Deshacerse de la grasa abdominal es uno de los más complicados cuando tratamos de adelgazar. El vientre plano se nos suele resistir más de lo que nos gustaría y conseguir un abdomen marcado se vuelve un objetivo casi imposible.
La clave para lograrlo no está en pasar hambre o buscar dietas milagro que prometen ayudarnos a lucir un vientre sin grasas. El secreto está en cambiar nuestros hábitos de vida, apostando por un estilo de vida más saludable, y practicar ejercicio de una forma frecuente.
El primer paso para conseguir un vientre plano es apostar por la alimentación saludable. Incluye muchas verduras ricas en nutrientes, proteínas y algunos carbohidratos como el arroz, la quinoa y las patatas. Las carnes magras, como el pavo y el pollo, son ideales, ya que son bajas en grasa y, por lo tanto, en calorías. Si eres vegetariano o vegano, puedes sustituirlas por tofu o un puñado de nueces, anacardos o almendras.
Hay ciertos alimentos que deberías suprimir de tu dieta si lo que estás buscando es perder tripa:
- Alimentos procesados: son densos en calorías, carbohidratos, grasas y azúcares, una combinación que promueve la grasa visceral.
- Alcohol: Cuando bebemos, el cuerpo prioriza la descomposición del alcohol, tirando de los suministros de glucógeno y almacenando el resto como grasa.
- Alimentos inflamatorios: como diferentes tipos de azúcar o cualquier alimento que no te siente bien, ya que esto hace que tu estómago se agite y el cuerpo aumente el almacenamiento de grasa como mecanismo de seguridad.
- Salsas y aderezos: condimenta la comida con hierbas y especias.
El deporte es la otra pieza que no debe faltar en tu plan para perder barriga. Apuesta por una rutina de ejercicio de fuerza, en la que hagas peso libre o emplees pesas rusas. Lo ideal es hacer sesiones de 30 minutos, al menos tres veces por semana.
