La llegada de migrantes a España y, especialmente a Canarias, se coloca entre las principales amenazas para la seguridad nacional, solo por detrás de las campañas de desinformación y la vulnerabilidad del ciberespacio. Esta es la conclusión a la que ha llegado el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) –el órgano de asesoramiento del presidente en esta materia– en la cuarta edición del informe anual Análisis de Riesgo, en el que han participado 253 expertos de todas las áreas del Gobierno. Los flujos migratorios ya se situaron como uno de los cinco principales peligros para el país en 2021, pero esta es la primera vez que alcanza un rango tan elevado, clasificándolo como amenaza de «intensidad muy alta». El estudio adelanta que seguirá siento motivo de preocupación en el próximo lustro.
El incremento de la presión migratoria registrado a lo largo del año pasado centró la atención de los especialistas en seguridad. En 2023, entraron al país de forma irregular 56.039 personas, lo que supuso un incremento del 95% con respecto al año anterior, siendo la ruta canaria la de mayor intensidad, con un 71% de llegadas. El 17% de las personas que accedieron al territorio nacional a través de Canarias son de Senegal, el 14% de Marruecos y el 6% de Malí. Es precisamente la «inestabilidad y deterioro de la seguridad» en Malí la que preocupa a los especialistas, pues advierten que ha generado un «incremento notable del número de desplazados en las zonas más estables del país y en Estados limítrofes como Mauritania». En los últimos seis meses, cerca del 80% de las barquillas que han alcanzado el Archipiélago zarparon desde las costas mauritanas.
La situación de la región del Sahel, ubicada a unos 700 kilómetros de las Islas, reúne una serie de factores que contribuyen a la emigración: inestabilidad social, tensión política, aumento de la actividad terrorista y unas condiciones económicas deficitarias. El informe del DSN pone como ejemplo a Senegal, «donde el 63% de la población es menor de 25 años, más de 300.000 jóvenes acceden anualmente a un mercado laboral que no está preparado para su absorción y la situación política es tensa». El país celebró elecciones el pasado 24 de marzo y el líder opositor Bassirou Diomaye Faye logró el 54% de los apoyos, calmando la crisis que se produjo tras el encarcelamiento del Ousmane Sonko en junio de 2022. Una detención que agitó a los jóvenes senegaleses y llevó a muchos a emigrar de manera irregular hacia Canarias. Faye tomó posesión como presidente el pasado martes y nombró a Sonko primer ministro.
Los asesores de Sánchez tildan los flujos migratorios de amenaza de «muy alta intensidad»
En África Occidental y el Sahel – «una región de especial importancia para España», según el DSN– la situación se deteriora ante los golpes de Estado que llevan al poder a juntas militares. A esto se suman las «disputas étnicas y regionales y se cruzan con la agenda y las operaciones de los grupos yihadistas». Los expertos también subrayan como amenaza «la práctica disolución del G5 Sahel, la salida de las tropas francesas de la región y la exposición a la influencia de China y Rusia».
Además, el informe fija la mirada en Níger, no como país emisor, sino por los posibles cambios que pueda registrarse en los itinerarios terrestres de los migrantes procedentes del Golfo de Guinea. Tras el golpe de Estado que vivió la nación en julio del año pasado, la paralización de las ayudas financieras y los proyectos de cooperación en materia de seguridad de la UE, puede hacer que el nuevo Gobierno baje la guardia ante el control de los flujos migratorios.
La intensa llegada de migrantes al Archipiélago tensionó el programa de atención humanitaria, que sufrió su mayor nivel de estrés en el mes de octubre. Esto obligó a establecer una «declaración de emergencia», lo que permitió dotar al sistema de más de 6.000 plazas extra, de manera que en diciembre se rozaron las 19.000 plazas en toda España. La comunidad autónoma con más capacidad de acogida es Canarias, con 7.000 plazas; seguida de Andalucía y Madrid, con más de 3.000 cada una.
La desinformación y la debilidad ciberespacial son los riesgos que más preocupan
Para prevenir los flujos migratorios irregulares, luchar contra las redes de tráfico de seres humanos y frenar la trata de personas para fines sexuales y laborales, España mantiene programas de cooperación con los países de origen y tránsito. Además, cuenta con una fuerte presencia de personal de organismos oficiales en los países de la ruta atlántica, para «realizar labores de formación y misiones operativas conjuntas» que, según el DNS, «han demostrado ser determinantes para asegurar la implicación efectiva de sus instituciones». El informe señala que a Policía Nacional cuenta con dos equipos desplegados en Mauritania –otro en Níger. Por otro lado, en diferentes países del Magreb y Sahel existe un despliegue permanente de medios aéreos, navales y terrestres para mejorar el control fronterizo. Así la Guardia Civil y agentes de la autoridad locales colaboran en Mauritania, Senegal, Gambia, Cabo Verde, Guinea Bissau, Guinea Conakry y Malí. Con Marruecos existe una doble colaboración: una con financiación de la Unión Europea (UE), en el que participa la Guardia Civil; y otra bilateral, con patrullas mixtas de la Guardia Civil y la Gendarmería Real Marroquí.
Información falsa para polarizar la opinión pública
El Análisis de Riesgo del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) concluye que las principales preocupaciones son las campañas de desinformación y el empleo del ciberespacio para fines irregulares, un aspecto que cobra especial importancia ante el intenso calendario electoral de este año, pues más de 70 países tienen una cita con las urnas. El DNS destaca que la posibilidad de que se registren injerencias extranjeras a través de campañas de desinformación «es una amenaza presente». Por esto, señala que es obligado adoptar medidas de protección de los procesos elecctorales ante el riesgo a que se difunda información falsa, «orientada a polarizar la opinión pública». También pone el foco en el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial generativa, que facilita «la creación de contenidos falsos con un alto grado de calidad, hasta el punto que cada vez se hace más difícil discernir lo auténtico de lo falso». La tensión estratégica y las consecuencias para la seguridad internacional de los escenarios bélicos de Ucrania y Gaza, ocupa un segundo lugar en la percepción de riesgos. El informe destaca que la evolución del conflicto ucraniano «será clave para el panorama de la seguridad europea en los próximos años”.
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