El hule quemado y los disparos no son los aromas más agradables, pero para los videojuegos de acción tal vez sean los más habituales. Por lo menos, eso es verdad para GameScent, un nuevo dispositivo que pretende hacer que los juegos sean más inmersivos añadiendo olores a la ecuación.
Osmo, filial de Google Research, quiere encontrar sustitutos para aromas difíciles de extraer. La tecnología podría inspirar nuevos perfumes y ayudar a combatir enfermedades transmitidas por mosquitos.
¿A qué huele tu videojuego favorito?
GameScent, que se presentó a finales del mes pasado entre un poco de revuelo y algunas risas disimuladas, emplea un adaptador y una aplicación en tu teléfono para captar el audio mientras juegas. Después, transmite esas señales sonoras a la “innovadora IA [inteligencia artificial]” de la compañía, que genera determinados olores.
Es un dispositivo hexagonal, compatible con la mayoría de las consolas, computadoras y sistemas de realidad virtual, construido para contener seis aromas diferentes a la vez. En el momento del lanzamiento, esos olores se llamaban Disparo (Gunfire), Explosión (Explosion), Bosque (Forest), Tormenta (Storm), Autos de carreras (Racing Cars) y Aire limpio (Clean Air), quizá el más importante, ya que está pensado para neutralizar cualquier otro que pudiera permanecer en el ambiente.
“Estamos añadiendo el eslabón perdido, por así decirlo, al juego, que es el uso del olfato”, comenta Casey Bunce, presidente de GameScent. Entre los futuros aromas que la empresa tiene previsto lanzar se encuentran Océano (Ocean), Campo deportivo (Sports Arena) y, quizá perturbadoramente, Sangre (Blood).
Bunce explica que los olores de lanzamiento del dispositivo, que yo diría que no son los más agradables, se decidieron en gran medida a partir de las peticiones de los jugadores. Querían aromas que acompañaran a los videojuegos de acción o terror, de ahí las explosiones y el gore.
Atomizador GameScent sin tapa.
Cortesía: GameScent
Esos olores llegan a ser intensos. Durante una demostración de GameScent en la Game Developers Conference de esta semana, el dispositivo, conectado a Far Cry 6, desprendió obedientemente el aroma de la carnicería y el del hule quemado. Tiene un temporizador de dos minutos, lo que significa que no creará una neblina total en tu habitación cada vez que te metas en un tiroteo, pero sigue siendo mejor colocar la unidad lejos de tu mesa de juego, en lugar de sentarte cerca de ella. Aunque sus opciones más sutiles, como Bosque, son agradables al estilo de un aromatizante común en spray, cualquier persona sensible a los olores, como yo, quizá tenga dolor de cabeza tras inhalar un par de veces el hedor a automóvil.
Los creadores de GameScent esperan lanzar entre 30 y 40 aromas más el año que viene, para que los jugadores personalicen con mayor facilidad a qué les gustaría que oliera su experiencia.
Los productos de la compañía están elaborados principalmente con aceites esenciales, que encontrarías en la tienda. Cuando les pregunté qué me impedía echar, por ejemplo, mis propios aceites de lavanda, un representante de GameScent me respondió que “sinceramente, probablemente funcionaría. Mira, quizá acabes atascándolo, y entonces lo sacas y lo enjuagas con agua”. Para evitar que los entusiastas de estas esencias usen sus propios aromas, la empresa planea trabajar con su comunidad a través de un “club de participantes”, que tendrá en cuenta la retroalimentación.
Dicho esto, GameScent no tiene previsto satisfacer la demanda de todos los usuarios. “Recibimos muchas peticiones clasificadas solo para adultos”, comparte Bunce. “Solicitudes muy extrañas”.
Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Andrei Osornio.
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