Que los santanderinos puedan disfrutar del cine comercial en el centro de la ciudad sin tener que desplazarse hasta las salas de la afueras es la principal misión de Carlos Restegui, propietario del Cine Los Ángeles que, contra viento y madera, mantiene sus proyecciones de miércoles a domingos con estrenos incluidos. Restegui se resiste a echar la persiana en una época en la que algunas de las salas más emblemáticas del país lo han hecho y ahora, además, inicia una nueva etapa en la que a esas proyecciones de los fines de semana se sumarán otras manifestaciones artísticas como conciertos o espectáculos escénicos.
El primero de ellos tendrá lugar mañana lunes, a las 20.00 horas. Será un recital de la Orquesta Retales Casi-nfónicos, la agrupación cántabra que el músico Javier Canduela fundó en el año 2006, que dará comienzo a las 20.00 horas y cuyas entradas se pueden retirar en la taquilla a un precio de 10 euros.
EL CONCIERTO
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La orquesta Javier Canduela dirige Retales Casi-nfónicos, compuesta por 33 músicos.
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El programa En el recital interpretarán un variado programa con obras de compositores de todas las épocas. Desde Haydn a Ennio Morricone pasando por Piazzolla o Carlos Gardel.
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Fecha y hora Mañana lunes, a las 20.00 horas.
Para poder acoger esta actuación y todas las que el propietario del cine tiene en mente para los próximos meses se ha realizado una pequeña remodelación en la sala. Se ha prescindido de las dos primeras filas de butacas, se ha instalado una tarima que hará las veces de escenario, se han puesto nuevos focos, se ha pintado… Si bien, no serán las últimas que se llevarán a cabo próximamente pues la idea de Restegui es acometer una serie de mejoras para que el público pueda disfrutar mejor tanto de las proyecciones como de todas estas actuaciones en directo.
Retales Casi-nfonicos es un grupo de 30 músicos, «todos muy jóvenes de espíritu» según explica Javier Canduela quien afirma que desde su creación «viene compartiendo su alegría musical por numerosas ciudades de España, Europa y Japón».
«Hemos crecido juntos en amistad y en experiencia musical gracias también al incondicional apoyo de nuestras familias», indica.
Recuerda, además, que el grupo nació, y de ahí su divertido nombre, para dar un espacio musical a los instrumentos que no tienen lugar habitualmente en las orquestas o en las bandas, como las guitarras clásicas o los acordeones «y poco a poco conseguimos un ambiente tan agradable que hemos ido incorporando otros instrumentos y voces».
Para el concierto que ofrecerán esta tarde han elegido un programa muy ecléctico que aúna a compositores de distintas épocas y estilos. Así el público disfrutará con algunas de las composiciones más populares de autores como J. Kiwahara, Haendel, Piazzolla, Carlos Gardel o Ennio Morriconne. Será uno de esos conciertos en los que tanto los aficionados a la música clásica como lo que no lo son podrán disfrutar de todo lo que suceda en el escenario.
Conscientes que con su actuación se inicia esta nueva etapa en el Cine Los Ángeles, los músicos, salidos del Conservatorio Ataúlfo Argenta, pondrán toda la carne en el asador y mostrarán la calidad que les caracteriza y que han demostrado concierto a concierto, él último el pasado mes de febrero en la iglesia de los Redentoristas de Santander con un lleno absoluto.
Carlos Restegui, que aún no ha cerrado la programación definitiva que seguirá al concierto de Retales Casi-fónicos, busca con ella, como con las películas que proyecta, el mayor disfrute posible del público «que salga feliz de la sala», así como aportar más actividad a la agenda cultural de Santander. Mantendrá, como ha venido haciendo hasta ahora, la proyección de dos filmes de miércoles a domingo, títulos comerciales que normalmente no son estrenos, aunque de vez en cuando sí le gusta sorprender a los aficionados con alguna joya que no se haya visto en ninguna otra sala de Cantabria, como la que tiene esta misma semana en cartelera: ‘El rapto’, el vibrante relato antisemita del cineasta Marco Bellocchio inspirada en un sonado episodio en la Italia del siglo XIX, cuando la Iglesia católica marcó territorio frente a la inminente unificación de Italia secuestrando a un niño judío bautizado en contra de su voluntad.
