En una encuesta de PBS/Marist de abril, el 28% de los republicanos y el 12% de los demócratas dijeron que creen que los estadounidenses pueden “tener que recurrir a la violencia para que el país vuelva a encarrilarse”.
En junio, el 10% de los encuestados encuestados por el Proyecto de Seguridad y Amenazas de la Universidad de Chicago dijeron que el “uso de la fuerza está justificado para evitar que Donald Trump se convierta en presidente”.
“Más personas están llevando armas a las manifestaciones. Cada evento políticamente cargado, desde las decisiones de la Corte Suprema hasta los juicios de Trump y las audiencias del Congreso, provoca advertencias amenazantes y se habla de ‘guerra civil’”, indica TIME.
En un país como Estados Unidos, con normas bastante permisivas sobre la posesión y portación de armas de fuego, esto significa que “en cualquier día, hay miles de personas caminando por las calles que están abiertamente armadas y apoyan la violencia política”, dijo Garen Wintemute, un médico de urgencias que lidera el Programa de Investigación de Prevención de la Violencia en la Universidad de California, Davis, a The New York Times.
Sin embargo, el atentado contra Donald Trump del 13 de julio en Pensilvania, puede cambiar la perspectiva de los estadounidenses sobre la validez de la violencia política, por lo menos para algunos.
En las semanas posteriores al ataque, el apoyo de los estadounidenses a la violencia partidista, y específicamente al asesinato, disminuyó, y cayó más bruscamente entre los republicanos que se identifican con Trump, de acuerdo con Sean Westwood, un politólogo de la Universidad de Dartmouth.
“Deberíamos preocuparnos por los incidentes de violencia política, pero hasta ahora no hemos visto pruebas de que esté llevando a una tendencia más amplia”, dijo Westwood al Times.