El 2 de diciembre, el Departamento de Policía de San Diego comenzó a citar a los infractores de la ordenanza de venta en aceras de la ciudad en Gaslamp Quarter, tras semanas de divulgación y educación.
La ordenanza, aprobada por el Ayuntamiento en mayo, permite a las microempresas de vendedores ambulantes y fijos en las aceras utilizar el derecho de paso o la propiedad pública para la venta en las aceras, a la vez que regula cómo, cuándo y dónde llevan a cabo su actividad los vendedores autorizados en las aceras de San Diego. Sin embargo, la ordenanza prohíbe específicamente la venta en la acera en Gaslamp Quarter y otras zonas específicas.
Durante varias semanas, la ciudad, a través de sus equipos de aplicación del código y del Departamento de Policía de San Diego, ha trabajado para informar a los vendedores de aceras que operan en Gaslamp Quarter sobre la ley. La ciudad instaló recientemente más de 400 señales en la zona, advirtiendo sobre la venta ilegal en las aceras.
Según el departamento de policía, esta aplicación específica también se produce tras los recientes incidentes violentos protagonizados por vendedores en las aceras del Gaslamp.
A partir del viernes, los agentes de la División Central del Departamento de Policía de San Francisco se pondrán en contacto con los vendedores que operan en la zona y los citarán por infracciones. Los que cometan una infracción se enfrentarán a posibles multas de entre 200 y 1000 dólares. También pueden ser objeto de incautación de carros, equipos y mercancías.
Los guardias de parques de la ciudad se encargan de hacer cumplir la ley sobre la venta en las aceras de las playas y parques de San Diego.
El Ayuntamiento de San Diego votó la aprobación de la ordenanza a principios de este año, con lo que San Diego cumple con la ley SB 946, una ley de California que despenaliza la venta en las aceras en todo el estado y establece parámetros sobre cómo las ciudades pueden imponer regulaciones.
Los vendedores en la acera y los operadores de carritos deben pagar 38 dólares anuales por un permiso para vender sus productos en San Diego. El personal de la ciudad recomendó inicialmente que la nueva cuota del permiso fuera de 230 dólares por empresa, pero las negociaciones en la cámara del Ayuntamiento hicieron que esa cifra se redujera a lo mismo que un certificado de impuestos para empresas en la ciudad. Tras el primer año de aplicación, el personal de la ciudad publicará un análisis para determinar cualquier modificación de las cuotas.
Los vendedores de comida también están obligados a obtener un permiso de salud del condado de San Diego y un permiso de manipulador de alimentos.
La ordenanza también establece parámetros sobre dónde pueden instalarse físicamente los vendedores: por ejemplo, a 15 pies de otro vendedor, a 50 pies de una parada de transporte importante y a 100 pies de cualquier acera o cierre de calle.
Para obtener información sobre los parámetros de la ordenanza y las preguntas más frecuentes, visita https://www.sandiego.gov/sidewalk-vending
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