Un revés de la vida, un accidente en el momento y lugar precisos, empuja a Fiona Pinar Batalla, una joven de 21 años de Ripoll, a donde siempre quiso estar, aunque no de la manera que se hubiera imaginado. El 29 de enero de 2022 Fiona estaba esquiando cuando, de repente, una imprevisible caída acabó con su tibia y peroné fracturados. Tras varias operaciones, los médicos se vieron obligados a amputarle el pie el 31 de enero para salvar su vida.
En esos momentos, su mente no albergaba pena ni mucho menos desánimo; solo una idea prevalecía sobre todas las demás: cumplir su sueño de infancia de competir en las olimpiadas de atletismo. Desde que era niña, sentía una profunda admiración por reconocidos atletas y le encantaba correr. Aunque había competido en algunas ocasiones, nunca se había dedicado completamente ni había llegado muy lejos.
“Me abrió las puertas”
“Encontré el momento perfecto para poder dedicarme a ello cuando tuve el accidente”, relata Fiona a Metrópoli, con un tono de agradecimiento. “Antes de que me ocurriera esto, estaba estudiando bachillerato y no tenía los medios de transporte para ir a las escuelas a formarme y prepararme; me faltaba dedicación”, asegura. “Con el accidente se me abrieron las puertas; de no ser por lo que me pasó nunca hubiera llegado a donde estoy”, subraya.
Fiona participará en las pruebas de 100 y 200 metros lisos en los Juegos Paralímpicos, aunque no es una de las favoritas para ganar, para ella, haber llegado a París con solo ocho meses de entrenamiento ya es un triunfo. “Llegar hasta aquí ha sido todo un proceso de constancia, dedicación y perseverancia, algo que antes no tenía y que gracias al accidente he aprendido a aplicar en todos los ámbitos de mi vida”, señala.
Imagen de Fiona Pinar Batalla Cedida
Una recuperación lenta
Detrás de este triunfo y superación se esconde también un proceso de recuperación muy lento y complicado debido a la naturaleza inusual de su amputación, que implicó un injerto de tejido de su propia pierna para salvar la rodilla. A pesar de estos desafíos, no perdió la esperanza y, después de meses de recuperación, finalmente pudo comenzar a usar una prótesis para caminar, lo que no solo le devolvió la movilidad, sino también el sueño de correr y ganar medallas.
Sin perder tiempo, Fiona comenzó a practicar crosstraining mientras aún esperaba su prótesis especial para correr. Con el apoyo incondicional de sus familiares, logró adquirir la prótesis adecuada para competir. Empezó a entrenar en el Club de Atletismo Vic, ciudad donde también estudia el grado de Publicidad y Relaciones Públicas.
En marzo de este año, Fiona participó en su primera carrera en L’Hospitalet tras solo tres meses de entrenamiento, marcados por las inevitables llagas. En esta competencia, batió el récord de España en su categoría T64 en los 100 metros, lo que la catapultó al programa de jóvenes promesas paralímpicas y atrajo la atención de la selección paralímpica española y varios patrocinadores.
Imagen de Fiona Pinar Batalla Cedida
“Me ha hecho crecer como persona”
Más allá de las victorias que ha logrado hasta ahora en trayectoria atlética, Fiona siente un profundo orgullo por todos los valores que ha aprendido a raíz de su accidente. “Me ha ayudado a superar complejos que tenía de mi cuerpo, a madurar, a valorar aspectos que antes no le daba ningún tiempo de importancia y que ahora sé que la tienen”. Con estas palabras, Fiona quiere mandar un mensaje de esperanza a todas aquellas personas que pasan por la misma situación y les invita a aceptar los acontecimientos tal y como suceden porque “nunca son desgracias, sino oportunidades para aprender y superar barreras internas”.
