La península ibérica destaca por su gran variedad de alimentos que nutren sus diferentes dietas. La más conocida es la dieta mediterránea pero la atlántica, menos conocida, aporta muchos beneficios para la salud. Así lo ratifica un estudio elaborado por un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), en el que apuntan a que esta dieta podría reducir significativamente la incidencia del síndrome metabólico y así el riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes o la cardiopatía coronaria.
En qué consiste la dieta atlántica
La dieta atlántica está presente en la mayoría de hogares gallegos y del norte de Portugal y se caracteriza al prepararse por cocinar al vapor y hervir en vez de freír. Los alimentos más importantes son el pescado y el marisco. Otros productos destacados son los lácteos, el aceite de oliva, las frutas y hortalizas, destacando de Brassica (grelo, nabo, nabiza, repollo), rica en glucosinolatos y con beneficios en la prevención de diversas enfermedades.
Volviendo al estudio, la investigadora principal ha sido la doctora Mar Calvo Malvar y en él colaboraron 250 familias. Estas se dividieron en dos grupos: uno de ellos siguió con sus menús habituales y el otro cambiaron sus hábitos nutricionales.
Las familias de este último grupo recibieron sesiones educativas sobre nutrición, participando en una clase de cocina dirigida por un chef local y recibieron material de apoyo, además de cestas de alimentos con variedad de productos de origen local de la dieta atlántica.
Qué beneficios tiene la dieta atlántica
Durante seis meses se evaluaron diferentes variables para ver los efectos de seguir una dieta atlántica tradicional observando la salud metabólica y la planetaria. “Estudiamos cómo un cambio hacia un patrón dietético tradicional, saludable y de origen local podría afectar a las enfermedades relacionadas con la salud metabólica y si ese cambio podría alterar la producción de gases de efecto invernadero”, explicó la experta.
En cuanto a la salud metabólica, “sí se ha constatado un riesgo significativamente menor de desarrollar síndrome metabólico, y menos componentes del síndrome metabólico, en el grupo de intervención con respecto al de control”.
Este síndrome es un grupo de afecciones, en conjunto, aumentan el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria, diabetes, accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves. Actualmente afecta a una cuarta parte de la población adulta en el mundo, “lo cual supone un grave problema de salud, pero también salud”.
“Identificamos que la alineación con un patrón dietético saludable regional, la dieta atlántica, se asocia con menores factores de riesgo estrechamente asociados a la salud metabólica, como la obesidad central o los niveles de colesterol”, detalló la Doctora Calvo.