Si el gurú tecnológico de Silicon Valley Ray Kurzweil nos promete la inmortalidad para 2032, el farmacéutico Jerónimo Ors lo corrige porque no hace falta esperar tanto: basta con estar enamorado para optar a la plenitud personal, otra suerte de inmortalidad que es posible alcanzar con una mágica danza bioquímica que transforma nuestro organismo.
En un mundo obsesionado con cremas anti-edad, tratamientos estéticos y dietas milagrosas, Jerónimo Ors ofrece una receta tan sencilla como científica: el amor es el elixir de la juventud y la salud cutánea. Rompiendo con la idea de que el amor debe celebrarse en fechas comerciales, Ors aboga por una celebración continua, pues que sus beneficios bioquímicos deberían ser requeridos a diario.
Impacto en la salud física y mental
“No soy partidario de su comercialización, pero celebrar el amor me parece absolutamente necesario. La ciencia está demostrando el profundo impacto que este sentimiento tiene en nuestra salud física y mental”, afirma Ors.
En efecto, la ciencia moderna está desvelando los mecanismos precisos por los cuales el amor transforma nuestro organismo. Ors explica que cuando experimentamos esa pasión inicial de “estar flotando”, nuestro cerebro se activa y euforiza. Este torrente de sensaciones placenteras es el resultado de una orquestada liberación de neurotransmisores y hormonas que actúan como mensajeros químicos entre el cerebro y el resto del cuerpo.
“La dopamina es la estrella de este espectáculo bioquímico,” agrega Ors. “Es el gran neurotransmisor del placer, y se activa simplemente al estar en contacto con una persona que nos atrae. Entran luego en juego la feniletilamina, que nos produce esa sensación de estar en una nube, y la norepinefrina, responsable de la euforia.”
Esta compleja danza bioquímica ilustra cómo el cerebro ejerce una poderosa influencia sobre nuestra química interna, y viceversa. Cuando el contacto físico se intensifica, sobre todo, durante las relaciones sexuales, la oxitocina entra en escena y genera una profunda sensación de plenitud y bienestar.
Una caricia que alivia al instante
“Un simple abrazo libera oxitocina,” enfatiza Ors. “Pero lo más sorprendente es que hoy sabemos que las células de la superficie de la piel, los corneocitos, también generan oxitocina con la simple presión de una mano amiga. Esto explica por qué una caricia en una zona dolorida nos alivia al instante. Incluso la aplicación de una crema activa estos mismos corneocitos y las áreas del placer en nuestro cerebro.”
Cuanto más nos acaricien y nos abracen, mayor será la liberación de oxitocina, lo que se traduce en un mayor bienestar general, Ors advierte que la falta de oxitocina tiene consecuencias negativas, especialmente para la salud de la piel.
“Una baja cantidad de oxitocina influye negativamente en todas las enfermedades inflamatorias de la piel, como la psoriasis, los eccemas o el acné,” explica el farmacéutico. “La falta de esta sustancia hará que tengamos la piel más apagada, marchita y envejecida.”
Piel más brillante y luminosa
El amor, en cambio, actúa como un potente revitalizante. El aumento de la dopamina acelera la circulación sanguínea e incrementa el suministro de oxígeno a la piel. Este aumento de oxigenación se manifiesta en una piel más brillante y luminosa.
Pero los beneficios no terminan ahí. La dopamina también ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol es una sustancia altamente oxidante y que acelera el envejecimiento, por lo que su reducción contribuye significativamente a una piel más joven y saludable.
“El estrés es uno de los mayores enemigos de la piel,” asegura Ors. “Al reducir los niveles de cortisol, el amor actúa como un escudo protector, previniendo el daño celular y la vejez prematura”.
El amor nos hace sentir bien, nos embellece y activa una cascada de reacciones bioquímicas que mejoran la circulación, reducen el estrés, promueven la producción de oxitocina y revitalizan la piel a nivel celular.
“Así que no hay nada como enamorarse, abrazarse y besarse para tener una piel maravillosa y disfrutar de la vida,” recomienda Jerónimo Ors. “El amor es el tratamiento de belleza más natural y eficaz que existe, y está al alcance de todos.”
La ciencia lo confirma: el amor no es solo un sentimiento, es un poderoso cóctel químico con efectos transformadores en nuestra piel y nuestro bienestar general.
Así que, en lugar de las 80 pastillas diarias que toma Kurzweil para engancharse a 2032 sea más recomendable tener un corazón enamorado.