La sanidad española celebra -sin mucho que celebrar- el Día de la Atención Primaria, pero lo hace en medio de unas cifras que no son nada halagüeñas: después de toda una semana en la que los 4.500 mejores MIR del país han tenido oportunidad de elegir dónde especializarse, se han agotado numerosas especialidades hospitalarias, mientras que apenas se han elegido un 5% de las 2.492 plazas de Medicina de Familia.
En el caso de Castilla y León tan solo se han elegido cuatro plazas de Medicina de Familia: dos en Salamanca, una en Zamora y otra en León. «Es triste, pero es habitual. Las plazas de Medicina de Familia suelen quedar para el final porque todos sabemos que es necesario un cambio estructural», apuntan diversos facultativos de Salamanca.
El doctor Alfonso Romero tiene claro que, en el caso de Castilla y León, es necesaria «una reestructuración en la que el médico no sea un chófer que pase horas y horas en la carretera». El especialista se expresa en la misma línea que ha defendido el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos: «No puede ser que dos tercios de la plantilla de médicos atiendan a un tercio de la población pasando horas en la carretera, mientras que un tercio de la plantilla de médicos se haga cargo de los otros dos tercios de la población y estén asfixiados. Hay que tomar decisiones impopulares, pero eficientes o este sistema no puede durar mucho».
Por su parte, el vocal Atención Primaria rural en el Colegio de Médicos de Salamanca, Pablo Baz, matiza que «hay que individualizar cada caso», pero defiende que para el paciente sería más efectivo «poder ir a un centro de salud que tiene medios para hacer ecografía, retinografía, espirometría, cirugía menor, más profesionales… En los consultorios no hay prácticamente nada». Los profesionales entienden que «es un tema que necesita consenso político» y ven difícil que se alcance porque «cualquier ciudadano tiene derecho a disponer de todos los servicios a su disposición, tanto el que vive en la Avenida de Portugal como el que vive en La Fregeneda».
Homologación de los vascos
El Consejo General del Colegio de Médicos también se ha pronunciado respecto a la petición del País Vasco de asumir las competencias que les permitan homologar los títulos de médicos extracomunitarios, sin depender del Gobierno.
Los médicos españoles recalcan que delegar esa competencia generaría un efecto de contagio y podría dar pie a que se repitan más situaciones «como que en los SUAP estén trabajando médicos sin título cobrando como adjuntos, mientras que los MIR les tienen que formar a ellos por apenas 1.000 euros».
