Viernes por la tarde. Te encuentras en casa, trabajando concentrado en un asunto o, por qué no, enfrascado en la lectura de un libro de esos que se te quedan pegados a los dedos. Al cabo de unos instantes, te saca de tu ensimismamiento una notificación en el móvil: tu paquete no ha podido ser entregado al no responder nadie el timbre. Conoces esta frustración ¿Verdad?
Algo así le sucedió a Jamie Siminoff, un emprendedor estadounidense que, harto de perder entregas de paquetes, decidió crear una cámara con la que comunicarse con los mensajeros. Siminoff pasaba largas horas en su garaje ideando proyectos y resultaba fundamental poder atender desde ese lugar la puerta de entrada. Ese pensamiento dio lugar a DoorBot, el timbre con cámara que posteriormente daría paso a Ring. Cronológicamente, nos situamos en el año 2011.
Nos vamos a la ‘tele’ con la idea
DoorBot era la solución perfecta a este problema que, increíblemente, nadie había solucionado hasta la fecha: se trataba de una videocámara con timbre e intercomunicador que permitía una conversación bidireccional desde el teléfono. La idea era bien sencilla. Se trataba de atender a esos mensajeros desde cualquier punto de la casa y darles instrucciones sobre qué hacer con los paquetes antes de darlos como “ausentes”. Tenemos un problema, tenemos un producto que lo soluciona: nos falta la financiación para poder realizar una producción en masa y comercializarlo.
¿Cómo lograrla? Nuestro protagonista no lo dudó ni un solo segundo. Llevó su gran invento al programa de televisión “Shark Tank”, el famoso reality de inversores de startups en los que se busca levantar financiación. Y fue un fracaso absoluto: su videotimbre no logró llevarse el galardón y, en consecuencia, no consiguió la necesaria financiación para consolidar el proyecto. Sin embargo, no se arredró y siguió apostando por su producto pese a que, todo parecía indicar, no contaba con el apoyo de los inversores. En cualquier caso, la aparición en Shark Tank y la exposición mediática ayudó a impulsar la visibilidad de la marca y sus ventas.
Siminoff continuó mejorando su producto y en 2014, lo rebautizó como Ring, orientándolo hacia la seguridad residencial en general, no solo hacia el concepto de timbre con video. La compañía comenzó a añadir más características a sus dispositivos, como la detección de movimiento y la grabación en la nube, lo que aumentó su atractivo como una solución de seguridad integral para el hogar.
El ‘triple’ de Shaq
Pero en esta historia el guion sigue siempre una máxima: es imprevisible. Uno podría pensar que el paso del proyecto por ‘Shark Tank’ fue un rotundo fracaso; es como aquel participante de Gran Hermano que es expulsado en la primera eliminatoria. Sin embargo, durante la emisión del citado programa, un espectador muy especial tomó nota de las bondades de Ring: el mismísimo Shaquile O’Neal, conocido por su puntería tanto en la canasta como en rentables inversiones.
El bueno de Shaq no lo dudó y adquirió una importante porción de la compañía durante una de sus primeras rondas de financiación. El mítico deportista se convirtió, de facto, en la imagen de un proyecto innovador en el mercado que eliminaba la necesidad de contratar una suscripción en sistemas de alarmas. Y es que conviene recordar que el punto de inflexión de Ring llegó cuando Siminoff orientó la ventaja competitiva de su producto hacia la seguridad y no tanto hacia la ventaja de no perder paquetes del mensajero.
Amazon aparece en escena
Pero, como te hemos comentado, en la intensa trayectoria de esta compañía, resulta imposible adivinar el devenir de los acontecimientos. Siminoff pasó de ser ninguneado en su paso por la televisión a convertirse en un codiciado pastel al que todo el mundo quería dar un mordisco. Shaq, como hemos comentado, fue el primero en ver negocio, pero no transcurrió mucho tiempo antes de que otro gigante, el mismísimo Jeff Bezos, comprendiera lo transgresor del proyecto y la oportunidad de negocio.
Sin embargo, Bezos no fue tan sutil en la entrada en la compañía como Shaq; de hecho, Amazon adquirió toda la empresa en 2018 y lo hizo tras un truculento intercambio de emails internos. En esta comunicación, Bezos dejó claro que de Ring le interesaba el negocio, no la tecnología, pero la adquisición siguió adelante y los productos de Ring se fueron incorporados al catálogo de Amazon como propios, pero manteniendo su imagen original.
… Y todo comenzó en un garaje
Del resto de la historia, no te vamos a contar nada que no sepas: las videocámaras y timbres de Ring son un sensacional producto ya asentado en el mercado y que dispara la seguridad de los hogares de sus propietarios.
Como buena historia del sueño americano, Ring nació en garaje. “Éramos cinco en total”, explicó el propio Siminoff en el blog de la compañía. Este reducido equipo logró desarrollar su primer producto en apenas un año, aunque como hemos apuntado, su marca inicial era DoorBot.
¿Por qué el cambio a “ring”? Siminoff explica que se debió a dos motivos: Ring evoca claramente al sonido del timbre en la puerta, algo que cualquiera puede recordar y, en consecuencia, es un claro guiño al marketing de la compañía; pero el segundo motivo es el que realmente le abrió la puerta del éxito a la empresa. Siminoff recuerda que “ring” (anillo, en español), se refiere también al anillo de seguridad que se crea en los domicilios que cuentan con una cámara en sus puertas.
