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Gabriel Rosenbaun
25 de mar, 2024, 09:11 ET
En una de las imágenes que Yamila Nizetich tiene guardadas en su celular ellas están estrujándose en un abrazo. Una a cada lado del cartel publicitario. “Yas” tiene unas medias blancas muy altas, que llegan hasta las rodilleras, también impolutamente blancas. De su espalda cuelga, como si fuese una capa, una Bandera Argentina. Los brazos de Carolina Costagrande le cruzan la espalda, atravesando las franjas de la celeste y blanca. Tienen el rostro apretado, cara contra cara, y uno se anima a suponer cuánto cariño hay en las palabras que seguramente se están susurrando en ese instante.
La foto es del 18 de mayo de 2019, en Berlín, donde “Yas” acababa de subirse al techo de Europa, ganando la Champions de vóley con el Novara italiano. “Caro” estaba de visita, después de haber sido la argentina más influyente en la historia del vóley mundial. “La Ginóbili del vóley”, como la bautizó alguna vez el basquetbolista Carlos Delfino.
Hay otra toma, menos casual, más producida para el recuerdo. La hizo el fotoperiodista italiano Fabio Cuccetti. Las dos miran a cámara. Yas tiene puesta una remera blanca, con inscripciones violetas y grises, especialmente diseñadas para las campeonas de la Champions. En su antebrazo derecho se ven, bien tatuados, los anillos olímpicos. Del cuello tiene atada la Bandera Argentina que luce como si fuera una capa de superhéroe. Caro está vestida íntegramente de negro: remera, campera de cuero, cinturón y pantalón, todo del mismo color. Son esas sonrisas que queda para la historia.
“Fue un fin de semana espectacular y viví un conjunto de situaciones muy emotivas. Me encontré con un montón de excompañeras. Yo me había retirado hacía poco tiempo y ese viaje a Berlín también incluía el componente extra de ver a Yas, que es una gran amiga, disputando la Súper Final de la Champions”, recuerda Costagrande en diálogo con ESPN.
“Fue muy emotivo ver la consagración de Yas. Verla ganar la Champions fue muy lindo. Además, en la cancha estaba Pablo, su marido. ¡Fue un momento de gran felicidad! Yo estaba muy cerca del campo de juego y, un ratito después de que me acerqué a saludarla, apareció Eleonora Lo Bianco, que estaba transmitiendo en vivo, así que nos hicieron una entrevista conjunta”, agrega la santafesina, que ganó una infinidad de títulos pero jamás consiguió la Champions.
“Me encantó que nos entrevistara, en vivo, alguien como Eleonora Lo Bianco, una de las mejores armadoras del mundo de todos los tiempos y, además, una gran amiga”, explica Costagrande. “Fue un fin de semana muy, muy lindo. Y una experiencia extraña para mí el vivir un evento de esos desde afuera, porque me había retirado en 2017”, añade.
Costagrande, la argentina que llegó más lejos en toda la historia del vóley, también defendió la camiseta de Italia. Fue, de hecho, considerada la Jugadora Más Valiosa (MVP) de la Copa del Mundo 2011, en la que la Azzurra fue campeona en Japón.
“Esa definición de la Champions también sirvió para revivir momentos. En ese estadio de Berlín, Eleonora había sido campeona con Italia del Mundial 2002, el último torneo que yo jugué para la Selección Argentina”, precisa.
Al recordar aquel juego en que Nizetich se abrazó a la Champions 2018/19, Caro se maravilla con lo hecho por Francesca Piccinini, compañera de Yas en el Novara campeón y jugadora con la que Costagrande compartió numerosos torneos con la Nazionale. “Era la única veterana de nuestra generación que seguía en cancha. Fue un placer ver su forma física y mental: ese estadio le revivió todo tipo de sensaciones y sé que se los transmitió a las chicas. Piccinini jugó un partido maestro. ¡Dio clases de vóley en una final de Champions!”, remarca sobre su excompañera, que brilló con 40 años.
Lo Bianco y Piccinini fueron titulares en la final del Mundial 2002, en la que Italia venció a Estados Unidos en el Max Schmeling Halle de Berlín. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los que Delfino habló de Costagrande como “la Ginóbili del vóley”, Lo Bianco había llevado pegada la cinta de capitana y Piccinini era una de las infaltables. En el Mundial 2014, en el que Costagrande también defendió la camiseta de Italia, Piccinini ya era la capitana y Lo Bianco seguía siendo la armadora: terminaron cuartas, al perder 2-3 con Brasil en el Milán. Demasiados hilos entrelazados en esas historias de vida.
Para la exjugadora nacida en El Trébol, Santa Fe, esa Súper Final en Berlín también fue una ensalada de sensaciones y relaciones. “A Novara lo dirigía Massimo Barbolini, que había sido mi entrenador en la selección de Italia cuando ganamos la Copa del Mundo 2011. Y del otro lado estaba Conegliano, mi último equipo, con el que me retiré en 2017. De hecho, con Conegliano habíamos perdido la final de la Champions en 2017 contra el VakıfBank de Turquía. Fueron un montón de sensaciones encontradas, de emociones y recuerdos, y tuve la felicidad de ver a Yas consagrándose en la Champions”, completa Costagrande.
