La Inteligencia Artificial ha llegado como un vendaval a las bolsas porque también se ha instalado en muy poco tiempo en las conversaciones, lineas de trabajo y gestión de las empresas para ganar protagonismo de una forma meteórica sobre todo cuando se habla de productividad.
Hace apenas 15 años casi era inexistente para las empresas, según revelan las menciones en las transcripciones de los comentarios de las corporaciones en sus resultados revisadas por Morgan Stanley desde 2005. Pero el interés empezó a despuntar en 2016, se disparó cuando ChatGPT empezó en 2022 a dar buena cuenta de su potencial y se ha asentado ya para ser una de las cuestiones relevantes a detallar ante los analistas en este momento.
En el siglo XXI la IA y las mejoras de eficiencia que traiga consigo forman parte de las conversaciones corporativas que ha analizado este banco de la misma manera que lo hacen las presiones salariales, los márgenes, los inventarios o la inflación. Y ocurre en todos los sectores, desde maquinaria hasta electrónica, pasando por medios y entretenimiento hasta bienes raíces, según se deduce de la evolución de los comentarios empresariales.
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Entre la cautela y el entusiasmo total
Algunas de las conversaciones apuntan a que hay algo de cautela como en Dropbox. “Queremos ser disciplinados, porque quiero decir, otra cosa es que, incluso en el ámbito de la inteligencia artificial, hay un poco de burbuja en torno al financiamiento de startups de IA, y no creo que esté en todas partes, pero creo que hay que tener cuidado”. Otras muestran el compromiso sin fisuras con esta herramienta, como es el caso de Microsoft: “Más de 230,000 organizaciones ya han utilizado las capacidades de inteligencia artificial en la Plataforma Power, un aumento de más del 80% trimestre sobre el anterior trimestre”.
Se habla de su inevitabilidad desde el sector inmobiliario como lo hace Equinix: “Al mismo tiempo, muchos clientes siguen siendo cautelosos ante la incertidumbre macroeconómica y están impulsando la optimización en toda su infraestructura de IT—liberando recursos para inversiones relacionadas con la inteligencia artificial—, aunque siguen gestionando dentro de presupuestos generales más ajustados”.
Y también de lo que está por llegar tal y como describe Meta. “Diría que no esperamos que nuestros productos GenAI sean un impulsor significativo de ingresos en 2024, pero definitivamente esperamos que tengan el potencial de que contribuyan significativamente con el tiempo”.
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Mejoras de productividad
“IA se ha convertido en un lugar común para los comentarios empresariales”, afirman los analistas de Morgan Stanley. “Parece que aún estamos en los primeras etapas del impacto en los ingresos y márgenes”, explican para aclarar que se cita esta herramienta como clave para incrementar eficiencias y productividad de empleados como primera medida.
En una reciente encuesta a los CIO (responsables de tecnologías de la información de las empresas) este banco ha verificado que este es el año de la inversión en IA e IA generativa dado el mayor impacto en los presupuestos que se manejan para ello y además se espera la mejora productiva en quienes primero la adoptan (empresas de software e Internet) este mismo año.
El efecto en el mercado de forma amplia llegaría el año que viene:
“Vemos una productividad impulsada por la inteligencia artificial que añadirá unos 30 puntos básicos adicionales al margen neto de 2025 para el S&P 500 (margen neto del 13.0% en el caso base), aunque creemos que el riesgo está sesgado al alza en este sentido, con un impacto adicional de 50 puntos básicos”, explican desde Morgan Stanley.
Menos contrataciones
Los economistas de esta entidad coinciden en que el sector servicios es el que mas se va a beneficiar del crecimiento de una productividad sostenida con el IA como impulsor. Algo que van a notar los trabajadores:
“Observamos una continua escasez en el mercado laboral del sector de servicios como un incentivo para adoptar inteligencia artificial y tecnologías que aumenten la productividad”.
No es casual tampoco que en este contexto y tras años de fuerte crecimiento laboral con una demanda ajustada de empleo, se hable menos por parte de las empresas de contrataciones y más de despidos. De momento se sabe que en enero hubo una fuerte creación de empleo pero un buen número de empresas, desde tecnología a finanzas pasando por comercio han anunciado miles de despidos.
Las intenciones de contratar han caído por debajo de la tendencia de 2015-2020 por más que las empresas no hayan podido acomodar todas sus ofertas de empleo y estas sigan siendo elevadas.
Además, la presión de los costes salariales siguen siendo una preocupación, de acuerdo a las transcripciones. El fabricante de componentes de la automoción Lear explicaba a los analistas que la subida de los salarios es “uno de los mayores desafíos”. La cadena de restaurantes Texas Roadhouse contempla “que los salarios y otra inflación laboral esté entre el 4% y 5% en 2024”.
Demanda mejor, inflación a la baja
Con todo, lasa transcripciones muestran que las empresas son cautamente optimistas con respecto a la demanda. Mientras que la economía de EEUU está desafiando la prevista desaceleración, las empresas califican cada vez más este año como de transición y se habla más de “estabilización” y de “green shoots” o indicios de recuperación.
Deere & Co revela en sus comentarios que los concesionarios en EEUU “continúan viendo una buena demanda para productos”, de la misma manera que Rockwell Automation explica que han visto un “incremento secuencia de dos dígitos en los pedidos en el primer trimestre y esperamos que ocurra en el segundo”. “En America estamos viendo la demanda volver gradualmente”, se observa en Celanese por parte de la industria química.
Y ahora que se está en el último tramo para normalizar la inflación en torno al 2% que quiere ver la Reserva Federal caen las menciones a la presión al alza de los precios y aumentan las referidas a deflación. La rebaja de la inflación es un hecho pero los pequeños negocios seguirán subiendo precios. Los pequeños negocios son los que más admiten estar sufriendo más la altas tasas de interés hasta el punto de que es su mayor problema.