Lamine Yamal sigue batiendo cualquier récord de precocidad que se le ponga por delante. Gracias a su genial actuación ante el Benfica, el extremo del Barcelona se ha convertido en el jugador más joven de la historia de la Champions en marcar y asistir en un partido.
17 años y 241 días. Aún no tiene edad para sacarse el carnet de conducir ni tampoco para votar en unas elecciones ni para muchas otras cosas. Pero sí tiene licencia para aniquilar defensas contrarias y liderar, con permiso de Raphinha, al Barça a los cuartos de final de la Liga de Campeones con una prodigiosa actuación, una más en su breve pero ya intensa carrera deportiva.
La última de Lamine Yamal ha sido superar al suizo Breel Embolo y a su compañero Ansu Fati como el futbolista más joven en marcar un gol y dar una asistencia en el mismo encuentro de la máxima competición europea. Por 22 y 114 días, respectivamente, el de Rocafonda ya tiene un nuevo récord que añadir a su colección.
Entre otros muchos, por ejemplo, tiene el de goleador de menos edad en anotar un gol en una Eurocopa. Lo hizo el pasado verano con 16 años y 362 días.

Y otra plusmarca más
Pero no hemos acabado. Porque la asistencia que dio a Raphinha ante el Benfica, la tercera en la presente edición, fue su quinto pase de gol en la Champions. Y eso, según datos de Opta, hace que el internacional español se haya convertido también en el más joven en registrar cinco asistencias en el torneo, superando así el récord establecido por Theo Walcott cuando contaba con 19 años y 23 días.

Lamine Yamal acumula ya este curso tres goles y tres pases que acabaron en las mallas contrarias en Europa en los nueve partidos jugados, a lo que se le añaden los cinco tantos y 11 asistencias que lleva en LaLiga en 24 encuentros, las dos dianas y dos asistencias en la Copa del Rey y los dos chicharros que marcó en la ganada Supercopa de España. Sólo se ha quedado sin anotar en la Nations League con España, donde sí asistió a Joselu para que abriese el marcador ante Suiza, a la que la Roja vendió 1-4. En ese partido, por cierto, estaba un tal Embolo…