En cinco meses ha desmantelado la investigación climática con el recorte del financiamiento y despido de cientos de científicos imprescindibles
No solo por sus gestos y desplantes, Donald Trump se desmarca del calentamiento global, varias órdenes ejecutivas que ha ido aprobando sin descanso, certifican su negacionismo climático. En su intensivo gobierno ha debilitado la capacidad de Estados Unidos para comprender el alcance del cambio climático y prepararse para sus consecuencias.
Desde el inicio de gestión, el presidente —por segunda vez— retiró a su país del Acuerdo de París, como un anticipo de lo que definiría su política. En el término de cinco meses ha desmantelado la investigación climática, retirado fondos y despidiendo a algunos de los científicos más destacados. Además, con diversas directivas ha desarticulado los esfuerzos por registrar la velocidad con la que se acumulan los gases de efecto invernadero en la atmósfera y su impacto en la sociedad.
Se han refrendado muchas decisiones que van a contracorriente de las metas globales por descarbonizar las economías. El gobierno ya no rastreará las principales fuentes de estos gases, cuyos datos se han utilizado para medir la magnitud e identificar las causas del problema durante los últimos 15 años. “No estamos haciendo eso, ya sabes, esa porquería”, señaló la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, a Fox Business.
Al eliminar datos, el gobierno intenta frenar el debate sobre cómo abordar el calentamiento global, afirmó Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California en Los Ángeles a The New York Times. «La idea de una realidad objetiva compartida parece descartada», afirmó.
Negacionismo climático marca gestión de Trump
Las decisiones de Donald Trump están derribando la capacidad del gobierno para monitorear un clima que cambia rápidamente.
En las últimas semanas, más de 500 personas han dejado la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la principal agencia gubernamental para la ciencia climática y meteorológica. Esto ha llevado a la NOAA a advertir sobre la degradación de sus operaciones.
La agencia también suspendió las llamadas informativas mensuales sobre el cambio climático, y el presupuesto propuesto por el presidente eliminaría la financiación para la investigación meteorológica y climática. El gobierno ha eliminado las frases «crisis climática» y «ciencia del clima» de los sitios web gubernamentales.
El llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental, la iniciativa de reducción de gastos liderada por el multimillonario Elon Musk, ha propuesto el cierre de un observatorio de la NOAA en Hawái. Esta estructura ha monitoreado continuamente los niveles de gases de efecto invernadero desde 1958, reseña.
Los datos recopilados allí se utilizaron para crear la Curva de Keeling, un conocido gráfico que mostró el drástico aumento reciente de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los datos de Hawái y otras estaciones de monitoreo de la NOAA se comparten con científicos de todo el mundo. Sirven de base para las negociaciones internacionales sobre el clima y documentar los eventos climáticos.
«La falta de recopilación de datos científicos va a perjudicar nuestra capacidad de comprender el mundo natural y físico», indicó Brandon Jones, presidente de la Unión Geofísica Americana. «También afectará nuestra capacidad de proporcionar sistemas de alerta temprana para tormentas severas o el próximo incendio forestal. Tendrá un impacto en la vida de las personas».
Perfora, perfora, perfora
El negacionismo climático de Trump también lo ha llevado a revertir una serie de órdenes aprobadas por Joe Biden que buscaban hacer de la justicia ambiental un factor clave en la formulación de políticas federales.
Preocupa que Estados Unidos, segundo mayor emisor de gases del planeta, lejos de reducir a la mitad su contaminación para 2030, como se comprometió, desista de sus iniciativas y metas. E incluso, de pie a que otros grandes contaminadores, como China y la India, dejen de lado sus planes medioambientales.
Las ambiciones Trump de que Estados Unidos «perfore, perfore, perfore» más combustibles fósiles se han visto irónicamente obstaculizadas por el caos económico desatado por sus propios aranceles. Pero Estados Unidos todavía está en camino de aumentar la extracción de crudo y gas. Lo que provocará un aumento en las emisiones que calientan el planeta.
Estados Unidos ya era la principal potencia mundial en petróleo y gas, produciendo más combustibles fósiles que cualquier otro país en la historia durante la gestión de Biden. Pero Trump ha buscado agravar esta situación. Al declarar una «emergencia energética» para abrir más tierras y océanos a la perforación. Y lanzar una ofensiva sin precedentes contra las regulaciones ambientales en sus primeros 100 días en la Casa Blanca.
Recortes y cambios ¿cuál será el resultado?
El gobernador de Maryland rechazó una serie de proyectos de ley de alto perfil que tenían como objetivo estudiar los impactos económicos del cambio climático. Asimismo, la infraestructura energética y las reparaciones.
Los legisladores y defensores del medio ambiente de ese estado expresaron su consternación después de que el gobernador Wes Moore vetara la semana pasada una serie de proyectos de ley de estudios climáticos y ambientales con amplio apoyo. Estas acciones, según creen, definen un marcado alejamiento de sus promesas climáticas. También reflejan una falla en la comunicación entre el gobernador y los miembros de su propio partido en la legislatura.
Entre los proyectos de ley vetados estaba la Ley de Respuesta a las Necesidades de Emergencia por Clima Extremo (Renew). El texto habría encomendado al contralor y a las agencias estatales la tarea de evaluar el costo total de las emisiones de gases de efecto invernadero. E informar los hallazgos para diciembre de 2026.
Despojado de su versión original, que proponía sanciones financieras para las empresas de combustibles fósiles, el proyecto de ley fue visto como un paso importante hacia la documentación de los daños climáticos. Y el establecimiento de las bases para futuras políticas de pago por contaminación, recoge Inside Climate News.
Moore también rechazó el proyecto de ley sobre el Análisis e Informe del Impacto de los Centros de Datos. Allí se exigía un estudio colaborativo sobre el impacto ambiental y económico de la expansión de los centros de datos en Maryland. Así como la ley de Adecuación y Planificación de Recursos Energéticos diseñada para ayudar al estado a gestionar la creciente demanda energética. A medida que se adelanta la transición hacia la energía limpia.
Adiós a instalaciones de la NASA
Otra de las órdenes ejecutiva de Trump, que denotan su negacionismo climático, exigía a las agencias reevaluar sus oficinas arrendadas.
Los científicos del clima y la tierra a nivel federal se enfrentan a recortes generalizados de presupuesto y personal. Los expertos dicen que esta reducción se producirá a expensas de la ciencia, que es crucial para la vida y el sustento de los estadounidenses.
Frente al acogedor restaurante Tom’s en Nueva York se produjo un pequeño rebulicio la semana pasada. Las personas que merodeaban se estaban despidiendo del edificio que estaba encima.
Desde 1966, esta ubicación del Upper West Side alberga al Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Un laboratorio dedicado a desentrañar la compleja dinámica de los cambios naturales y antropogénicos en nuestro planeta.
El 24 de abril, la NASA informó a los científicos que trabajaban en el instituto que el mandato de la agencia en el lugar estaba a punto de terminar. Las seis plantas que conforman el instituto sirvieron como campo de pruebas para los descubrimientos científicos durante las últimas seis décadas.
Investigadores federales han colaborado con científicos de Columbia y otros grupos en diversos proyectos interdisciplinarios. Desde una mejor comprensión del intercambio de dióxido de carbono entre el océano y la atmósfera hasta la realización de simulaciones sobre el potencial de supervivencia humana en Marte.
+ en Cambio16.com:
