El truco de ‘Los 8 Esenciales’ reúne una serie de buenos hábitos que son fundamentales para una vida más larga y plena
Puedes seguir estos sencillos hábitos a partir de hoy.
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¿Sabías que existen hábitos sencillos que puedes aplicar a partir de hoy para aumentar tu esperanza de vida? Gracias a la ciencia, se ha demostrado que los pequeños cambios logran grandes mejoras en la salud y el bienestar, permitiendo una vida más larga y plena.
En esencia, existen 8 hábitos fundamentales para una vida sana. La rutina es conocida como ‘Los 8 Esenciales’ y es respaldada por la organización AARP, una institución sin fines de lucro cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas mayores a los 50 años. Si quieres conocer todos ellos, sigue leyendo.
Lo primero que debes hacer es conocer toda la rutina recomendada por expertos y luego mantenerla durante el resto de tus días, con el fin de vivir una vida más plena, sana y feliz. ¿Cómo hacerlo?
1. Sé más social
La soledad tiene un gran impacto en la salud mental y física. Según explica Mayo Clinic, los amigos “pueden prevenir el aislamiento y la soledad”, mientras aumentan la sensación de grupalidad, así como la reducción de estrés. Harvard también aconseja ser más sociable, pero no sólo eso, sino mantener vínculos especiales y duraderos para ser más feliz.
Algunos trucos para lograrlo de forma sencilla son:
- Asistir a eventos de tu comunidad.
- Hacer servicio de voluntariado.
- Atrévete a aceptar invitaciones.
- Intentar nuevos intereses.
- Salir a caminar.
2. Hazte un examen de la vista, de la audición, de la presión y de la dentadura
Las posibilidades de un paro cardíaco aumentan conforme las personas crecen. En ese sentido, los chequeos médicos son la mejor forma de prevenirlos y de analizar cómo funciona el cuerpo. Prevenir este tipo de deterioros ayudará a evitar a toda costa la demencia, el Alzheimer, el riesgo de caídas y otros problemas comunes en la edad adulta.
3. Deja de fumar
Al igual que el punto anterior, dejar de fumar evitará que aparezcan otros problemas como secuelas de este hábito. El consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
4. Duerme bien… pero ¿cuánto es bien?
El descanso es un factor sumamente importante a la hora de la prevención de enfermedades. Está comprobado que si se duerme entre 6 y 8 horas diarias es más probable que haya resistencia a enfermedades y bacterias, porque, al descansar, las células se regeneran. Un mal descanso puede ocasionar problemas de salud asociados con la diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas o derrames cerebrales.
Para cambiar tus hábitos de sueño, sigue estos consejos:
- Fijar horas de sueño.
- No dormir con hambre.
- Un dormitorio oscuro es mejor para el descanso.
5. Controla tu peso: ni muy bajo, ni muy alto
Enfermedades como la diabetes, el cáncer, problemas respiratorios y anemia son solo algunas de las consecuencias de una mala alimentación, y el aumento de peso es más probable a medida que el cuerpo envejece. El secreto para evitarlo, según Cleveland Clinic, es reducir el consumo de grasa y azúcar.
6. Haz ejercicio: mantén fuerte tus músculos
Con ejercicios para fortalecer los músculos y articulaciones podrás prevenir la pérdida ósea y prevenir el riesgo de caídas que, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), son la causa principal de las lesiones en adultos. Recuerda: al menos 30 minutos de ejercicio regular. Puedes caminar, correr, bailar, o realizar cualquier tipo de actividad que te guste. Te dejamos un ejemplo a continuación:
7. Mantén una alimentación saludable
Consume una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Reduce el consumo de azúcares añadidos, grasas saturadas y alimentos procesados. Para llevar una alimentación más adecuada, es importante acudir al nutriólogo con frecuencia.
8. Chequeos médicos regulares
Es importante realizarte chequeos médicos regulares para detectar y prevenir enfermedades. El Centro Médico ABC sugiere que esta rutina médica sea cada año o máximo cada 2 años. Sin embargo, al final del día, será el médico quien indique la frecuencia.
Recuerda que cada pequeño cambio que hagas en tu estilo de vida puede tener un impacto positivo en tu salud. ¡Empieza hoy mismo a construir una vida más larga y saludable!
