Es la persona que por lejos más influye en Joe Biden. Hace 47 años que está a su lado y compartió con él todas las circunstancias de su extensa carrera política. Aunque desde hace tiempo que Jill Tracy Jacobs Biden es una voz influyente, nunca como en este momento se involucró para lograr que el presidente logre su ambicioso objetivo, ser reelecto con nada menos que 82 años. Decidida a jugarse entera para retener el poder, en el año electoral la Primera Dama comenzó a mostrar en público lo que saben a la perfección quienes circulan por la Casa Blanca.
Dr Biden, el apelativo por el se la conoce y ella misma se presenta en X, no remite tanto a su especialidad sino a su autoridad. Su biografía recuerda que es docente y profesora de inglés y escritura en Northern Virginia Community College, un colegio comunitario de Virginia. La experiencia la marcó hasta hoy y será el argumento perfecto para que la Primera Dama vuelva a convertirse en protagonista de la campaña electoral, el próximo 1 de mayor. Ese día, según acaba de anunciar en entrevista en CBS Morning, convertirá la cena de Estado en la Casa Blanca en un gran homenaje a los mejores profesores de todo el país. Los maestros y educadores serán los invitados de honor. En la lista estará Missy Testerman, que acaba de ser nombrada como la Maestra Nacional del Año. “Soy maestra y he estado enseñando por más de 30 años, al igual que Missy, y siempre digo que los maestros son nuestros héroes. Quería estar aquí hoy para celebrar a Missy, como a mí me encanta celebrar a los maestros”, dijo Jill Biden durante la entrevista.
Tal vez por haber sido enfermera, alguien decidió otorgarle el grado de doctora con el que la mencionan los funcionarios de Biden. Quienes conocen la dinámica de la Casa Blanca, coinciden ante LPO en que la Primera Dama es imprescindible para el presidente, a la hora de tomar decisiones. Solo un funcionario tiene un papel comparable por su importancia y su relación de íntima confianza con Biden, el Consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan. Tanto Anthony Blinken como Kamala Harris pertenecen a un segundo anillo del poder.
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Jill Biden se distingue por ser una opinión esencial en el círculo íntimo del presidente y una de las pocas personas que le da una visión descarnada sobre la política, sobre los problemas de la campaña y sobre sus propios errores. Después de casi medio siglo junto a Biden, nadie puede poner en duda su lealtad. Esa característica acaba de ser puesta de relieve en un artículo de The New York Times en el que se asegura que Jill le exigió a Biden que abandone la pasividad y frene ya mismo la ofensiva de Benjamin Netanyahu en Gaza. “¡Paralo ahora!”, le pidió, de acuerdo a los testigos de un reciente encuentro. El propio Biden habría comentado los pedidos insistentes de su esposa de “basta ya” a un invitado en la Casa Blanca. Sea parte de una jugada orquestada entre la sociedad Joe-Jill o una discrepancia real, lo único cierto es que el presidente de Estados Unidos no tiene margen para seguir arriesgando su propio proyecto de poder con el respaldo a un primer ministro israelí cuestionado hasta por sus máximos aliados. La conversación que Biden y Netanyahu mantuvieron este jueves puede haber aportado novedades en ese sentido.
Según The New York Times, en una reunión con miembros de la comunidad musulmana en la Casa Blanca el martes por la noche, un invitado le dijo al presidente que su esposa no había aprobado que él asistiera debido al apoyo que le presta a Israel en la guerra de Medio Oriente.
Quienes conocen la dinámica de la Casa Blanca, coinciden ante LPO en que la Primera Dama es imprescindible para el presidente, a la hora de tomar decisiones.
La fundadora del Consejo de Liderazgo Musulmán Negro, Salima Suswell, reveló la escena en una entrevista. “Él dijo que ella dijo: ‘Basta, basta ya, Joe'”, afirmó Suswell. La dirigente se mostró sorprendida después de comprobar que la Primera Dama tenía fuertes sentimientos sobre el conflicto y lamentaba profundamente el dramático número de víctimas civiles en Gaza.
El protagonismo de Jill Biden es cada vez más notorio. A fines de marzo, viajó a California para promocionar los esfuerzos de la administración para proteger los derechos de la comunidad LGBTQ. En un discurso de 15 minutos, aprovechó para aludir a Donald Trump sin nombrarlo. “Los extremistas del MAGA están tratando de borrar estos logros que tanto costó lograr”, dijo. “La historia nos enseña que las democracias no desaparecen de la noche a la mañana. Desaparecen lenta, sutilmente, silenciosamente. Una prohibición de libros, una decisión judicial, una ley de ‘no decir gay’ (…) Un grupo de personas pierde sus derechos, y luego otro y luego otro. Hasta que una mañana te despiertas y ya no vives en una democracia”, advirtió.
En ese viaje, a Dr Biden también le tocó enfrentarse en Los Ángeles con una cara menos amable de la campaña. Se topó con protestas contra su marido por el apoyo a Netanyahu en Medio Oriente. Al día siguiente, manifestantes que apoyaban a los palestinos se pararon frente al hotel donde estaba previsto que hablara, para reclamar un alto el fuego con carteles y cánticos.
Ese mismo fin de semana, la Primera Dama había organizado dos actos de recaudación de fondos en Beverly Hills y Rancho Mirage el sábado para otra breve recaudación de fondos. Biden completó su visita al sur de California el lunes, uniéndose a la actriz Halle Berry en el escenario del Getty Center ante una audiencia de cientos de creadores de Hollywood.
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El papel de Dr Biden en la campaña de reelección de su marido no se limita a los actos públicos y consejos privados. A principios de marzo, protagonizó una campaña de tres días y cuatro paradas en estados cambiantes y decisivos como Georgia, Arizona, Nevada y Wisconsin. Fue la oportunidad para el lanzamiento de “Mujeres por Biden-Harris”, el esfuerzo de la Casa Blanca para lograr que las votantes femeninas se conviertan en un actor clave para impedir el regreso de Trump al poder.
Durante su visita a Atlanta, Georgia, apuntó con nombre y apellido contra el ex presidente. “Estoy muy orgullosa de cómo Joe ha colocado a las mujeres en el centro de su agenda. ¿Pero Donald Trump? Pasó toda su vida derribándonos y devaluando nuestra existencia. Se burla de los cuerpos de las mujeres, falta el respeto a nuestros logros y se jacta de las agresiones. Ahora se jacta de haber matado a Roe v. Wade”, advirtió en medio de los silbidos y abucheos contra el candidato republicano.
Estoy muy orgullosa de cómo Joe ha colocado a las mujeres en el centro de su agenda. ¿Pero Donald Trump? Pasó toda su vida derribándonos, devaluando nuestra existencia y se jacta de las agresiones.
Más adelante, afirmó: “Se atribuyó nuevamente el mérito de permitir que estados como Georgia aprobaran crueles prohibiciones del aborto que están privando a las mujeres del derecho a tomar sus propias decisiones sobre su atención médica. ¿Hasta dónde llegará? ¿Cuándo parará? Ya sabes la respuesta: no lo hará. No lo hará”. Su conclusión fue terminante: “Donald Trump es peligroso para las mujeres y nuestras familias. Simplemente no podemos dejarlo ganar”.
Tal como contó LPO, la campaña demócrata quiere hacer de los derechos reproductivos y el acceso a la atención médica de las mujeres un tema central este año, inspirados por las victorias en las elecciones de 2022 celebradas después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara Roe v. Wade, su decisión de 1973 que establecía un derecho constitucional a un aborto.
Jill Biden juega un papel clave. Y ya no quiere disimularlo.
