Categoria:

Inmigrantes ante la incertidumbre en un estado que votó ampliamente por el presidente Donald Trump

Autor: John King CNN

Es difícil conciliar el sueño por el miedo y la incertidumbre constantes, pero, dice, aún así es mejor que la otra alternativa: “Si regreso a Honduras, me matarán”.

La tercera semana del nuevo mandato de Trump marca la tercera semana del insomnio de G. Sus abogados le dicen que debería estar bien, que el proceso de asilo que inició hace un año debería protegerla. Pero G sigue de cerca las noticias, escucha constantemente rumores de avistamientos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y retrocede ante la retórica del presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre personas como ella.

“Claro, sí por supuesto”, respondió cuando le preguntaron si le preocupa ser deportada por Trump a pesar de tener un caso de asilo pendiente.

“Porque intenta aplicar políticas bastante estrictas con los inmigrantes en general, y creo que aún más con las personas que acaban de llegar al país. Al menos con el programa con el que yo entré, hay cierta inestabilidad, por así decirlo. Así que, por supuesto, eso aumenta la ansiedad y la preocupación”.

G entró a Estados Unidos hace un año usando una aplicación de teléfono de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP One), diseñada para agilizar y gestionar de manera más eficaz las solicitudes de asilo. Trump eliminó la aplicación en su primer día en el cargo, y sus asesores de inmigración a menudo critican las políticas de Biden y hablan de identificar y deportar a los inmigrantes que ingresaron recientemente a Estados Unidos.

G era periodista en Honduras, y sus informes sobre la corrupción política y la colusión del gobierno con pandillas violentas la convirtieron, dice, en blanco del acoso y la violencia del régimen.

“No puedo regresar bajo ninguna circunstancia porque estaría arriesgando mi vida y la de mi familia”, afirmó. “Con Trump en el poder, todo lo que he logrado hasta ahora está en riesgo. Probablemente revisará mi caso y me obligará a regresar, algo que no me puedo permitir. Esa es mi mayor preocupación”.

G compartió su historia -y sus temores- sólo después de que acordamos proteger su identidad. Ahora vive en Nebraska, un estado republicano que respaldó a Trump en las elecciones por más de 20 puntos, donde encontramos una comunidad inmigrante llena de indignación y miedo. Esos inmigrantes y sus defensores están convencidos de que la ofensiva de Trump llegará tarde o temprano a su comunidad.

“El miedo es real entre nosotros”, dijo G.

La visita de CNN a Nebraska es parte del proyecto en evolución “All Over the Map”, que comenzó en agosto de 2023 para seguir las elecciones presidenciales de 2024 a través de los ojos y las experiencias de los votantes que viven en áreas clave o son parte de bloques electorales críticos. Ahora, con Trump de regreso en la Casa Blanca, nos mantendremos en contacto con esos votantes y también ampliaremos el grupo (y nuestros estados objetivo) para seguir las iniciativas políticas clave de la nueva administración.

El gobernador republicano de Nebraska, Jim Pillen, elogió la ofensiva de Trump y ha ofrecido recursos estatales para ayudar a las autoridades federales. El gobernador rechazó una solicitud de entrevista durante nuestra visita a Nebraska, pero proporcionó a CNN una declaración que decía: “Inmigrantes delincuentes, armas, drogas letales y tráfico de personas se han infiltrado en las comunidades de Nebraska. Apoyo al presidente Trump y he emitido mi propia orden ejecutiva para garantizar que las agencias estatales de Nebraska hagan lo mismo”.

Los jefes de Policía de las dos ciudades más grandes, Omaha y Lincoln, han calificado la aplicación de la ley de inmigración como un asunto federal y han dicho que sus recursos no se utilizarán para ayudar a ninguna ofensiva federal. Asimismo, los funcionarios de las escuelas públicas de esas ciudades han dicho que su prioridad es hacer que los estudiantes se sientan bienvenidos, independientemente de su estatus.

Mary Choate, abogada de inmigración en Lincoln, dijo que el miedo y la incertidumbre hacen que los padres se preocupen por enviar a sus hijos a la escuela o por asistir a los servicios que se les ofrecen, como clases de inglés.

“Realmente queremos que los inmigrantes y refugiados sigan participando en la comunidad porque son parte integral de ella”, dijo Choate, directora ejecutiva del Centro de Asistencia Legal para la Inmigración. “Pero les ha resultado muy difícil hacerlo porque tienen miedo de salir de sus hogares”.

No hay una cifra consensuada sobre cuántos inmigrantes indocumentados viven en Nebraska. Se estima que hay entre 30,000 y 75,000. Aun así, es una cifra pequeña en comparación con, por ejemplo, California, Texas, Nueva York o Illinois.

Pero la población total de Nebraska es de poco más de dos millones y muchas de sus principales industrias están desesperadas por conseguir trabajadores. Nebraska ocupa el segundo lugar, después de Texas, en producción de carne vacuna en Estados Unidos, el sexto en carne de cerdo y su apodo de Cornhusker State habla de su condición de gigante agrícola.

“Es un desafío encontrar ayuda confiable, motivada y de calidad”, dijo John Hansen, presidente de la Unión de Agricultores de Nebraska. “De modo que, dependiendo de cómo aborde esto el presidente, podría potencialmente tener un impacto muy muy negativo”.

Incluso, podría ser aún más grave, ya que Trump amenaza con imponer nuevos aranceles a las importaciones de Canadá y México, cuya aplicación se ha postergado durante un mes. Hansen dijo que cualquier interrupción en la cadena de suministro de alimentos de Estados Unidos causada por una ofensiva contra la inmigración podría ser perjudicial para las empresas y los consumidores.

“Si tenemos un problema con el vínculo con Nebraska, se trata de un estado con una industria procesadora lo suficientemente grande y eso se sentirá en la cadena alimentaria”, dijo Hansen. “Y no somos únicos en comparación con otros estados”.

Hansen, demócrata, ha sido presidente del sindicato de agricultores desde 1989. Es muy consciente de que la política de inmigración ha sido durante mucho tiempo arenas movedizas políticas.

“¿Necesitamos una mejor aplicación de la ley? Creo que sí”, dijo Hansen. “Pero hay una manera constructiva de hacerlo y otra menos constructiva”.

Con esto, Hansen quiere decir que cree que una verdadera reforma incluiría tanto una mejor seguridad fronteriza como una vía para que los inmigrantes indocumentados que no hayan cometido ningún delito desde que cruzaron ilegalmente a Estados Unidos puedan estabilizar su estatus.

Hubo propuestas en ese sentido durante la administración de George W. Bush y nuevamente durante la administración de Barack Obama.

En aquel entonces, las ideas que se barajaban incluían permitir que los indocumentados permanecieran en Estados Unidos y se encaminaran hacia el estatus e incluso hacia la ciudadanía. Se discutieron varias maneras de incluir la rendición de cuentas, como pagar impuestos adicionales o alguna otra sanción, o tal vez ser colocados en una fila más larga para obtener la ciudadanía.

Pero la inmigración, para la nueva versión del Partido Republicano, es uno de los temas más dramáticos. La exigencia de que los indocumentados regresen a casa es ahora el sentimiento predominante en el Partido Republicano y en este momento hay poco debate en el Partido Republicano sobre una nueva legislación más amplia en materia de inmigración.

“Trump es, ante todo, un disruptor”, afirmó Hansen. “No es un solucionador de problemas… El hiperpartidismo no es útil ni constructivo. No resuelve los problemas”.

El efecto Trump no se limita a Washington.

“Si estás aquí ilegalmente, por favor, márchate”, opinó la senadora republicana Kathleen Kauth. “Vuelve, sigue el proceso legalmente”.

Kauth está patrocinando una legislación que obliga a los empleadores de Nebraska a verificar que sus trabajadores tienen estatus legal. Considera que la propuesta es de sentido común, pero reconoce que las emociones del debate nacional sobre la inmigración podrían complicar los esfuerzos para atraer el apoyo demócrata local.

“Creo que siempre que hay polarización, la gente tiende a ponerse de parte de alguien y aferrarse a esa postura”, dijo Kauth en una entrevista en el Capitolio estatal de Nebraska. “Estoy más preocupada por Nebraska y me concentro en lo que necesitamos en Nebraska para entender el problema. ¿Cómo nos aseguramos de evitar que la gente que no está aquí legalmente le quite el trabajo a la gente que sí está aquí?”.

Kauth reconoce que Nebraska necesita más trabajadores, pero cree que el estado podría manejar cualquier alteración causada por una aplicación más estricta de las leyes de inmigración. El día de nuestra visita, Kauth también se reunió con el director de un programa que ayuda a las personas que acaban de salir de prisión a encontrar trabajo.

“Estoy muy a favor de un empleo de segunda oportunidad”, dijo Kauth.

En cualquier caso, su opinión es que cumplir la ley es primordial.

“Lo considero como una fruta envenenada, de manzana envenenada, de árbol envenenado, sea cual sea la definición legal”, dijo Kauth. “Si tu primer acto es infringir la ley, te has convertido en un criminal. Y por lo tanto, todo lo que suceda después, incluso si tiene buenas intenciones, incluso si es maravilloso, por favor vuelve y sigue el proceso, porque te queremos aquí, pero necesitamos que lo hagas de la manera correcta. Y no creo que eso deba cambiar nunca”.

Ese sentimiento -en Washington y en Lincoln- tiene a la comunidad inmigrante nerviosa.

“Es un momento aterrador para mi comunidad”, dijo un hombre a quien acordamos identificar solo por su apodo, Gin.

Fue traído ilegalmente a Estados Unidos cuando era niño, pero ahora tiene una tarjeta verde y está trabajando para obtener la ciudadanía. “De eso se trata el sueño americano, no del miedo”, dijo Gin.

Pero Gin dijo que tiene familiares y amigos que son indocumentados y que le preocupaba que hablar con un periodista pudiera convertirlos en objetivos del ICE.

“¿Dónde terminará todo esto?”, preguntó Gin, quien describió cómo un simple rumor sobre la actividad del ICE puede desencadenar una oleada de llamadas telefónicas y mensajes de texto nerviosos. “Comienza con la idea de: ¿has visto inmigración? ¿Has visto esto? Y ves el miedo en los ojos de la gente, el simple hecho de que no pueden ir a la tienda, no pueden ir a comprar alimentos o incluso a los hospitales”.

Gin desea que Trump combine una seguridad fronteriza más estricta con algún tipo de amnistía inspirada en el enfoque que adoptó el presidente Ronald Reagan hace cuatro décadas.

Pero él sabe que eso va más allá de las ilusiones.

“Su primer mandato fue más bien del tipo: ‘veamos si esto puede suceder'”, dijo Gin. “Este año es más bien: ‘Lo voy a hacer’… definitivamente es más agresivo”.

The-CNN-Wire & 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar también

¿Quieres hablar con nosotros en cabina?

Nuestros Horarios en el Estudio:

9am a 11am | 12m a 1pm | 4 a 5 pm | 5 a 6pm

horario del pacifico