Cuando el buen tiempo se acerca, la tentación de salir a comer fuera se vuelve más fuerte, haciendo que perder peso sea todo un desafío.
Durante el invierno, nos comprometemos a seguir una dieta saludable y a hacer ejercicio, pero cuando llega la primavera y el verano, esos buenos hábitos se desvanecen.
El efecto rebote: cómo sobrevivir al vaivén de la pérdida de peso
Perder peso no es una tarea sencilla. Después de hacer sacrificios para reducir la ingesta de calorías y aumentar la actividad física, es desalentador descubrir que los kilos perdidos regresan.
Así lo explica la Organizacion de Consumidores y Usuario a través de su página web:
- Quieres adelgazar: te pones a dieta cada vez que engordas
- Adelgazas: la primera vez que haces régimen pierdes peso
- Engordas: al volver a comer como antes recuperas los kilos perdidos y alguno más por si vuelve la escasez
- Adelgazas pero menos: te cuesta más perder peso
- Engordas aún más: en cuanto dejas el régimen estricto, recuperas los kilos y con regalo
Cuando reducimos la cantidad de alimentos que consumimos, el cuerpo entra en modo de supervivencia. Esto significa que cuando nos damos un “respiro” y permitimos comer ciertos caprichos, el cuerpo aprovecha la oportunidad para almacenar más grasa.
Es como si el cuerpo estuviera diciendo: “No sé cuándo volverá a haber comida, así que mejor almacenemos todo lo que podamos ahora”.
En lugar de seguir dietas extremadamente restrictivas, es mejor optar por cambios graduales en la alimentación. Según la OCU, estas son las dos mejores dietas para pérdida de peso: la dieta antiinflamatoria y la dieta hipocalórica.
Dieta antiinflamatoria
Esta dieta no se enfoca solo en adelgazar, sino en sustituir alimentos grasos y azucarados por productos vegetales y cereales integrales, lo que reduce calorías y peso.
Basada en los principios de la dieta mediterránea, este régimen fomenta la adopción de hábitos alimentarios saludables que perduren a largo plazo.
No implica un coste adicional por la compra de alimentos específicos y, además, contribuye a mejorar algunas enfermedades asociadas a la inflamación crónica: enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
Dieta hipocalórica
Su objetivo principal es transformar los hábitos alimentarios a través de una dieta variada basada en productos vegetales. La alimentación no es la solución definitiva, hay que complementarla con ejercicio físico.
Aunque la dieta de 1500 calorías no es la más rápida para ver resultados, es la más segura y efectiva a largo plazo.
Tres claves para detectar una dieta poco saludable
¿Cómo reconocer esas dietas que prometen milagros pero pueden ser peligrosas? En primer lugar, desconfía de cualquier dieta que:
- Elimine ciertos grupos de alimentos básicos o establezca una lista de alimentos buenos y malos.
- Favorezca el ayuno o tenga una ingesta calórica excesivamente baja (menos de 1.000 o 1.200 calorías al día). Las dietas muy restrictivas pueden causar el efecto rebote y aumentar el riesgo de deficiencias nutricionales significativas.
- Garantice pérdidas de peso demasiado rápidas. No es saludable adelgazar más de medio kilo o un kilo por semana, ya que lo que se pierde rápidamente puede recuperarse fácilmente.
Es importante evitar las dietas extremadamente restrictivas que prometen resultados rápidos, ya que estas pueden ser perjudiciales para la salud y conducir al temido efecto rebote