En la vida la felicidad es el sentimiento más valorado. Queremos ser felices. Es muy extraño que alguien te diga que está bien sintiéndose miserable. Es tan importante que incluso la Constitución de Estados Unidos establece la búsqueda de la felicidad como un principio fundamental que se ha de garantizar.
Sin embargo, es una declaración muy vaga. ¿Cómo podemos ser felices? “Hay una idea equivocada de que la felicidad es algo natural y no puede haber nada más alejado de la realidad”, explica el profesor Floyd Chilton, bioquímico y director del Centro de Nutrición y Bienestar de la Universidad de Arizona.
Cómo romper el ciclo de infelicidad
Para ser felices hay que ser infelices o al menos no ser felices. Me explico. No puedes saber que eres feliz si no has conocido que puedes no serlo. La vida no es una línea emocional recta, sino que va subiendo y bajando. Lo que queremos es que esté el mayor tiempo posible arriba y que si baja, baje poco.
El profesor Chilton ha partido de un estudio antropológico de nuestra mente para comprender cómo conseguimos esa felicidad. Señala que nuestro cerebro más primitivo está creado para protegernos y sobrevivir. Y pese a que ya no corremos los peligros de la vida salvaje, nuestra mente primigenia sufre y siente ansiedad.
“Casi todos estos sentimientos de tristeza y estrés se remontan a ese inconsciente primitivo”, explica. “Vivimos en la niebla de una pesadilla, una pesadilla que ha creado nuestra parte del cerebro más instintiva”.
Para hacer frente a esos instintos infelices necesitamos poner de nuestra parte, forzarnos a pensar de un modo positivo y que nos lleve a la felicidad que tanto buscamos. Para lograrlo, el profesor Chilton ha creado una teoría de cuatro pasos.
1. Despertar nuestra consciencia
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El primer paso ya lo estás dando desde el momento en que estás leyendo este artículo. Al ser plenamente consciente de que tienes una mente instintiva primigenia que puede jugar en tu contra, ya has avanzado.
Esa mente inconsciente puede provocarnos una reacción reflejo, que no podemos evitar, igual que se te levanta la pierna cuando el médico te da un golpe en la rodilla. En este caso la reacción es de soledad y tristeza.
Tu mente consciente te dirá que todo es relativo. Que las cosas se pueden arreglar y que la mayoría de problemas se pueden ver con otra perspectiva. Fíjate en el pasado. ¿Qué gran problema lo sigue siendo?
Tienes esta doble opción de afrontar los problemas con la mente primitiva o la consciente. Tú decides a cuál hacer caso.
2. Profundizar en qué nos abate
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Chilton habla de que hemos de ser conscientes de nuestros “cuartos oscuros”. Por ejemplo, si ves que constantemente tienes pensamientos negativos sobre un tema en concreto. Lo que has de hacer es ahondar en cuándo te empezó a pasar.
Si crees que no puedes conseguir un trabajo mejor o eres pesimista respecto a algún otro tipo de objetivo en la vida. Crees que no podrás superar una barrera. Busca cuando fue la primera experiencia que te hizo sentir así.
Cuando sepas de dónde te viene, podrás entenderlo mejor. El propio Chilton se pone de ejemplo. Le diagnosticaron dislexia. “Me sentía triste, y eso que tenía éxito”, explica. “Ahora sé que no tengo que quedarme en esa infelicidad, aunque sé por qué se produjo”.
3. Asumirlo
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A veces nos surgen sentimientos que no podemos evitar. Aparecen y ya está. Lo que sí podemos hacer es ser más conscientes de ellos. La meditación es una buena herramienta para analizar por qué surge y de dónde surgen. Y también de dejar que pasen.
“Al ser conscientes sabemos lo que ocurre. Sabemos que viene un tren. Un tren desde el inconsciente que te dice: no vales lo bastante”, explica Chilton. “Te puedes subir a ese tren y quedarte allí semanas, meses e incluso años, o puedes decidir que no te vas a subir”.
Esos momentos de tranquilidad que nos da, por ejemplo, el mindfulness o la meditación, nos permiten asumir las opciones posibles y hacer la elección.
4. Confía en el viaje
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La última etapa de este proceso hacia la felicidad que nos propone Chilton es creer que estás donde estás por un motivo, y hay que confiar en que las cosas pasarán de la manera en que se supone que han de pasar.
El consejo es que no intentes resistirte con uñas y dientes al devenir de los hechos, déjate llevar por la corriente. Es el conocido “be water” (sé agua) de Bruce Lee. Adáptate al devenir.
“Si haces esto, el fluir del río te irá de maravilla. Las cosas buenas te acabarán pasando. Sé que no parece una lógica muy científica pero este proceso también tiene algo de espiritual”, concluye Chilton.
