El informe deEduardo Levy Yeyati,titulado “Noticias del mundo”, fue publicado originalmente por Adcap Grupo Financiero.
- Los 100 das de Trump: seales cruzadas, presin sobre la Fed y caos en el IRS.
- Europa se endurece. Farage rompe el bipartidismo. Merz promete ms Bruselas y menos Berln. Carney y Albanese marcan el camino de un centrismo duro.
- China: autosuficiencia tecnolgica, yuan bajo control; Huawei revive.
- Latinoamrica, entre la ilusin del nearshoring y los dilemas fiscales: Mxico dialoga, Brasil aguanta, Colombia sufre un downgrade implcito del FMI y busca aire. Mercados sin brjula: rebote tcnico, Big Tech bajo presin, bonos emergentes vuelven al radar.
Trump a los 100 das
A los 100 das de su nuevo mandato, Trump acumula un rcord de 142 rdenes ejecutivas firmadas—y una sensacin creciente de caos. Veamos.
Recesin en puerta. La economa cay 0,3% en el primer trimestre, arrastrada por la mayor contraccin de exportaciones netas jams registrada (-4,8 pp del PBI), en buena medida fruto del adelantamiento de importaciones ante el shock arancelario. El mercado respondi con un abril voltil: el S&P 500 cay 12% y rebot 11,8% en un solo da tras la prrroga de los aranceles del “Da de la Liberacin”; el VIX super los 55 puntos y los bonos del Tesoro vivieron su semana ms tensa desde 2001.
Proteccionismo autoinfligido. El giro proteccionista empuj el arancel efectivo al mayor nivel desde los aos 30 (10% promedio global, 145% a China), con efectos dispares segn sector. Pero la presin poltica empieza a hacer ruido: los jvenes —clave en su triunfo electoral— comienzan a mostrar signos de desilusin. Las subas de precios en fast fashion, consolas de videojuegos y servicios digitales como TikTok, sumadas al deterioro de expectativas de empleo, golpean su sensibilidad diaria. Segn YouGov, la desaprobacin entre votantes de 18 a 29 aos subi 14 puntos desde que asumi.
Disonancia cognitiva. En paralelo, Trump pide “sacrificio patritico” ante la guerra comercial, en un discurso que fue rpidamente tildado por el Financial Times de “momento Mara Antonieta” por exigir esfuerzos al pueblo mientras l despliega su habitual esttica de opulencia. A la vez, amenaza con debilitar la institucionalidad: su afirmacin de que podra no estar obligado a respetar la Constitucin si esta “no representa al pueblo” sugiere que, para el presidente, el marco legal es opcional.
Daos colaterales de la motosierra. La ofensiva institucional tambin lleg al IRS, la agencia tributaria. Trump y Elon Musk —a travs del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental)— impulsan cambios radicales: uso de bases de datos fiscales para deportar inmigrantes, despidos masivos, nombramientos efmeros y presin para desfinanciar programas de digitalizacin. El resultado: parlisis operativa, riesgos legales para funcionarios y una potencial cada de recaudacin estimada entre US$ 395.000 millones y US$ 2,4 billones en la prxima dcada. (Durante la presentacin de resultados de Tesla, Musk declar que an dedicara aproximadamente uno o dos das por semana al DOGE durante el resto del mandato del presidente Trump, siempre que sea til y el presidente lo desee—lo que podra indicar el principio del fin de la frustrada agenda DOGE.)

Poltica monetaria en la encrucijada. Trump presiona a Powell para que baje tasas. El presidente de la Fed resiste, a pesar de una inflacin en descenso, apuntando a un mercado laboral todava firme (+177.000 empleos en abril)—y a un eventual traslado de los aranceles a precios. La tensin se nota: la Fed busca seales de prudencia, mientras la Casa Blanca eleva el ruido institucional en campaa. Por ahora, Trump dice que no va a despedir a Powell.
Una improvisada guerra comercial con China. La tarifa del 145% sobre productos chinos no solo encarece el consumo domstico: tambin genera tensiones polticas en Asia y un realineamiento de las cadenas globales. China ha logrado proyectar una imagen de estabilidad frente al giro errtico estadounidense y, por ahora, parece tener la sartn por el mango: sus socios regionales, sin alinear totalmente, tampoco quieren romper. La paradoja es que la presin arancelaria china —ideada para castigar a Pekn— le da a China una inusual capacidad de decisin: Trump necesita que Xi “haga el primer gesto”, y Xi no muestra apuro.
En suma: una poltica fiscal contradictoria, una poltica monetaria en suspenso, y una poltica comercial con ms volatilidad que beneficios visibles. Resultado: alta incertidumbre y baja gobernabilidad. Ms que un estilo poltico, un nuevo patrn de disfuncionalidad—que ya empieza a verse tambin en los datos.
Europa continental: autonoma forzada, cohesin en duda
La Unin Europea enfrenta un dilema estructural: es ms necesaria que nunca, pero ms difcil de sostener. Bruselas tiene listo un paquete de represalias arancelarias por fases, que podra activarse desde el 14 de julio si no hay avances, y tambin una oferta comercial pre-negociada. Pero ambas estn bloqueadas por la ambigedad estratgica de Washington, que paraliza la capacidad de reaccin europea y tensa los equilibrios internos entre exportadores abiertos (Alemania, Pases Bajos) y defensores de barreras (Francia, Italia).
En este contexto, la agenda de autonoma estratgica avanza por necesidad ms que por conviccin. Francia y Alemania promueven una soberana tecnolgica europea basada en infraestructura digital propia, subsidios industriales coordinados y esquemas fiscales compartidos para reindustrializar sectores crticos. Pero el avance es desigual: la falta de previsibilidad en la relacin con EE.UU. ha congelado inversiones clave en semiconductores, biotecnologa y nube industrial, ante el riesgo de quedar atrapados en restricciones regulatorias o tratados voltiles.
Alemania, bajo el nuevo canciller Friedrich Merz, promueve una mayor integracin europea, pero enfrenta una resistencia creciente a mutualizar deuda —una salida natural pero resistida a la fragmentacin financiera de la eurozona— para financiar defensa o transicin energtica. Vuelve a asomar la disputa entre “frugales” y “solidarios”: Merz quiere ms Bruselas sin romper con Berln, pero ese equilibrio ya no parece viable para responder rpido y con escala a la desglobalizacin acelerada.
Reino Unido: los populistas avanzan, el centro tambalea
La victoria de Nigel Farage en una banca histrica del laborismo —Runcorn y Helsby, su 49 distrito ms seguro— y su consolidacin en alcaldas locales confirman lo que muchos teman: el bipartidismo britnico est roto. La capacidad de Reform UK para ganar tanto en territorios laboristas como conservadores inaugura una poltica a cinco bandas, con Liberales Demcratas y Verdes tambin sumando terreno.
La victoria en Runcorn descoloc al laborismo, que ya mostraba desgaste tras 10 meses de gestin sin mejoras concretas. Starmer ahora enfrenta la presin de redefinir su narrativa: moderar y gobernar, o pelear en dos frentes, confrontando con Farage y los tories por igual? Peor est la lder tory Kemi Badenoch, que debe decidir si pactar con Farage —y erosiona su liderazgo— o mantener distancia—y seguir perdiendo terreno. En paralelo, el laborismo pierde por izquierda ante los Lib Dems y los Verdes, mientras intenta atraer al votante Reform con posturas ms duras en inmigracin y seguridad.
El riesgo para Starmer es claro: ser disruptivo desde el gobierno suena forzado. Algunos dentro del laborismo le piden que proyecte un liderazgo responsable, capitalizando su imagen internacional, en lugar de bajar al barro de sus rivales. Por ahora, el primer ministro insiste en acelerar su “plan de cambio”, aunque los votantes an no perciben mejoras concretas en servicios ni en el costo de vida.
Canad: el “centrismo duro” toma forma
En contraste, Mark Carney ofrece otra va para canalizar el hartazgo democrtico. El exbanquero central gan las elecciones en Canad combinando un discurso econmico progresista con un estilo agresivo, confrontativo y meditico —una suerte de populista moderado o hard liberal, que busca “convertir las armas de Trump en herramientas del liberalismo”. Carney habla, por ejemplo, de defender la soberana canadiense frente a los EE.UU., sugiere (sin confirmar) una potencial venta masiva de bonos del Tesoro americano, y acusa a sus rivales de “arrodillarse ante Trump”. Pero detrs de ese tono duro hay un programa ortodoxo en lo fiscal y racional en lo comercial.
Su victoria sugiere que el votante actual no exige moderacin en las formas, sino fortaleza en el carcter —una leccin que tambin estn empezando a procesar socialdemcratas europeos y progresistas estadounidenses.
(Segn el FT, Carney sera el primer “liberal spero” funcional: alguien que no renuncia al contenido centrista, pero entiende que el lenguaje del poder tambin importa en tiempos de polarizacin. Un modelo que muchos dentro del liberalismo mainstream observan con atencin.)
Australia: resistencia desde el Pacfico
En las ltimas elecciones federales australiana, los votantes otorgaron al laborismo de Anthony Albanese un mandato contundente, como respuesta al giro populista de la oposicin conservadora. El mensaje fue claro: defender la sanidad pblica, la gobernabilidad y el equilibrio social sigue siendo rentable electoralmente… siempre y cuando se lo haga con firmeza y sin complejos.
Al igual que con Carney, el caso australiano demuestra nuevamente que la clave no es tanto el contenido, sino el tono. En contextos de saturacin meditica y ruido permanente, la tibieza pierde terreno, mientras que un liberalismo decidido —aun uno con sesgo progresista— con vocacin de poder y voluntad de confrontar, puede dar pelea. Albanese, como Carney, marcan ese camino.
Hungra: Orban, en la cornisa
Como contraste, el caso hngaro ilustra los lmites del iliberalismo europeo. Viktor Orban enfrenta una oposicin creciente, una economa estancada y el impacto directo de los nuevos aranceles de EE.UU. sobre bienes clave de exportacin. Aunque promueve nuevos acuerdos industriales con BYD y BMW, su margen fiscal se reduce y las medidas de alivio —subsidios, exenciones— ya no alcanzan para contener el malestar.

A pesar de su cercana personal con Trump, Hungra sigue fuera del radar de los acuerdos bilaterales estratgicos, lo que refuerza la intuicin de que, en el nuevo orden transatlntico, la afinidad ideolgica no alcanza: se impone la escala.
China: Quin gana la guerra fra 2.0?
En palabras de Hal Brands en su columna en Bloomberg, la “segunda guerra fra” ya empez —y, por ahora, China va ganando terreno. Desde hace aos, Pekn trabaja sistemticamente para posicionarse como la potencia dominante en Asia, con una estrategia que combina control tecnolgico, expansin econmica y poder militar. En contraste, EE.UU. alterna avances estructurales (como las sanciones a Huawei o la reconfiguracin de la cadena de chips) con seales errticas y una diplomacia cada vez ms introspectiva.
Bajo la presidencia de Xi Jinping, China ha dejado atrs el pragmatismo reformista para abrazar una narrativa de “gran rejuvenecimiento nacional”, con ambiciones geopolticas explcitas. Esto implica no solo superar a EE.UU. en Asia, sino redibujar el mapa del poder global. En palabras del propio Xi, se trata de “ganar la iniciativa y ocupar la posicin dominante”.
La autosuficiencia tecnolgica ya no es un objetivo de largo plazo, sino una prioridad urgente para China. Huawei retom el desarrollo del chip Ascend 910D —diseado como alternativa a Nvidia— mientras Apple acelera su relocalizacin industrial hacia India. Las sanciones occidentales no detuvieron a Pekn; lo forzaron a crear una red de innovacin resiliente, nacionalizada y estratgica. Cada nueva barrera genera una contra-ruta: es una carrera de capacidades, no solo de tarifas.
China tambin experimenta con nuevos instrumentos para estabilizar su sistema financiero. Las autoridades han incentivado a las empresas estatales a anticipar el pago de dividendos para moderar la volatilidad cambiaria, buscando frenar la depreciacin del yuan sin recurrir a intervenciones ms costosas. Esta medida refleja una creciente sofisticacin tcnica, pero tambin una preocupacin por los efectos cruzados de la fragmentacin global: restricciones externas, tensiones polticas y flujos financieros inestables.

Taiwn: la frontera del conflicto
La cuestin de Taiwn sigue siendo el principal factor de riesgo geopoltico. Si bien no hay seales inminentes de una invasin, los ejercicios militares del ejrcito y el rearme acelerado de China hacen cada vez ms difcil descartar una confrontacin. La administracin Trump, lejos de contribuir a la disuasin, ha reducido la capacidad de respuesta estadounidense al replegar recursos y tensar alianzas en la regin.
Xi bajo control, pero no sin riesgo
Mientras tanto, en el plano domstico, el poder personalista de Xi sigue firme, pero no sin costos. El reemplazo de tecncratas por cuadros del Partido en sectores clave —como comercio exterior, inteligencia artificial y poltica fiscal— reduce la autonoma operativa del Estado. Esto genera un modelo ms centralizado, pero menos adaptable: frente a shocks como el desplome inmobiliario, el desempleo joven o la presin sobre el yuan, la respuesta oficial es lenta, opaca y menos innovadora. La resiliencia estratgica convive con una fragilidad tctica subterrnea.
China y el “sur global”: estabilidad sin condiciones
A diferencia de EE.UU., que recorta sus programas internacionales, China redobla su presencia en el mundo en desarrollo. Proyectos de infraestructura en frica, acuerdos energticos en Amrica Latina, sistemas de pagos alternativos en Asia Central: Pekn se posiciona como proveedor de orden, sin condicionalidades institucionales. Su modelo no impone reformas democrticas ni austeridad, sino soluciones llave en mano. Y en un mundo fragmentado, eso vale.
Paradjicamente, muchas decisiones de Trump juegan a favor de China. El cierre de agencias como USAID o la reduccin del gasto diplomtico debilitan la proyeccin internacional de EE.UU. Mientras tanto, Xi evita la sobreexposicin pblica, delega los anuncios en sus tcnicos, y promueve una imagen de racionalidad. En trminos globales, Trump grita, Xi construye. Y, al menos en esta etapa, el contraste beneficia a Pekn.
El barrio: beneficiario inesperado?
En medio del conflicto comercial global, Amrica Latina —y Amrica Central en particular— emerge como “ganadora relativa”, o al menos como la regin que menos pierde. El bajo riesgo arancelario, su proximidad geogrfica a EE.UU. y la abundancia de recursos naturales la convierten en un socio comercial alternativo cada vez ms atractivo. China, India y Vietnam exportan bienes por ms de USD 700.000 millones a EE.UU.; si se concreta una sustitucin parcial de ese flujo, la regin podra aspirar a capturar un mercado equivalente al PIB combinado de Costa Rica, Panam y Repblica Dominicana.
Mxico y Amrica Central estn bien posicionados para capitalizar el fenmeno del nearshoring, con bajos costos laborales, tratados de libre comercio activos y capacidad instalada en sectores clave (automotriz, dispositivos mdicos, textil). El atractivo logstico es claro: lo que desde China tarda 30 das, desde Mxico llega en 48 horas.

Mientras tanto, Amrica del Sur —con su dotacin en litio, cobre y tierras raras— se perfila como proveedor clave para EE.UU. en su transicin energtica. Chile y Per concentran el 40% de la produccin global de cobre, mientras que Argentina y Chile suministran un tercio del litio mundial. Si EE.UU. busca reducir su dependencia crtica de China, no tiene muchas ms opciones.
Mxico: equilibrio frgil con Washington
Claudia Sheinbaum ha adoptado una estrategia de apaciguamiento pragmtico frente a la administracin Trump, con el objetivo de preservar la estabilidad comercial mientras se renegocia el USMCA. Esta postura combina ms dilogo, concesiones graduales y bajo perfil confrontativo, como se reflej en la decisin de acelerar las entregas de agua del Ro Bravo —en respuesta a amenazas arancelarias— o en la aceptacin de inspecciones sanitarias estadounidenses en vuelos al interior de Mxico. Estas medidas buscan evitar una escalada, pero tambin revelan el grado de asimetra en la relacin bilateral: Trump suspendi nuevos aranceles sobre autos y elogi la “buena voluntad mexicana”, dejando en claro que el equilibrio actual depende de concesiones unilaterales.
El riesgo es evidente: sin margen fiscal ni poltico para resistencias sostenidas, Mxico enfrenta presin creciente en mltiples frentes —agua, migracin, seguridad, comercio—, todo en medio de una sequa severa en el norte del pas y una coalicin oficialista con fisuras internas. Adems, la militarizacin del lado estadounidense de la frontera podra reabrir tensiones histricas, mientras Trump, en campaa, buscar resultados rpidos y visibles que validen su estrategia dura.
Brasil: reformismo sin reformas
Lula intenta recuperar la iniciativa con propuestas de alto impacto poltico, como la reduccin de la jornada laboral semanal y una reforma constitucional en seguridad pblica. No obstante, ninguna de estas parece avanzar en el Congreso, lo que sugiere que su objetivo es ms electoral que legislativo.
En paralelo, el escndalo en el INSS y la presin para despedir a Carlos Lupi muestran las tensiones dentro de la coalicin gobernante. Con Bolsonaro recuperado fsicamente, y an sin decidir si impulsar a su hijo o a un aliado ms moderado para 2026, la polarizacin brasilea parece lista para una nueva ronda.
Colombia: la calle como atajo institucional
Gustavo Petro apuesta a una consulta pblica sobre su reforma laboral para sortear los frenos legislativos. Aunque su popularidad ha repuntado ligeramente, es poco probable que el Congreso apruebe el plebiscito, y an menos que una eventual votacin tenga efectos vinculantes. Petro parece ms enfocado en galvanizar a su base de cara a las legislativas de 2026 que en lograr reformas inmediatas.
En el medio, el FMI no renov el programa FCL, destinado a pases premium, lo que no solo elimina el acceso a estos fondos no condicionados —en rigor, el FCL se otorga a pases que cumplen condiciones previas de sostenibilidad—, sino que enva una seal negativa a los mercados.
Mercados Financieros: reaccin sin conviccin
El reciente rally del S&P 500 —el primero con dos subas consecutivas de ms del 2% desde 2022— no trajo alivio real. Los institucionales siguen vendiendo; los minoristas sostienen las compras. Por qu? Porque los mercados ya no reaccionan a fundamentals, sino a giros errticos en la seal poltica desde la Casa Blanca. La volatilidad implcita (VIX) se mantiene elevada, y las correlaciones histricas estn rotas: el mercado navega a ciegas. La disfuncin institucional en EE.UU. ha debilitado el anclaje de expectativas, incluso para activos tradicionalmente defensivos.
Las tasas largas suben por encima de lo justificable dadas las expectativas de recesin, lo que refleja temores fiscales crecientes y el esperado efecto del shock arancelario sobre precios. Adems, la liquidez del mercado depende cada vez ms de hedge funds apalancados, lo que introduce un riesgo sistmico: ante un episodio de stress, incluso los Treasuries podran sufrir dislocaciones.
Los balances recientes de Microsoft, Meta, Amazon y Alphabet sorprendieron positivamente y evitaron, por ahora, una correccin mayor. Aunque Apple decepcion, la narrativa de “peor escenario evitado” impuls un rebote tcnico del Nasdaq 100 del 10% en dos semanas.
Sin embargo, las advertencias estructurales persisten. Se espera un crecimiento de beneficios del 15% para el grupo, pero en un contexto de guerra comercial, presin regulatoria y desaceleracin global, las valuaciones se ven optimistas.
La deuda soberana de alto rendimiento en mercados emergentes empieza a mostrar signos de recuperacin. Bonos de Senegal, Costa de Marfil, Egipto o Pakistn vieron un rebote parcial tras meses de castigo. La razn? El mercado parece haber sobre-descontado un escenario de default global, mientras que muchos fundamentals siguen estables. Algunos fondos estn reentrando con visin tctica, aprovechando dislocaciones de precio generadas ms por factores exgenos (tasas globales, dlar fuerte, ruido poltico) que por deterioro real. An no hay derrame a monedas ni a equity emergente, pero el rebote en bonos puede ser la primera seal de una diferenciacin entre “riesgo administrable” y “riesgo terminal”.