-
JOEL DEL RÍO
Actualizado
Hay heridas que solo el fútbol puede cerrar. Y Kylian Mbappé lo sabe bien. Hace menos de un año, Anfield fue el escenario de su noche más oscura con el Real Madrid. Allí, bajo la lluvia y ante el rugido de The Kop, el crack francés se derrumbó futbolísticamente: perdió balones sin descanso, se mostró irreconocible… y falló un penalti decisivo. Fue su particular descenso al infierno. Una noche para olvidar que, sin embargo, se quedó grabada a fuego.
Xabi Alonso: “Mbappé marcaba goles, los marca y los marcará siempre, estamos muy contentos con él”
Mbappé regresaba entonces a una posición que tiempo atrás lo había coronado como uno de los futbolistas más temidos del planeta: el costado izquierdo. Su zancada, su potencia, su imprevisibilidad para inventarse disparos imposibles… todo eso parecía haberse esfumado aquella noche en Liverpool. Sin Vini, por lesión, a Kylian le tocó liderar el ataque junto a Brahim y Arda Güler. Pero nada salió. Aquel Mbappé fue una sombra del jugador que obligó al Madrid a mover cielo y tierra para vestirlo de blanco.
Una noche de pesadilla… con 15 pérdidas
Tras el gol del Liverpool, el destino quiso tenderle una mano: un penalti provocado por Lucas Vázquez ante Robertson. Mbappé tomó aire, agarró la pelota y asumió la responsabilidad. Pero Kelleher, héroe local y especialista desde los once metros, adivinó el lado y detuvo el lanzamiento con un vuelo prodigioso. El francés se quedó helado. Aquella imagen, cabizbajo en el punto de penalti, simbolizó su momento más bajo desde que aterrizó en el Bernabéu. Los números no maquillaron nada: dos disparos (uno fallado, otro bloqueado), 18 de 24 pases acertados (75%), 6 duelos ganados de 13 y 15 pérdidas de balón.
Hay una medicina que es ser paciente. Es un momento complicado para él, sobre todo tras fallar el penalti. Todo el mundo tiene que apoyarlo
Ancelotti
Si antes de aquel partido el cuerpo técnico aún tenía dudas sobre quién debía ser el dueño de la banda izquierda, la actuación de Mbappé terminó por despejarlas. Errático en el pase y en los controles, sin confianza, sin chispa, sin alma. Lo intentó, sí, pero sin la convicción ni el atrevimiento necesarios para inquietar siquiera a un Bradley que firmó en su cara el mejor ‘tackle’ de su carrera. Su primera pérdida casi acaba en gol, salvada in extremis por Asencio, y a partir de ahí el partido fue una cuesta abajo sin freno. El minuto 62 fue su última oportunidad de redención… pero Kelleher, el ‘parapenaltis’ eterno de Anfield, decidió que esa noche la puerta del infierno no tenía salida.
Anfield tiene sabor a revancha
“Hay una medicina que es ser paciente. Es un momento complicado para él, sobre todo tras fallar el penalti. Todo el mundo tiene que apoyarlo”, confesó Ancelotti en rueda de prensa, buscando protegerlo entre la tormenta. Hoy, todo es distinto. Mbappé vive su mejor momento, quizá el más brillante de su carrera. Es el líder del Madrid, el referente absoluto, el jugador que convierte cada ataque en amenaza. En Liga suma 13 goles en 11 partidos; 18 en 14 en total. Promedia 1,29 por encuentro. A lo Cristiano. Y, cada vez más, a lo Mbappé, el Bota de Oro.
Valverde, Brahim, Mbappé, Jude y Rüdiger buscan la solución tras el paso por vestuarios.Michael Regan – UEFA
Encadena ocho jornadas consecutivas viendo puerta, solo por detrás, en clave madridista, de las diez de Cristiano Ronaldo en la 2014/15. En el horizonte, las visitas al Rayo (9 de noviembre) y al Elche (el 23, tras el parón) para igualar el récord, y al Girona (el 30) para superarlo. Ya suma 44 goles en sus primeros 45 partidos de Liga: el mejor arranque desde Puskas (44 en 44), superando incluso a Cristiano (43 en 45). Por eso, su regreso a Anfield tiene sabor a revancha. A redención. A capítulo pendiente en un momento en el que parece imparable. De Anfield a Anfield… y tiro porque me toca.
