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¡Adiós a la carne! Hospitales alemanes revolucionan con dietas que salvan el planeta

Autor: Alberto Noriega

«Explora cómo los hospitales alemanes están implementando dietas ricas en plantas, reduciendo el consumo de carne y promoviendo un futuro más saludable para el planeta.»

En un movimiento audaz hacia la sostenibilidad y la salud, varios hospitales alemanes están sirviendo menús alineados con la dieta de salud planetaria, ricos en plantas y bajos en productos animales. Esta iniciativa, que ha recibido pocas quejas y mucha aceptación, no solo busca mejorar la salud de los pacientes sino también contribuir positivamente a la salud del planeta. A través de la experiencia de Patrick Burrichter, un chef que ha dedicado su carrera a esta causa, descubrimos cómo estos menús no solo son una opción más saludable y sostenible sino también deliciosos y bien recibidos por los pacientes.

Un chef con una misión planetaria

Patrick Burrichter no pensaba en salvar vidas o proteger el planeta cuando se formó como chef en la cocina de un hotel. Sin embargo, 25 años después, ha enfocado sus habilidades culinarias hacia estos nobles objetivos. Desde un parque industrial en las afueras de Berlín, Burrichter y su equipo cocinan para una docena de hospitales que ofrecen a sus pacientes una dieta de «salud planetaria», rica en plantas y ligera en productos de origen animal. En contraste con la dieta típica alemana, conocida por su salchicha bratwurst y doner kebab, las 13,000 comidas que preparan cada día son mejores tanto para la salud humana como para el planeta.

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Desafiando hábitos dietéticos arraigados

Convencer a las personas en países ricos para que consuman menos carne es uno de los desafíos más difíciles en la transición hacia una economía más limpia. En la cocina de Burrichter, los platos como el dal de leche de coco y el guiso de dumplings de sémola deben ser más que baratos y saludables: deben ser tan deliciosos que las personas abandonen hábitos dietéticos formados durante décadas. «El desafío más grande», dice Burrichter, «es reemplazar la carne en un plato tradicional. La textura es lo más importante, y el sabor viene después de eso».

Un cambio bien recibido

En el suburbio berlinés de Zehlendorf, donde las comidas de Burrichter llegan a los platos de los pacientes del hospital Waldfriede, el personal afirma que hubo pocas quejas cuando cambiaron a un menú de salud planetaria. «El hecho de que fuera tan sencillo nos sorprendió», dice el director del hospital, Bernd Quoß. Los pacientes elogian la variedad de comidas ofrecidas, con muchos encontrando inspiración para cocinar más vegetales en casa. «Cuando las comidas están bien sazonadas, no echo de menos la carne en absoluto», dice Martina Hermann, de 75 años.

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Salud planetaria para todos

La dieta de salud planetaria no requiere abandonar por completo los productos de origen animal. Según las pautas propuestas por la Comisión EAT-Lancet en 2019, se traduce en consumir carne una vez a la semana y pescado dos veces a la semana, junto con más cereales integrales, frutos secos y legumbres. A pesar de algunos desafíos y objeciones, especialmente de hombres mayores que pueden sentirse menospreciados al ver menos opciones de carne, la iniciativa ha demostrado ser exitosa y bien aceptada, ofreciendo lecciones valiosas para políticos y líderes empresariales que buscan reducir sus huellas de carbono y ahorrar en días de enfermedad.

Innovación culinaria y aceptación cultural

La transición hacia opciones de menú menos dependientes de la carne ha permitido la compra de ingredientes frescos y locales, creando alternativas sabrosas que superan las expectativas de los pacientes. «Las personas no deben sentir que se les está quitando la carne. Hay que crear alternativas sabrosas», dice Janine Briese, jefa de catering de Johannesstift Diakonie. Burrichter enfrenta el reto de encontrar buenos sustitutos para la carne o cocinar platos de tal manera que la falta de carne pase desapercibida, demostrando que con un frijol bien cocido o un tomate secado al sol, se puede hacer mucho. Esta transformación dietética en los hospitales alemanes no solo apunta a una mejora en la salud de los pacientes y del planeta, sino que también marca un paso hacia un futuro en el que la alimentación sostenible y deliciosa sea la norma, no la excepción.

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