Barcelona
Las personas con un consumo habitual de cannabis durante la adolescencia tienen un riesgo más alto de necesitar atención médica en los primeros años de la etapa adulta que quienes no consumieron cannabis, según un estudio que ha analizado las trayectorias de 1.591 personas de Canadá desde que nacieron en 1997 y 1998 hasta que tenían 23 años.
El cannabis comporta un mayor riesgo de problemas de salud tanto físicos como mentales, señalan los autores de la investigación, que recuerdan que la adolescencia es un periodo crítico del desarrollo y que los daños en esta etapa pueden tener secuelas a largo plazo. Por ello, abogan por impulsar iniciativas para retrasar la edad de inicio del consumo de cannabis.
Según los resultados que se presentan hoy en JAMA Network Open, las personas que empiezan a consumir cannabis antes de los 15 años y lo hacen por lo menos una vez al mes tienen un riesgo un 51% más alto de buscar atención médica por problemas de salud mental entre los 18 y los 23 años que quienes no consumen cannabis durante la adolescencia. El aumento de riesgo se ha observado en atención por adicciones, en trastornos psiquiátricos comunes como ansiedad y depresión y en intentos de suicidio.
Los investigadores reclaman iniciativas para retrasar la edad de inicio del consumo de cannabis
Para problemas de salud independientes de la salud mental, se ha observado un aumento de riesgo del 86% en los consumidores de cannabis que se iniciaron antes de los 15 años en comparación con los no consumidores. Estos problemas incluyen lesiones accidentales, intoxicaciones y diferentes enfermedades.
Para las personas que empezaron entre los 15 y los 17 años y que tienen un consumo esporádico, el aumento de riesgo de problemas de salud mental no es estadísticamente significativo -lo que puede significar que no hay aumento de riesgo, o bien que es demasiado pequeño para haberse detectado con la muestra analizada-. En este colectivo sí se ha detectado un incremento de riesgo del 63% de problemas físicos no mentales.
La investigación ha estado liderada por el Instituto de Salud Mental de la Universidad McGill de Montreal.
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Mayte Rius

En España, la edad media de inicio del consumo de cannabis es de 14 años y 11 meses, según los datos de 2023 de la Encuesta Sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) del Ministerio de Sanidad. El 12,4% de los chicos y el 11,9% de las chicas de 15 años lo ha consumido por lo menos una vez en los últimos 30 días.
Algunos estudios anteriores ya habían observado que el consumo de cannabis en la adolescencia se asocia a más problemas de salud en la etapa adulta. En particular, se ha comprobado que aumenta el riesgo de esquizofrenia y trastorno bipolar.
Pero gran parte de estos estudios no habían tenido en cuenta variables que pueden afectar a los resultados -por ejemplo, vivir en un barrio conflictivo puede aumentar la probabilidad de consumir cannabis y de tener problemas de salud, sin que el cannabis sea la causa de los problemas de salud-. Además, los problemas de salud se suelen evaluar a partir de los testimonios de los participantes.
En España la edad media de inicio del consumo de cannabis es de 14 años y 11 meses
Para superar estas limitaciones, la nueva investigación se ha basado en los registros del Estudio Longitudinal de Desarrollo Infantil de Quebec, que ofrece datos exhaustivos sobre las personas nacidas en la provincia canadiense en 1997-1998, lo que ha permitido ajustar por variables familiares (como el tipo de familia o el consumo de drogas por parte de los padres), socioeconómicas (como el barrio de residencia) o educativas (como el rendimiento académico). Los datos de salud se han obtenido de los registros del sistema público de salud de Quebec.
Canadá reguló y legalizó el cultivo, la posesión, la venta y el consumo de cannabis en 2018. Según los autores de la nueva investigación, “dado que el acceso a cannabis de alta potencia se está expandiendo, los esfuerzos para retrasar la iniciación y reducir la frecuencia del uso en adolescentes debería ser una prioridad de salud pública”. Los investigadores defienden una mayor “”atención a los factores psicosociales y familiares” que aumentan la vulnerabilidad de los adolescentes a ser consumidores precoces de cannabis.



