En una época de fuerte competencia para captar a profesionales cualificados, las organizaciones que apuestan por un entorno laboral saludable y libre de estigmas tienen un ventaja clara. Fomentar el bienestar emocional no sólo beneficia a los trabajadores, sino que impacta directamente en la sostenibilidad y el crecimiento de la empresa.
Durante muchos años, la salud mental ha sido un tema casi invisible en el mundo corporativo. Ahora, sin embargo, se ha convertido en un factor fundamental para la productividad y el bienestar de los equipos. Este cambio de perspectiva no ha sido repentino; es el resultado de un largo proceso de adaptación que se ha acelerado con las consecuencias emocionales y sociales derivadas de la pandemia. Sin embargo, para que esta nueva visión arraigue de manera efectiva, es esencial que los responsables empresariales tengan un papel activo y transformador.
La salud mental ha sido un tema casi invisible en las corporaciones; ahora se ha convertido en un factor fundamental
Los directivos y jefes de equipo no sólo pueden cambiar dinámicas a nivel individual, sino que son clave para crear una cultura empresarial más inclusiva y saludable. Una cultura que, al mismo tiempo, ayuda a desmontar uno de los grandes obstáculos para abordar la salud mental en las empresas: el estigma.
La barrera silenciosa
El estigma asociado a la salud mental es una barrera silenciosa pero poderosa. A menudo impide que las personas hablen abiertamente de sus problemas emocionales por miedo a ser malinterpretadas, despreciadas o incluso discriminadas. Este miedo crea un ambiente de silencio donde la salud mental se percibe como una cuestión privada, sin impacto aparente en el trabajo diario o en los resultados de la empresa.
El estigma asociado a la salud mental es una barrera silenciosa pero poderosa
Es precisamente aquí donde los gestores de equipos tienen oportunidad y responsabilidad de actuar. No se trata únicamente de implementar protocolos o políticas corporativas, sino de liderar con el ejemplo. Son los primeros que deben abrir espacios de diálogo abierto y honesto, y romper con las creencias limitantes. Cuando un directivo se muestra abierto, humano y vulnerable, envía un mensaje poderoso a toda la organización: hablar de salud mental no es una debilidad, sino una vía hacia el bienestar y la fortaleza colectiva.
Hablar de salud mental no es una debilidad, sino una vía hacia el bienestar y la fortaleza colectiva.
Cuando un responsable sabe identificar y gestionar situaciones de malestar emocional dentro de su equipo, los niveles de estrés, ansiedad y agotamiento se reducen tanto para los trabajadores como para sí mismo. Esto crea una dinámica laboral mucho más fluida, donde la productividad crece y el entorno de trabajo se hace más sostenible. Aunque los beneficios son evidentes, el camino para llegar no está exento de retos. Uno de los principales obstáculos es el desconocimiento o la falta de formación en temas de salud mental por parte de los propios responsables.
Falta de formación
A menudo, se delega esta responsabilidad en los departamentos de recursos humanos o en profesionales externos, sin reconocer que gestionar el bienestar emocional es tan importante como cualquier otra habilidad de dirección. Pero es ahí donde los jefes de equipo pueden marcar la diferencia. Incorporar la salud mental como una herramienta más de su gestión diaria no sólo hace que sean mejores dirigentes, sino que refuerza su capacidad para construir equipos cohesionados y productivos. Esto requiere, por supuesto, una formación adecuada, pero también una disposición para adaptarse a un nuevo modelo de liderazgo, más inclusivo y empático.
Uno de los principales obstáculos es el desconocimiento o la falta de formación en temas de salud mental
El futuro de las empresas pasa por integrar la salud mental como una parte central de la su estrategia de gestión de personas. En este proceso, los gestores tienen un papel fundamental. Quienes deciden asumir este reto no sólo consiguen equipos más unidos y eficientes, sino que contribuyen a crear organizaciones más saludables, libres de estigmas y preparadas para enfrentar los retos del futuro.
La salud mental ya no puede seguir siendo un tema relegado a nivel personal
La salud mental ya no puede seguir siendo un tema relegado a nivel personal. Es una cuestión de estrategia, de sostenibilidad y de responsabilidad colectiva. Y los jefes de equipo y directivos son los primeros que pueden marcar el camino hacia un cambio real dentro de sus organizaciones.
Carlos Alcoba, Responsable de Salut Mental y Estigma en el Ámbito Laboral de Obertament