Pese a tener tan solo 37 años, Oliver Oakes no carece en absoluto de experiencia en la dirección de un equipo de carreras: lleva haciéndolo desde antes incluso de colgar el casco como piloto. Y mientras su nuevo empleador sigue despidiendo a un director de equipo tras otro (normalmente en torno al Gran Premio de Bélgica), hay razones para creer que Oakes puede ser el hombre adecuado para el puesto.
Es bastante ambicioso: La F1 fue su único objetivo durante su carrera como piloto, y también intentó llegar a lo más alto del automovilismo con su equipo Hitech GP. Y aunque ninguno de esos intentos tuvo éxito -la carrera de Oakes se estancó cuando llegó a la GP3, y la candidatura de Hitech a la F1 fue rechazada por la FIA-, llegó a la F1.
Pero también insiste en que no quiere ganar a toda costa. “En mi mandato, no quiero que el equipo tenga nunca dificultades financieras”, declara Oakes, y se podría argumentar que eso es exactamente lo que quiere Luca de Meo, director general de Renault: un equipo de F1 bien gestionado que no exija excesivas inyecciones de dinero. Oakes, junto con Flavio Briatore, parece formar el tándem adecuado…
Oliver, tú dirigiste el equipo Oakes Racing en karting, ¿no? ¿Cómo surgió eso?
Eh… ¡Estoy intentando pensar ahora! Había dejado de conducir a tiempo completo y seguía siendo -no sé cómo llamarlo- alguien con un casco esperando recibir alguna que otra llamada y pilotar coches de GT o lo que fuera. Pero… tengo que tener cuidado con cómo digo esto: Yo no estaba muy interesado en la conducción, para ser honesto, a menos que fuera F1. Tal vez fuera ingenuo en aquel momento, pero siempre tuve mi corazón puesto en la F1, y si no era eso, no me importaba. Puede sonar un poco duro para el resto del automovilismo, pero siendo joven (Oakes tenía 22 años en su última temporada en monoplazas) estabas obsesionado con ese único objetivo. Acababa de empezar a entrenar a chicos jóvenes y así es como surgió el Team Oakes. Siempre me gustó el karting. Siempre me había gustado trabajar con jóvenes pilotos y surgió de forma natural.
¿Qué tan grande era? Tenías tus camionetas, tus tiendas…
Sí, tenía bastante de eso y viajaba de un lado a otro, de kartódromo en kartódromo. El karting es genial, cada fin de semana hay una carrera en algún sitio. Creo que lo calculamos un año: fueron como 260 días en la carretera. Parece una locura, pero no lo fue. Fue una época muy buena. Simplemente vives y respiras las carreras, viajas, no tienes compromisos.
El otro día pensaba en lo grande que se ha hecho mi Hitech, con seis equipos (en diferentes categorías), 100 personas. A menudo bromeamos con los que llevan 10 años conmigo: ¿podemos volver a ser un equipo pequeño? Pero no es posible.
Este período de la vida fue fantástico. Lo bueno del karting es que es puro, ¿no? De una sesión a otra puedes cambiar el chasis, puedes cambiar el motor, puedes mejorar a tu piloto en una curva en la que tiene problemas. Pero, por fantástico que sea, es todo lo contrario al resto del automovilismo, donde tienes que ser mucho más estratégico o, me atrevería a decir, a veces no puedes ir tan rápido como te gustaría.
Oakes recuerda con cariño el periodo de su vida en el karting y cómo desembocó en Oakes Racing y luego en Hitech.
Foto de: Andre Vor / Sutton Images
Trabajaste con algunos pilotos bastante buenos por aquel entonces, ¿verdad?
Sí, tuve a Callum (Ilott), fue con él con quien más o menos empezó. Nikita (Mazepin) vino un poco más tarde, Marcus (Armstrong) un poco después. Verlos pasar de jóvenes a los coches fue genial. Cuando los ves ahora, con veintitantos años, es divertido pensar en cómo eran.
Nos reíamos de ello en Austin: Marcus pasó por delante de nosotros -mi mujer y yo- cuando estábamos desayunando porque por casualidad había elegido el mismo sitio que nosotros. Y nos reímos porque lo conocíamos desde que llegó al Reino Unido (desde Nueva Zelanda) con 12 años más o menos y vivió conmigo en Oxford. Mi mujer, que era mi novia por aquel entonces, lo llamaba “el pequeño Marcus”, lo que probablemente resulte bastante avergonzante ahora que es piloto de IndyCar.
George Russell fue uno de sus pilotos en Hitech. ¿Estaba claro entonces que llegaría a ganar carreras de F1?
Literalmente había empezado Hitech y en nuestro primer año de carreras en 2016 él fue uno de nuestros primeros pilotos. Tuve mucha suerte de contar con él porque éramos un equipo nuevo y estuvo fantástico ese primer año. Me río cuando lo veo en la tele ahora en la F1, ya sabes, sigue siendo lo que era entonces: súper comprometido, muy insistente. Tiene todas las cualidades que se buscan en un gran piloto.
“El verdadero trabajo de un líder es capacitar a todos en el equipo y realmente quitarles toda la mierda y dejarles hacer su trabajo y darles las herramientas que necesitan” Oliver Oakes
Aquel año pasamos por muchas cosas. Era mi primer año dirigiendo un equipo. Estás en la F3, que en aquella época era probablemente el campeonato de más alto nivel (fuera de la F1) del mundo. Todavía podías desarrollar un coche técnicamente. Y fue un verdadero bautismo de fuego para mí, supongo. Probablemente no me di cuenta en ese momento, pero fue un comienzo muy duro, enfrentándome a todo el mundo. Por otro lado, fue probablemente una buena educación, porque te enfrentas a los mejores y tienes que estar a la altura. Y George ha contribuido en gran medida a que Hitech haya crecido tan rápidamente y haya tenido tanto éxito.
Has mencionado que el equipo ha crecido hasta las 100 personas. ¿Cuál era su tamaño original?
Creo que al principio éramos 12, quizá 14. Me di cuenta muy pronto, el primer año, de que era muy difícil ser un equipo que sólo hacía un campeonato. Porque no tenías la fuerza en profundidad, ya fuera por tener más gente, ya fuera por tener el poder político, y era sobre todo esto último lo que me frustraba. Y ahí es donde más o menos establecí una hoja de ruta para los próximos 10 años. Por supuesto que quieres ganar, pero para ser un poco crudo: en los campeonatos juveniles ganar es fácil, si no diriges un negocio como es debido y si te limitas a gastar mucho dinero. Quería que nuestros valores fueran los de un equipo realmente bueno. Llevamos las cosas a un alto nivel. Pero también, bajo mi mandato, no quiero que el equipo tenga nunca dificultades financieras. Y para mí eso siempre estuvo muy claro desde el principio: queremos ganar, pero ¿a qué precio?
Y creo que lo interesante es que cuando se añaden otros equipos y se construye, se necesitan más departamentos no tan importantes, un poco más de recursos humanos, un poco más de finanzas, todas esas cosas. Cuando empiezas una escudería piensas: “No, no importan”. Pero enseguida te das cuenta de que necesitamos un poco de todo eso. Y ahora son, sí, (tenemos) unas 100 personas.
Oakes convirtió a Hitech en uno de los monoplazas júnior más potentes de la parrilla, pero lamentó su fracaso en la F1.
Foto: Mark Sutton / Motorsport Images
¿Siempre has entrevistado tú mismo a las personas antes de contratarlas para el equipo?
Ahora que estoy aquí, es un poco diferente, pero sí, al ir creciendo, he seleccionado a todo el mundo. Conozco a casi todos los miembros del equipo. Conozco sus antecedentes. He estado en pista con la mayoría de ellos, lo que me gusta, o lo hice cuando estábamos construyendo, porque diferentes personas han crecido dentro del equipo, y es muy agradable ver ahora, por ejemplo, mi equipo de F2 es un grupo bastante joven, pero están haciendo un trabajo muy bueno, y eso es algo de lo que estoy orgulloso porque han crecido dentro de la empresa.
¿Podemos hablar de la candidatura a la F1? Fue rechazada por la FIA, pero no mucha gente sabía, hasta que usted lo mencionó en el podcast de F1, lo grande que era la operación: 80 personas trabajando en el proyecto durante dos años. Usted utilizó la palabra “horrible” para describir el momento en que les dijeron que no se había aprobado.
Creo que para cualquiera que haya empezado un nuevo proyecto y haya reclutado personalmente a gente, los haya subido a bordo, los haya convencido para que se embarquen en este viaje, no es agradable ponerse delante de esas 80 personas y decirles: “Miren, el sueño se ha acabado”. Mucha gente no corre por dinero o por ego. Lo hacen porque quieren trabajar con este grupo, quieren formar parte de algo, y es bastante cruel tener que decirles a todas esas personas que, sin tener la culpa, no va a ser posible.
Obviamente tenían sus preguntas. “¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué vamos a hacer? ¿Se apagarán las luces mañana?”. Y creo que, a pesar de lo terrible que fue, también estoy muy orgulloso de lo que conseguimos y de cómo lo superamos todos juntos. Creo que encontré 40 o 50 de ellos trabajos en otros equipos.
¿En este paddock?
Muchos en este paddock, sí. A otros les resultó un poco más difícil. Los apoyamos durante seis meses y los ayudamos. Algunos se quedaron en Hitech.
¿Cuánto creías en ello?
Muchísimo. Pero las cosas pasan por una razón, ¿no? Los postes se mueven. No estoy tan obsesionado con eso. Obviamente estoy decepcionado y creo que lo hicimos todo bien. Pero a veces las cosas son como son.
¿Qué clase de líder quieres ser para Alpine?
No lo sé. La F1 es diferente. Creo que tienes diferentes modelos a seguir en tu vida; puede que no los conozcas personalmente, pero ves cómo hacen las cosas. Y, obviamente, aprendes cosas. Pero yo soy quien soy. Por mi parte, acepté este trabajo porque creía en el equipo, en la gente, pero también sentía que podía aportar algo que antes no estaba aquí. Creo que también es cruel decir que uno marca una gran diferencia como líder. Al fin y al cabo, el verdadero trabajo de un líder es capacitar a todos los miembros del equipo y quitarles toda la mierda de encima, dejarles hacer su trabajo y darles las herramientas que necesitan. Y espero que, desde que he empezado, algunas personas sientan que algo de eso ya ha ocurrido.
Creo que lo más importante que quiero traer es, obviamente, que el apoyo real de mí mismo, Flavio, Luca, que creemos en el equipo, que estamos comprometidos con lo que estamos haciendo. Y creo que esas han sido las preguntas que se han hecho en los últimos dos años o así: ¿cuán comprometido está el Grupo (Renault) con el equipo, quién está realmente a cargo, hacia dónde va? Y creo que ahora la gente puede ver muy claramente hacia dónde vamos”.
Desde que se convirtió en director del equipo Alpine, Oakes ha tratado de reforzar al personal de la escudería en su reconstrucción tras un periodo turbulento.
Foto: Simon Galloway / Motorsport Images
Una cita de uno de sus muchos predecesores, Otmar Szafnauer: “Creo que lo mejor, y no sólo para Renault, sino para las grandes empresas -y lo he visto muchas veces, incluso con las empresas automovilísticas que tienen las carreras como parte de su ADN- es que no se metan. Dejarlo”. ¿Qué opina al respecto?
Lo que yo diría es que no siempre es lo mismo para todos. Creo que es justo decir que hay elementos que son ciertos -y (Szafnauer) es un buen compañero, ya sabes, ha estado aquí antes-, pero creo que la gente también debería recordar quién paga las facturas y quién mantiene al equipo. Y desde mi punto de vista, tenemos mucha suerte de contar con ese apoyo. Es fácil señalar siempre con el dedo a alguien que se “entromete”, pero a veces hay que preguntarse, bueno, ¿por qué tienen que entrometerse? ¿Es porque no nos ocupamos de las cosas? ¿Es porque realmente hemos quitado el ojo de la pelota? Al principio puedes sentirte frustrado, pero luego das un paso atrás y dices: ‘En realidad, probablemente deberíamos haberlo hecho mejor, pero no queríamos oírlo’.
No creo que haya necesidad de ocultar las cosas. No creo que sea necesario mantenerlas a distancia. Creo que al final tenemos que trabajar juntos. Tenemos que crear esa confianza. La F1 es un negocio complejo, como lo es el mundo del automóvil, y no puedes hacerlo bien todo el tiempo. Creo que, obviamente, lo que ha sucedido antes – todo el mundo tiene sus puntos de vista, sus opiniones. Por mi parte, quizá las cosas sean un poco diferentes ahora. Quizás Luca tiene un contacto más directo conmigo y con Flavio. Tal vez el equipo ha tenido que tocar un poco fondo para restablecerse. No lo sé. Al fin y al cabo, nada de eso te impide hacer un buen coche de carreras.
¿Es el trato con los jefes de los fabricantes similar al trato con los padres de los pilotos en el karting?
A menudo encuentro que, tanto si se trata de un padre de un piloto de karting como de un gran jefe, tienen razón al hacer preguntas y ser honestos. Por mi parte, lo más importante siempre es la honestidad y la comunicación. Tienen que saber lo que pasa. Hay que darles un baño de realidad. Puede que no les guste, pero a veces es lo que hay que hacer.
“Todo el mundo me dice: ¿lo sientes como un peso sobre los hombros o una presión? Yo lo veo de otra manera. No hay un plan maestro. No hay cosas que se hayan dicho antes, ‘100 carreras’ y todo eso. Sólo tenemos que mejorar” Oliver Oakes
¿Qué preguntas te hiciste antes de aceptar el puesto? ¿Fue “¿Soy realmente capaz de dirigir un equipo de F1?” una de ellas?
Para mí fue algo más personal. Tengo dos hijos: una hija de cuatro años y un hijo de uno. El año pasado (por 2023), habría sido un poco duro dejarlo… Bueno, no dejarlo, sino: ‘Lo siento, cariño, me voy 24 carreras’. Así que hace 18 o 12 meses no era lo más adecuado para la familia. Y luego estaba la pregunta: ¿Realmente quiero hacer F1? Y no lo digo de forma arrogante. En realidad disfruto teniendo mi equipo y haciéndolo crecer. Son como una familia y una gran parte de mi vida, y no quiero renunciar a eso. Pero en realidad el momento era bueno porque todo el mundo en Hitech que ha estado conmigo durante mucho tiempo, son un poco autónomos, tienen los valores correctos, son grandes líderes ellos mismos en cada equipo. Y creo que lo más importante para mí fue que el momento era el adecuado. Y la tercera es, ¿crees en el proyecto? ¿Crees que tienes el apoyo de los grandes jefes? ¿Crees que puedes aportar algo que antes no existía? Creo que a menudo es un poco como en el fútbol: diferentes entrenadores, diferentes directores técnicos… en algunos sitios tienen mucho eco entre los aficionados, entre los jugadores, pueden unir a todos.
Cuando conocí a Luca y a Flavio, estaba claro que nuestros valores coincidían. También conocía un poco Enstone. Vivo justo al final de la calle, lo cual es curioso. Realmente creo en el equipo. Para ser justos, obviamente ha pasado por momentos difíciles, pero nunca ha olvidado cómo construir un buen coche de carreras”.
Briatore y de Meo comparten con Oakes la creencia y el compromiso con el proyecto.
Foto de: Alpine
Por último, ¿qué tiene previsto hacer en torno al Gran Premio de Hungría de 2025?
¿Hungría?
Sí, es el siguiente después de Spa.
No sé. Sí, probablemente no debería bromear con ello, pero lo hago, diciendo: ‘Quizá siga aquí cuando vayamos a Spa’. Todo el mundo me dice, ¿lo sientes como un peso sobre los hombros o una presión? Yo lo veo de otra manera. No hay un plan maestro. No hay cosas que se hayan dicho antes, ‘100 carreras’ y todo eso. Sólo tenemos que mejorar. Tenemos que ser un equipo bien dirigido. Y creo que tenemos que centrarnos en nosotros mismos. E incluso con todo el ruido sobre la unidad de potencia y toda la charla sobre la venta y todo ese tipo de basura, creo que la gente ya ha visto que en realidad no vamos a ser molestados por eso nunca más. Vamos a mantener la cabeza baja.
¿Hasta dónde puede llevar Oakes a Alpine en 2025?
Foto: Mark Sutton
In this article
Oleg Karpov
Fórmula 1
Alpine
Be the first to know and subscribe for real-time news email updates on these topics
