El cristianismo es una religión monoteísta y abrahámica basada en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret cuyo libro sagrado es la Biblia. Es la religión más popular del mundo, con unos 2.300 millones de fieles. El cristianismo sostiene que Jesús es el hijo de Dios y el mesías anunciado por el Antiguo Testamento. Los cristianos creen que Jesús fue crucificado y resucitó para salvar a la humanidad, y defienden que su figura es eterna y universal. Además, respaldan el misterio de la Santísima Trinidad, que afirma que Dios es un ser único en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
De Judea al resto del mundo
Los orígenes del cristianismo se sitúan en Judea durante el siglo I. Jesús de Nazaret, un predicador judío que afirmaba ser el hijo de Dios, y sus primeros seguidores fueron perseguidos por las autoridades del Imperio romano, que los rechazaban por no reconocer el culto al emperador como divinidad. El cristianismo no fue tolerado en el Imperio y fue clandestino hasta el año 313, cuando el emperador Constantino estableció la libertad religiosa con el Edicto de Milán. Este edicto, unido a la conversión del propio Constantino, sentó las bases para la difusión de la fe cristiana.
Constantino también impulsó el Concilio de Nicea del año 325 para unificar la fe cristiana. En esta reunión se declararon las primeras herejías, como el arrianismo, que no reconocía la naturaleza eterna de Cristo. En el año 380, bajo el mandato de Teodosio, el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano con el Edicto de Tesalónica, lo que terminó de expandirlo por las fronteras imperiales.
Sin embargo, la división del Imperio romano fracturó a la cristiandad. Los cristianos occidentales reconocían la supremacía del papa de Roma, que heredaba la tradición de los apóstoles de Jesús. Mientras tanto, los orientales tenían su base en Constantinopla. Sus luchas de poder desembocaron en el cisma del año 1054, por el que se separaron la Iglesia católica y la ortodoxa. El cristianismo también tuvo que lidiar con la expansión del islam, que se extendió desde la península arábiga hasta la ibérica a partir del siglo VII.
El cristianismo volvió a fragmentarse en el siglo XVI con la Reforma protestante. El protestantismo surgió en la actual Alemania como reacción a la corrupción y diferencias dogmáticas con la Iglesia católica. Los protestantes rechazaban la autoridad papal y buscaban reformar la Iglesia a través de un cristianismo más austero e individual. La difusión del credo protestante por el norte de Europa coincidió con la expansión del catolicismo por el mundo gracias al establecimiento de las primeras misiones religiosas en América y el sudeste asiático. Esa expansión se aceleró a partir del siglo XIX, cuando el imperialismo de las potencias europeas estuvo acompañado de una intensa actividad misionera de las órdenes católicas y protestantes.
Los fundamentos del cristianismo
La palabra “cristianismo” procede del griego Cristo, que significa ‘ungido’ y cuyo equivalente en hebreo es ‘Mesías’. Los cristianos consideran que sólo existe un Dios creador y todopoderoso. Según el cristianismo, Jesucristo es el hijo de Dios y la segunda persona de la Santísima Trinidad, que fue concebido por la Virgen María y enviado para reconciliar a la humanidad.
El dogma cristiano sostiene que Jesús fue sacrificado en la cruz para expiar los pecados de los hombres y resucitado de entre los muertos. También respalda su naturaleza humana y divina. Los cristianos creen en la vida eterna, la resurrección de los muertos y el día del Juicio Final, en el que Jesús regresará a la Tierra para juzgar a todos los humanos por sus actos.
El texto sagrado del cristianismo es la Biblia. Este libro está compuesto por el Antiguo Testamento, que es común a los judíos, y el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento es la obra fundamental de la religión cristiana. Está formado por los cuatro evangelios canónicos, los Hechos de los apóstoles, las epístolas y el Apocalipsis, y cuenta los acontecimientos posteriores al nacimiento de Jesús y el cristianismo en el siglo I.
Otro elemento importante del cristianismo son los sacramentos, que son ritos mediante los cuales el creyente manifiesta su relación con Dios. Existen dos sacramentos comunes a todas las ramas cristianas, que son el bautismo y la eucaristía. El bautismo es el rito de iniciación y consiste en bañar en agua al fiel para perdonar el pecado original. Por su parte, la eucaristía o comunión es la consagración del pan y el vino, que simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo, respectivamente.
