Por Evaristo Lara
Consciente de que la relación entre el presidente Joe Biden y Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, a traviesa por un momento de tensión, Donald Trump trató de sacar partido en favor de los republicanos utilizando a los miembros de la comunidad judía como objetivo.
Durante una entrevista radiofónica, el magnate neoyorquino no se anduvo con rodeos al señalar que los demócratas “odian a Israel”, pero lo más controversial fue advertirles a los miembros de la comunidad judía que demostrarían odiar a su religión al respaldarlos.
“El Partido Demócrata odia a Israel. Cualquier persona judía que vote por los demócratas odia su religión, odia todo lo relacionado con Israel y debería avergonzarse de sí mismo porque Israel será destruido”, indicó.
En cuestión de minutos, el comentario de Trump no tardó en encontrar eco en Washington, desde donde Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, lanzó un comunicado donde califica sus palabras de como algo tóxico.
“No hay justificación para difundir estereotipos falsos y tóxicos que amenazan a los conciudadanos. Ninguno.
Como dijo el presidente Biden, se sintió impulsado a postularse para presidente cuando vio a los neonazis cantando ‘la misma bilis antisemita que se escuchó en Alemania en la década de 1930’, en Charlottesville. Nunca le dará al odio un refugio seguro, ni siquiera hoy”, indica la misiva.
Por su parte, Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado, se limitó a decir que en el Congreso trabajan de manera bipartidista en pro de la paz y, basado en ello, los comentarios malintencionados de Trump no ayudan en nada.
“Estoy trabajando de manera bipartidista para garantizar que la relación entre Estados Unidos e Israel se mantenga durante las generaciones venideras, impulsada por la paz en Medio Oriente”, escribió en la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter.
De acuerdo con Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la Liga Antidifamación, Trump debería concentrarse en fomentar relaciones positivas con la comunidad judía en lugar de tratar de dividir a los miembros de esta.
“Acusar a los judíos de odiar su religión porque podrían votar por un partido en particular es difamatorio y evidentemente falso. Los líderes serios que se preocupan por la histórica alianza entre Estados Unidos e Israel deberían centrarse en fortalecer, en lugar de deshacer, el apoyo bipartidista al Estado de Israel”, expresó mediante un comunicado.
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