lugar del mundo, reutilizando infraestructuras existentes, como centrales eléctricas de carbón y gas. Este enfoque no solo abarataría costos, sino que también aceleraría la transición hacia fuentes de energía limpias, reduciendo las emisiones de carbono.
El proyecto tiene el potencial de transformar la civilización tal como la conocemos. Al garantizar un suministro energético inagotable, podría contribuir significativamente a combatir el cambio climático, reducir la dependencia de combustibles fósiles y mejorar la seguridad energética global. Además, acercaría a la humanidad a alcanzar el nivel de civilización de tipo I en la escala de Kardashev, un indicador que mide el aprovechamiento total de los recursos del planeta.
Estados Unidos lidera esta iniciativa, que promete ser un hito en la lucha por la sostenibilidad. La posibilidad de disponer de energía renovable durante millones de años representa una esperanza para las futuras generaciones, ofreciendo un camino hacia un modelo energético más justo y equitativo.
Con este avance, el mundo podría estar frente a una solución definitiva para el abastecimiento energético global, transformando no solo la industria, sino también la manera en que interactuamos con nuestro planeta.